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Hugo Chávez, el otro hijo de las Madres de Plaza de Mayo
Crónica del Acto del viernes 9 de marzo en Ferro


Hugo Chávez, el otro hijo de las Madres de Plaza de Mayo Hugo Chávez comandó un multitudinario acto en la cancha de Ferro. Hebe de Bonafini fue la presentadora del encuentro, que fue organizado por la Asociación Madres de Plaza de Mayo. El histórico evento selló el avance del bolivariano en la región y la creciente coincidencia con el mandatario argentino Néstor Kirchner. En una noche fresca y estrellada, Hugo Chávez y Hebe de Bonafini compartieron el micrófono en un acto de gran convocatoria y profundas implicancias políticas. La cancha de fútbol de Ferrocarril Oeste absolutamente colmada por más de treinta mil personas, fue el marco para que el líder bolivariano y las Madres de Plaza de Mayo llevaran adelante un evento político de marcado carácter antiimperialista, que constituyó un repudio a la venida del jefe norteamericano George Bush a Sudamérica. Antes de comenzar los discursos, las gruesas columnas fueron acomodándose en el césped y las tribunas del estadio mientras en el escenario se sucedían las actuaciones de Horacio Fontova y Víctor Heredia. Entre músico y músico, el periodista Carlos Aznárez leyó frases antinorteamericanas, citas de Evita y del Che, y las adhesiones recibidas, entre ellas una del MAS de Bolivia. Entonces sonaron los acordes del himno argentino, las Madres con una mano sobre el corazón, entonaron cada estrofa, y terminaron con su puño izquierdo en alto "Oh Juremos con gloria morir". Luego sonó el himno venezolano que fue cantado por Hugo Chavez y quienes lo acompañaban en el escenario. La imagen épica será, para quienes estuvimos allí, inolvidable. Después comenzaron los discursos. El grandísimo escenario estuvo habitado sólo por trece Madres de Plaza de Mayo, el comandante Hugo Chávez y el personal de seguridad del mandatario venezolano. Tras ellos, un inmenso telón con banderas argentinas y venezolanas mostraba a la platea continental que seguía los pormenores del acto por la señal Telesur, las consignas convocantes: “Por la Unidad latinoamericana, fuera Bush y el imperialismo”. También podía leerse “No al FMI; Liberación o Dependencia”, e imágenes de Evita Perón, de su esposo, y del comandante Che Guevara. En Ferro se dieron cita, entre otros, el Movimiento Evita, la Federación de Tierra y Vivienda, Barrios de Pie, Libres del Sur, Partido Comunista, MTL, MST, Quebracho. Bajo el escenario pudieron ser vistos el subsecretario de Derechos Humanos, Rodolfo Matarollo; el ex canciller y precandidato a gobernador santafesino Rafael Bielsa; el vicejefe de gabinete bonaerense, Emilio Pérsico; el diputado Miguel Bonasso; el dirigente social Luis DElía; el diputado Edgardo Depetri y la dirigente del MST Vilma Ripoll, entre otros. También estuvo la cúpula de la CTA, encabezada por Víctor de Gennaro; y el dirigente cegetista del gremio de los judiciales Julio Piumato, además del titular de Astilleros Río Santiago, Julio César Urien. Hebe, con los hijos en la voz El Comandante Hugo Chávez Frías comenzó su discurso a las 20.02. Quince minutos antes, Hebe de Bonafini, acompañada en el escenario por una docena de Madres, lo presentó con emoción. “Estamos orgullosas y le decimos gracias al Presidente Kirchner por permitir hacer este acto en libertad”, señaló la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Enseguida, Hebe dedicó el acto a “mis queridos hijos, a los 30.000, por el sueño de la unidad latinoamericana y el socialismo”. Y adelantó lo que sería el contenido político central de la velada: repudiar al jefe del imperio norteamericano, por esas horas recién arribado a Uruguay. “Fuera Bush, no queremos sus sucias manos, sacanos tus manos de encima, asesino”. Al iniciar la presentación, Hebe nombró una a una a la veintena de organizaciones sociales, políticas y sindicales que convocaron al mitin y lo hicieron posible. Cuando algunos militantes aplaudían profusamente su propia sigla, la presidenta de las Madres les pedía que permitieran continuar la lectura de todas las demás, pues “es importante que todos escuchen”. También