Vibra Cuba en sus ochenta
relámpagos, Comandante,
larga vida a usted, gigante
fiel que al pueblo representa.
Hoy su imagen se aposenta
en el Granma, en el Moncada.
Hay de nuevo llamarada
en las crestas del Turquino,
héroe intachable, genuino
profeta de la alborada.
Su voz llama a la victoria,
sus manos abren un alba
de luz que a América salva
en su nueva trayectoria.
Siga invencible en la historia
junto a su pueblo feliz.
Atrás quedó el tiempo gris
porque su verbo profundo
guardó la gloria del mundo
en un grano de maíz.