Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
¡ Feliz Cumpleaños DOTY31 !                                                                                           ¡ Feliz Cumpleaños »•A°FoNsH1s•« !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: La gran mentira.
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: elsantaneco  (Mensaje original) Enviado: 18/01/2007 18:18

La gran mentira.

Cuando cayó el muro de Berlín, nos dijeron; vientos de cambio se nos aproximas. Todo ha sido lo contrario: la pobreza y la miseria se ha recrudecido, el hambre se ha levantado sobre nuestro planeta, como el caballo apocalíptico, matando a todo los despajados de sus más elementales derechos por el capitalismo. 

El curso normal, sin embargo, continúa: la acumulación de riquezas en unas pocas manos se acrecienta, y mientras esto sigue su curso, las ideas fantasiosas he hipocrititas de los reformista de acabar con la pobreza dentro del capitalismo., o lo que es lo mismo con formulas capitalistas, se esfuman como espuma de jabón.  Frente a todo esto hoy nos damos cuenta que todo fue una gran mentira. La misma que los enemigos de la Revolución cubana nos predican acá en este foro.

El consumo en un mundo globalizado: esclavitud para el primer mundo, pobreza y miseria para el resto

Mientras en pocos segundos, miles de operaciones especulativas recorren los centros financieros del planeta gracias a Internet, decenas, cientos de personas mueren de hambre, de sed, y de miseria. 2800 millones de personas, casi la mitad de los habitantes del planeta, tienen que vivir con menos de 386 pesetas diarias. Los pobres de este mundo electrónico agonizan o desesperan mientras la publicidad de los ricos les bombardea incansable con productos que jamás alcanzarán, y con vidas idílicas de las que nunca gozarán. Sus intentos por asir lo inalcanzable lo pagan con sus vidas o con su libertad. Así, en el primer semestre de este año, al menos 100 personas murieron en su intento de cruzar el Estrecho, empujadas por el hambre, y por la esperanza de encontrar un mundo mejor. Desde las orillas del río Grande hasta las desbastadas llanuras de lo que fue el imperio soviético, millones de personas sueñan con el paraíso occidental: una vida de lujo, comodidad y oportunidades que es exhibida por las pantallas de los televisores y por los anuncios de las vallas publicitarias.

¿Qué se oculta detrás de ese fascinante reino de Jauja?. El edén de Occidente sólo existe en la ficción de los publicistas. En la opulencia del Norte la mayoría no muere de desnutrición, sino de exceso de colesterol; ni de sed, sino de accidentes de automóvil; ni de disentería, sino de cáncer de pulmón.

No todos los habitantes de las naciones ricas tienen acceso a tan singulares logros. Año tras año la lista de excluidos del banquete va creciendo. Se alimenta de los ajustes empresariales, de las fusiones, de los jóvenes que envejecen en busca del primer empleo, y de cientos de inmigrantes que huyen de sus países en busca de cualquier cosa porque nada puede ser peor que aquello que abandonan. En la mayor potencia industrial, Estados Unidos, se estimaba, en 1995, que un 13% de la población no llegaría a los 80 años; que el 20,7% de la población era funcionalmente analfabeta, y que el porcentaje de estadounidenses que se encontraban por debajo del nivel de la pobreza era del 19,1%. Los privilegiados ciudadanos que disfrutan de ingresos estables pueden estrellarse con sus automóviles, machacar su salud con dietas de plástico, y asfixiarse en nuestras ciudades gracias a la perfecta máquina consumista. La fuerza de su trabajo se traduce en crédito para adquirir un número cada vez mayor de bienes y servicios. No importa que sus necesidades materiales básicas (alimentos, ropa, vivienda) se encuentren cubiertas, y que sus necesidades afectivas están cada día más empobrecidas (reconocimiento, amistad); lo verdaderamente importante es gastar, comprar, consumir sin descanso.



Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados