Contrarrevolución anticubana: cuando la obsesión se torna negocio
Alfredo Boada
La Habana, 15 dic (PL) A pesar del déficit presupuestario y los recortes a esenciales programas sociales, sanitarios y educacionales en Estados Unidos, el dinero para la contrarrevolución en Cuba es hoy un negocio cuya mayor beneficiaria es la derecha anticubana.
La Casa Blanca, dando cumplimiento al Plan Bush, continúa el financiamiento de la subversión interna en la Isla, para lo cual decidieron destinar 80 millones de dólares adicionales en los próximos dos años y no menos de 20 millones cada año en lo sucesivo.
El Departamento de Estado y la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) y el Departamento de Estado, destinaron 73,6 millones de dólares desde 1996 contra Cuba.
Esa acciテウn desestabilizadora se suma al incremento del bloqueo que Estados Unidos impone a la naciテウn cubana hace mテ。s de cuatro dテゥcadas y que acaba de ser condenado por decimoquinta ocasiテウn en la oュnU, con el voto rテゥcord de 183 paテュses a favor de su levantamiento.
Recientemente el periodista cubano-americano Andrés Gómez, director de la revista Areíto Digital y de la brigada Antonio Maceo, de solidaridad con la isla, afirmó que la contrarrevolución anticubana además de criminal, es un gran negocio.
Sobran elementos a Gómez cuando hizo esa aseveración al programa Mesa Redonda de la televisión cubana, tras comentar una auditoría de la Oficina General de Contaduría (GAO), un organismo norteamericano que monitorea el presupuesto del gobierno federal.
GAO reveló cómo y en qué se dilapidaron cuantiosos fondos asignados de 1996 al 2005 por Washington para la subversión en Cuba.
La pesquisa de esa oficina fiscalizadora develó oscuros manejos de 65 millones de dólares otorgados por la Casa Blanca y el Congreso para financiar a elementos contrarrevolucionarios en la Isla.
La auditoría identificó "transacciones cuestionables" en 10 programas de la USAID, así como "gastos dudosos y debilidades en el control" que impiden asegurar "el buen uso de los recursos".
El informe demostró que esos fondos han sido usados de manera corrupta por las organizaciones contrarrevolucionarias de la extrema derecha cubanoamericana en Miami, Florida.
Buena parte de ese dinero se queda en Miami, y no llega a sus destinatarios en Cuba, supuesto propósito del programa de subversión.
Un tribunal federal norteamericano acaba de otorgar 91 millones de dólares, que estaban congelados a Cuba como parte del bloqueo del gobierno de Estados Unidos, a la familia de un piloto estadounidense derribado mientras sobrevoló la isla con misiones terroristas.
Dinero de la República de Cuba, de manera arbitraria, ha sido otorgado por ese tribunal federal a los familiares de individuos que realizaron acciones terroristas en contra de Cuba, reiteró Gómez.
La mayor de las Antillas denunció el carácter provocador de la ayuda de Estados Unidos a contrarrevolucionarios cubanos, a la vez que se recrudece el férreo bloqueo económico.
Un editorial del diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista, denunció que el pasado 15 de noviembre la GAO publicó un extenso informe titulado: "La asistencia a la democracia en Cuba necesita mejor administración y supervisión".
Tras una revisión de los recursos millonarios destinados por el gobierno de Estados Unidos para promover la subversión y concebir los desacreditados grupos mercenarios en Cuba, el mencionado documento concluyó que esos fondos han sido malgastados.
Medios de prensa estadounidenses se hicieron eco del despilfarro del dinero de los bolsillos de los contribuyentes norteamericanos.
Dinero -recalcó Granma- para financiar su criminal política contra Cuba y mantener activa la industria contrarrevolucionaria anticubana con programas para promover la llamada "democracia" en la Isla.
Ello refleja en toda su magnitud, que para los círculos gubernamentales estadounidenses el financiamiento de la contrarrevolución en Cuba es un jugoso negocio, que –además- reporta enormes dividendos a la industria anticubana asentada en Miami.