Criminales, ladrones y drogadictos El Pentágono alista a reclutas con prontuarios delictivos y bajo coeficiente mental | | | | | En su desesperación por reclutar "carne de cañón" para sus tropas ocupantes, en Irak, Afganistán u otras partes del planeta, el Pentágono ya está incorporando reclutas provenientes no solamente de la inmigración ilegal sino también de lo peor de los bajos fondos de la delincuencia común. C omo la escasez de reclutas se está transformando en una pesadilla, el ejército imperial a comenzó a alistar a un número cada vez mayor de personas con oscuros prontuarios policiales, incluidas algunas condenadas por delitos graves. La falta de reclutas para las guerras de conquista se está transformando en un verdadero problema para el Pentágono que se nutre con la cantidad de voluntarios que se unen a sus filas para las ocupaciones en Afganistán y en Irak. Esto llevó a que, de manera "rutinaria", el ejército estadounidense otorgue dispensas a personas con prontuarios delictivos, con problemas médicos o bajo cociente intelectual. Entre las "exenciones" se incluyen algunas por narcotráfico, delitos graves y faltas menores. En épocas normales, a estos hombres y mujeres no se les permitiría servir en las fuerzas armadas. Pero esta no parece ser una etapa normal para EE.UU.
"El proceso de dispensas reconoce que algunos jóvenes cometieron errores, que han superado su conducta anterior, y han demostrado claramente que cuentan con el potencial para ser productivos, ciudadanos respetuosos de la ley y miembros del ejército", argumentó un reciente informe del Pentágono.
El Departamento de Defensa divide en su informe a las "dispensas morales" en seis categorías: delitos, faltas graves y menores (excluidas infracciones al tránsito) faltas graves y menores de tránsito, e infracciones vinculadas con la posesión de drogas.
Según el Pentágono, el año pasado, casi una cuarta parte de los reclutas necesitaron algún tipo de dispensa. El porcentaje fue del 20% en 2003. Aproximadamente unas 30.000 exoneraciones morales fueron aprobadas cada año entre 2003 y 2006, lo que haría ascender el total a unas 90.000.
Las estadísticas del departamento de Defensa muestran que la cifra de reclutas del ejército y la infantería de marina que recibieron exenciones tras cometer delitos creció en los últimos tres años. Algunos debieron recibir más de una dispensa.
La cifra de "perdones" otorgados por el ejército a infractores a la ley subió de 411 en 2003 a 901 en 2006, según los funcionarios del Pentágono. En cuanto a delitos menores, como robos, entrega de cheques sin fondos o agresión física, las exenciones pasaron de unas 2.700 en 2003 a más de 6.000 en 2006.
En una defensa de este recurso, funcionarios del ejército y del Pentágono señalaron que es una manera de admitir a jóvenes que han cometido delitos, pero que han logrado reformarse.
Sin embargo, legisladores opositores y expertos expresaron su "preocupación" por incluir en las fuerzas armadas a personas con prontuarios delictivos, pues eso "disminuye la estatura moral de un grupo de combate".
"Los datos son claros como el cristal. Nuestras fuerzas armadas están sometidas a una increíble tensión, y la única manera en que pueden llenar sus cuotas de reclutamiento es bajando los requisitos" de admisión, protestó el representante demócrata Marty Meehan.
La información fue divulgada por el Centro Michael Palm, una organización no gubernamental quesolicitó los datos al Pentágono. "El hecho de que las fuerzas armadas hayan permitido a más de 100.000 personas con pasados problemáticos unirse a sus filas en los últimos tres años ilustra el problema que tenemos para cumplir con nuestras necesidades militares en esta época de guerra", advirtió Aaron Belkin, director del centro. Reclutamiento a cambio de "ciudadanía" El presidente Bush firmó en julio del 2002 una orden por la que puede solicitar la ciudadanía todo aquel que sirviera en las fuerzas armadas durante "la guerra contra el terrorismo". De los 35.000 no estadounidenses enrolados en este momento, 15.000 ya lo pidieron. Miles de hispanos veteranos de Irak sufren del síndrome de estrés post-traumático, una enfermedad sicosomática que puede llevar a la muerte. Se debe -según los estudios- a que los hispanos hacen el trabajo más duro y sucio dentro del plantel de los 140.000 soldados estadounidenses que ocupan Irak. De acuerdo a un estudio de la universidad de Texas publicado por el diario American-Statesman de Austin, los hispanos están muriendo a un promedio un 60% más alto que los blancos y negros. Y la Universidad de California descubrió que en los primeros dos meses de la ocupación en el 2003, el 16,5% de las bajas eran latinos, la gran mayoría mexicanos, cuando el total de hispanos entre las tropas es de apenas el 11,2%. Y el Centro Pew Hispánico hizo otro estudio según el cual los latinos componen el 9,5% de las fuerzas armadas, pero en la primera línea de fuego, resultan ser el 17,5% del total. "No hay duda, los hispanos somos la carne de cañón de esta guerra", afirma Teresa Gutiérrez, la presidenta de Act Now to Stop War and End Racism (ANSWER), una organización para la defensa de los veteranos de origen latinoamericano. |