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General: El consumo no es consumismoPor: Luis Sexto
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De: jususverbo7 (Mensaje original) |
Enviado: 13/11/2006 08:09 |
El consumo no es consumismo 10 de noviembre de 2006 22:14:20 GMT ¿Estará usted proponiendo el consumismo en nuestro país? Así, directa y franca, fue la pregunta que varios lectores me dirigieron después de haber leído mi nota del 27 de octubre. Otros, en cambio, se interesaron por saber qué yo había querido decir cuando afirmé la conveniencia de alentar un mercado de compradores y no de vendedores. Ambas preguntas tenían que ver con esa última frase. Les confieso, en verdad, que esperaba ambas interrogantes. Puse el señuelo —una idea sin desarrollar— para poder seguir aquella meditación sobre la calidad, iniciada hace dos viernes. En dos líneas no era posible explicar qué es el mercado de vendedores y qué el de compradores. El periodista cuenta con un espacio, y no puede quedarse corto, ni puede excederse. Por lo tanto, como nos vemos semanalmente era posible que yo dejara una duda en algunos de mis lectores hasta tanto pudiera disiparla. Analizado con objetividad, el tema resulta complicado y aparentemente sin interés para los no especialistas. Pero como debo de abordar aspectos que atañen a nuestra vida social, me encaro por momentos con teorías que, incluso, superan mi alcance. He de advertir que por muy oscura, árida, aburrida que parezca la teoría económica, en especial los principios y las definiciones del mercado, los ciudadanos mantenemos, en la práctica, una ineludible y a veces traumática relación con ese conjunto de reglas, ideas, apotegmas... A poco de ponernos a reflexionar en nuestras experiencias cotidianas, podríamos armar una intuición certera, hasta dolorosa, del «mercado de vendedores». Por ejemplo, usted va al agromercado por la mañana y adquiere platanitos a un peso por unidad, y si regresa por la tarde, verá esa misma fruta, ya ajada, recalentada, manoseada, con el mismo precio de la mañana, aunque su calidad haya disminuido. Usted, cliente, consumidor, se habrá movido en un mercado donde el vendedor predomina, campea, impone sus normas sin pensar en las necesidades del comprador. Usted, en ese mercado de vendedores, no cuenta. Es víctima. Y esa relación entre «victimario» y «víctima» puede establecerse porque la oferta es poca en ese y en los demás establecimientos. Es decir, usted, comprador, no tiene opción: o lo compra o no lo come; en otro sitio le sucederá igual. Supongamos también que el comprador se interesa por un par de zapatos en una tienda de ofertas en CUC. El precio es filoso, alto. Pero como necesita el calzado, lo paga. Una semana más tarde —como suele la gente denunciar en periódicos y emisoras de radio— los zapatos se despegan. Y la tienda, por inflexibilidades de los mecanismos burocráticos, no los cambia, ni devuelve el dinero. Está claro: los zapatos provienen de un mercado donde el vendedor y los proveedores imponen las reglas. Tampoco, desde luego, el comprador cuenta con opciones: ¿dónde los puede comprar más barato o de mejor calidad? Es cierto, el período especial forzó al país a crear tiendas para recaudar divisas, y cierto que esas divisas llegan al pueblo convertidas en recursos para la salud y la educación. Puede ser cierto también que, tras 12 años, sea necesario pensar en los compradores, porque a las «shoppings» no concurren solo los que, mediante las remesas familiares o sórdidos trucos, poseen divisas. Cualquier hijo de obrero necesita zapatos. Por ello, no abogo por el consumismo. Faltaría a la lealtad que le he de profesar a la ética revolucionaria, si yo promoviera el consumismo —el hábito loco de consumir— como solución de nuestros problemas económicos. Una de las propuestas más justas y atractivas de la Revolución es la ética del ser por encima de la ética del poseer. Valgo porque soy libre, culto, solidario; no valgo porque tenga tanto o más que aquellos. Pero si condeno el consumismo, creo oportuno el consumo. El que no consume —dijo recientemente un sociólogo— se consume. Así, pues, si el mercado respondiera a los intereses de los compradores, la calidad del servicio empezaría a tener sentido. Porque entonces quien sirve y produce sí podrá decir: Mi trabajo es usted. |
