Once balseros cubanos tocan tierra por Key Biscayne
El Nuevo Herald
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TIM CHAPMAN/MIAMI HERALD STAFF
Lidia Estel Lugo, de 34 años, y su hijo de 9 años, José Carlos Rodríguez, después de llegar a las playas de Key Biscayne desde Cuba.
VIVIANA MUÑOZ
Ateridos de frío y desorientados, un total de 11 cubanos en dos grupos tocaron tierra muy cerca del peaje de Key Biscayne, donde rápidamente fueron asistidos por personas que les proporcionaron mantas y café.
El primer grupo de cinco, que incluía hombres, mujeres y niños, llegó a las 6:30 a.m. Los empleados del toll de Key Biscayne los atendieron hasta que llegó la Patrulla Fronteriza.
Media hora más tarde, alrededor de las 7 p.m., llegaron otros seis cubanos, también empapados y con frío. Cuatro de los seis del último grupo se identificaron como Lidia Lugo, de 34 años; su hijo José Carlos Rodríguez Lugo, de 9; su hija Amanda Rodríguez Lugo, de 15; y Mario Núñez, de 13 años, quien no es parte del grupo familiar.
Lugo dijo que provenían de la ciudad de Pinar del Río.
Las primeras horas las pasaron sentados uno al lado del otro, envueltos en mantas, en la camioneta de un empleado del gobierno de Miami-Dade que les permitió protegerse del frío.
Los rescatistas del Departamento de Bomberos les habían recomendado que se quitaran los zapatos y les habían proporcionado mantas para que se protegieran de la fría mañana.
Lugo afirmó que habían salido el domingo de Pinar del Río, pero no reveló cómo hicieron el viaje. La mujer dijo a un empleado de la caseta de peaje que tenía un familiar en Hialeah, y éste le permitió usar el teléfono.
''¡Gracias a Dios!'', exclamó Lidia poco antes de que la Patrulla se la llevara junto a los niños para procesarla.
La medida conocida como ''pies secos/pies mojados'' indica que los cubanos que logran pisar tierra firme pueden permanecer en Estados Unidos, y al cabo de un año obtener la residencia.
Según los convenios migratorios suscritos entre La Habana y Washington, los que son interceptados en el mar, aunque sea a pocos metros de la orilla, deben ser repatriados a menos que existan condiciones excepcionales.
Otro grupo de 48 inmigrantes fue interceptado la semana pasada en alta mar por una patrulla del Servicio Guardacostas y fueron repatriados a Cuba, salvo uno de ellos que padece de una enfermedad renal.
La Patrulla Fronteriza no devolvió ayer las llamadas de El Nuevo Herald.