La Habana, 18 feb (PL) La escritora y periodista mexicana Elena Poniatowska sedujo a una multitud de cubanos en la XVI Feria Internacional del Libro de La Habana, como hizo en la anterior edición del evento el cantautor español Joaquín Sabina.

La sala Nicolás Guillén, la más amplia que se habilita en ocasión de la anual cita editorial, resultó pequeña para los admiradores de la autora de Hasta no verte más, Jesús mío.

Poniatowska, alegre, acudió ataviada con un traje típico de su país, su legendaria sonrisa y sus ojos claros, en compañía de las extraordinarias artistas Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe, quienes escenificaron una alegoría a Tina Modotti.

"Gabriel Figueroa me pidió un guión sobre Tina Modotti para una serie cinematográfica sobre mujeres de México que se inició con la vida de Antonieta Rivas, del filme de Carlos Saura, y por eso vine a Cuba en 1980", recordó.

La autora de La noche de Tlatelolco reveló que en la isla, y con la colaboración de Roberto Fernández Retamar, Pablo Armando Fernández y Eliseo Altunaga, entrevistó a Sarah Pascual, María Luisa Laffita y Pedro Vizcaíno, vinculados a Tina y Julio Antonio Mella.

"También visité Trieste, cerca de Udine, donde nació la gran artista italiana (Tina Modotti) y allí me encontré con su último compañero sentimental, Vittorio Vidali, el legendario comandante Carlos de la Guerra Civil Española (1936-1939)", acotó.

Poniatowska dijo que aunque no conoció a Modotti personalmente, en un inicio la escandalizó, porque -bromeó- le gustaba andar desnuda como a su amiga, la actriz Jesusa Rodríguez.

De esas experiencias nació Tinísima, un libro que ha hecho época en la historia de las biografías noveladas de la literatura y es una crónica de los días de una mujer comprometida con un ideal revolucionario, el amor y el arte.

Con respecto a sí misma, evocó su educación limitada por la religiosidad, el aprender a poner y utilizar los cubiertos, los rezos y el cumplimiento de los 10 mandamientos.

"Pero siempre tenía muchas preguntas que hacer y pocas respuestas, por eso me hice periodista desde 1953, y no he parado de hacer preguntas porque los cinco pilares del periodismo: qué, quién, cómo, dónde y cuándo, para mí siguen sin respuestas", agregó.

Según la escritora "resulta prodigiosa esa gran cantidad de verdades y mentiras". Por eso recuerdo que (Antonio) Machado afirmó que la verdad se inventa".

Acerca de su entrevistado más difícil y preferido aseveró que era Guillermo Haro, un astrofísico con el cual terminó casándose y tuvo dos hijos.

"También Luis Buñuel", agregó.

Con respecto a las escritoras mexicanas más importantes citó a Elena Garro, Rosario Castellanos, Frida Kalho, Lupe Marín y por supuesto, sor Juana Inés de la Cruz.

Interrogada sobre cómo leyó Cien años de soledad respondió: "Sentada, no podía ser de otra manera", con lo que arrancó sonoras carcajadas al auditorio.

"El problema consistía en que éramos un grupo en el cual se encontraban Gabo (García Márquez), Carlos Fuentes y Manuel Barbachano Ponce. Nos leímos la novela y la encontramos estupenda", acotó.

Referente a los libros propios que no le han gustado indicó dos que redactó por encargo sobre una niña violada y otra paralítica. "Esas narraciones me dolieron", sostuvo.

Recordó su primer viaje a Cuba en 1959, durante una concentración de campesinos, en compañía del general Lázaro Cárdenas, Carlos Fuentes, Julio Scherer y Fernando Benítez.

Ante una pregunta sobre Cuba dijo que "los cubanos se salvan más que otros países de América Latina porque acogen la espiritualidad y rechazan el consumismo".

En este punto de la conversación recurrió a la ayuda de Jesusa Rodríguez, quien afirmó que si existía un lugar donde podía darse un desarrollo sostenible, ese era Cuba. La multitud concentrada en la sala recibió el acerto con un estruendoso aplauso.

Finalmente la gran Elena Poniatowska, "Elenísima" para los cubanos, prodigó cariños y firmó ejemplares de una nueva edición de Tinísima, su libro emblemático.