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De: elsantaneco |
Enviado: 13/11/2006 12:10 |
Es un poco interesante el articulo, pero creo que le falta más objetividad en torno al fenómeno (consumismo y consumo). Y es que dentro de los países socialistas como Cuba, con una fuerte influencia de la ex Unión soviética el mercado sigue siendo una especie de “tabú” capitalistas. Por una parte se debe de analizar más a profundidad si el mercado y el cliente son la misma cosa. Cuando se dice: “el mercado de compradores”. ¿Son los compradores un mercado, y los vendedores otro? Desde el punto de vista técnico es incoherente, el comprador no puede ser mercado, porque es cliente. Evidentemente por otro lado no puede haber mercado sin consumidores (clientes) Se podría decir que los clientes son los sostenes del mercado, pero no el mercado en sí, en tanto y en cuanto no vivan de él. Sería sin embargo un tema aparte a estudiar. El consumo sin embargo. El consumo es algo natural. Todos los seres vivos necesitan consumir para vivir. Los árboles deben de consumir savia para vivir. Los mismos microorganismo viven y consumen de la materia proteínas coexistentes en la misma. Los animales salvajes también deben de consumir alimentos que la misma naturaleza les proporciona en otros animales. El consumo pues es algo natural en todo ser vivo. El consumismo por su parte se puede considerar artificial o antinatural. Pero ¿qué es el consumismo? Se puede decir que el consumismo es considerado en los países ricos como una enfermedad social. Se trata del consumo superfluo. Por ejemplo: si una persona tiene tres pares de zapatos, para sus distintas necesidades sociales, ¿para qué debe de tener 10 pares? Y de hecho el consumista compra objetos que no necesita, muchas veces al los tres días los votan. En el consumismo en este sentido, se compra por placer y no por necesidad. Veamos unas cuantas necesidades: Hay necesidades sociales de consumo (natural) y necesidad fisiológicas. En las necesidades fisiológica podemos tomar como ejemplo los alimentos; y en las sociales la ropa, la vivienda etc. Así, con dos o tres pares de zapatos se puede cumplir o satisfacer una necesidad de consumo social. La ropa interior, por razones higiénicas debe de ser mayor en número. En esto recuero el testimonio de un ladrón, reinsertado a la sociedad, en mi país. Fueron a robar a la casa de una profesora desempleada. Hipotecada su casa, no tenia ni siquiera para comer el siguiente día. Uno de los ládrenos descubrió la caja fuerte que había en la casa. Aquella mujer se quedo pálida, y terriblemente asustada. El ladrón al ver la reacción de la mujer pensó... ¡por fin encontramos el dinero!. Y como la mujer se negó rotundamente a dar la lleva, porque dijo tenerla en la caja de seguridad del Banco, los ladrones forzaron la puerta de aquella caja fuerte hasta abrirla. Al abrirla vieron que lo único que había era un CALZON. Y le preguntaron ¿bueno señora porque tiene usted esta prenda de ropa interior en la caja fuerte? ¡Porque sólo tengo dos dijo, y éste es que uso para ir al ginecólogo. Como se comprenderá esto no es natural, porque no cumple la necesidades sociales de una persona. Y al no cumplirse las necesidades sociales de una persona, se le esta violando su derecho al consumo social, y en esto estoy de acuerdo con el articulista cuando dice: “ El que no consume se consume”. |
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De: talita7194 |
Enviado: 13/11/2006 16:06 |
La preocupacion mas que definiciones debe de ser como afirmar la vida concreta en tiempo de desesperanza de este fuerte consumismo, y como hacer un llamado a la solidaridad en una sociedad de mercado como bien lo han explicado en la cual la eficacia, la competemcia y la exigencia de modernizacion tecnologica y de consumismo perpetuo, se colocan como rivales de la solidaridad frente al sufrimiento que causa la exclusion y la violencia de todo tipo. LUIS..SANTANECO creo que es posible soñar a pesar de la âmoderna cultura de desesperanzaâ, en esta sociedad consumista es un derecho al cual no podemos renunciar frente a la frase dominante de muchos intelectuales, cuando insisten, âno hay alternativasâ, âhay que ser realistasâ. Yo si creo, aunque les paresca santurrona, creo también en la solidaridad y en la lucha por la vida, al nivel local e internacional, a pesar de que para muchos suena algo anacrónico. Sueños y solidaridad por una sociedad donde quepan todos y todas son dos dimensiones humanas que no quisiera perder a principios de este tercer milenio. saludos de TALITA. |
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De: talita7194 |
Enviado: 13/11/2006 20:03 |
Por cierto, sugiero yo y miles mas que nosotros como pueblo, como sociedad y claro esta la vida misma somos el capital. Y nuestro trabajo es luchar contra opresores, ademas creemos que debemos de proteger los recursos naturales, no lo creen? y sobre todo las riquezas de latinoamerica... DEBEMOS DE LUCHAR CONTRA EL CONSUMISMO, EL SEXISMO, EL PODER Y EL CAPITALISMO...... eso defenderia una dignidad que se esta recuperando.... pero no a la guerra. |
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De: elsantaneco |
Enviado: 13/11/2006 20:03 |
Hola Talita, siempre es muy bonito hablar con usted. Bueno lo del mercado hay un pequeño detalle el cual no se debe de olvidar y es: el mercado social, o lo qué es más concreto (una economía social de mercado). Y hacia esto se enfoca el término (consumo). Ahora tanto la eficacia como la competencia son otras asignaciones del mercado, que dentro de un mercado social o socializado no tienen porque ser negativas; sobre todo en tanto y en cuanto esto provoque el desarrollo tecnológico. Dicho de otra forma, todo lo que tiene que ver con el desarrollo de la ciencia y la tecnología es positivo. Ahora lo que es bueno discutir, y qué seria un apartado especial, bajo que sistema queremos hacer avanzar mas la ciencia. La solidaridad y los valores humanos y humanistas los veo bajo otro concepto. Concepto no abstente que bien se puede “añadir” a una economía social de mercado. Empero, no se puede negar que la cultura social de una vida “espiritual” es un gran baluarte para impulsar la hermandad, la solidaridad entre los seres humanos en los pueblos y naciones. En esto me recuerdo, Talita, lo dicho por el CHE: “ El buen Revolucionario es aquél que es capaz de sentir el dolor de los demás como suyo propio”. Y Jesús dijo: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Y en el fondo es imposible la solidaridad sin Amor, y desde este punto de vista, Cristo fue en realidad el primer Revolucionario de la Historia humana. El mercado capitalista en este sentido esta enfocado hacia el consumismo egoísta y por ende materialista, poniendo por encima de la dignidad humana las ganancias de los mercaderes y la de los predoctores. Y en todo esto se pierde de vista la necesidad social de consumo, o sea, del consumo social. Porque dentro del mercado capitalista actual el botín, que son las ganancias, se reparten entre productores (Sector productivo) y comerciantes (sector servicios). Y los “clientes” o consumidores son los “victimas” inconscientes de los primeros. Y en todo este mundo, en realidad las palabra, solidaridad, humanismo y amor, no existen. Y por esto pues un mundo Socialista es posible. Todos juntos con la Revolución cubana. Un cariñoso saludo a todo los creyentes Revolucionarios, y especialmente para vos Talita. ELSANTANECO |
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