agradeció a las representaciones diplomáticas de Cuba, Venezuela y Bolivia, y volvió a recordar a los desaparecidos, a quienes llamó “queridos hijos guerrilleros y revolucionarios, su sangre florece hoy”. Seguidamente, dejó el micrófono libre para que se acercara hasta él Hugo Chávez, “el que nos enseñó a amar esta tierra; usted tiene la palabra”. Chávez: “Bush es un cadáver político” Vestido con una chaqueta roja, el Comandante de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez Frías, comenzó su discurso agradeciendo a las Madres de Plaza de Mayo y reclamó para ellas “un beso de todos los rincones de nuestra América”. El mandatario destacó el ejemplo, la dignidad y el amor de los pañuelos blancos y subrayó que ellas cumplirán próximamente treinta años de lucha en el camino de sus hijos. “Es la gran patria Argentina que se pone de pie para decirle no al imperialismo”, saludó Chávez a la multitud, levantando los primeros grandes aplausos de la noche. “Hemos elegido ser libres o morir”, continuó. Durante su intervención, Chávez mencionó reiteradamente a “Néstor”, como llamó al presidente Kirchner, y a su esposa, la senadora Cristina Fernández. Juzgó que es “importante un jefe de Estado (en relación al mandatario argentino) que se anima a tomar decisiones políticas sin importarle, sin mirar para atrás, sin dejarse amarrar las manos; yo conozco muchos que dicen estar de acuerdo, pero no se animan, o no pueden”. Chávez comparó los procesos sociales y políticos que atravesaron Argentina y Venezuela en las últimas décadas y sostuvo que "Kirchner y yo somos producto de la misma situación histórica", a la vez que recordó el "Caracazo" de 1989. "Somos hijos del mismo parto de los pueblos, que se cansaron de aguantar a las élites criollas que vendieron a nuestros países al imperialismo", afirmó. Sobre la relación entre Caracas y Buenos Aires, que se encuentra en el punto de mayor confluencia desde que comenzó a formarse el eje latinoamericano contrario al predominio norteamericano en la región, remarcó que no es una “integración”, sino una “verdadera unión”. Para Chávez, integración es un término acuñado por el imperialismo para disimular bajo esa palabra los planes de intervención política y manipulación cultural sobre los países del tercer mundo. La distinción la hizo al momento de referirse a la alianza estratégica resuelta entre el gobierno de Venezuela y la cooperativa Sancor. En otro tramo, Chávez enfatizó los acuerdos entre PDVSA y ENARSA para el explotación conjunta de las reservas petrolíferas de la cuenca del Orinoco, que constituyen los acopios de crudo más grandes del mundo. Asimismo, narró que ya se puso en marcha el proyecto OPEGASUR, que articulará la capacidad en producción de gas de Venezuela, Argentina y Bolivia. El bolivariano adelantó que mientras no termine de construirse el proyectado gasoducto del sur, de miles de kilómetros de extensión, Kirchner ha ordenado la construcción de una planta de regasificación, lo que permitirá transportar el hidrocarburo en estado líquido a través de barcos, que una vez arribados al país convertirán la carga nuevamente en gas por esa futura planta. También ponderó la creación del Banco del Sur dispuesta por Argentina y Venezuela, a la que pronto se sumarán, adelantó, Bolivia y Ecuador. Sin embargo, los trechos más contundentes de la alocución del bolivariano ocurrieron cada vez que se refirió a George Bush. Las menciones al “caballerito del norte” fueron repetidas y se sucedieron durante las dos horas de discurso. A veces lo criticó por sus planes imperialistas y su intervencionismo militar en Irak, y en otras por su “ridículo” al comparar a Simón Bolívar con “Jorge” Washington. Para refutar la pretendida igualdad entre el libertador sudamericano y el prócer de la independencia yanqui, Chávez brindó un encendido discurso que por momentos fue una precisa cátedra de historia continental. Chávez aseguró que Bush quiere verlo convertido en cadáver físico, pero él “ya es un cadáver político, que pronto será polvo cósmico y desaparecerá; por eso no hace falta que Kirchner y yo organicemos este acto para boicotearlo. Sólo han coincidido (la circunstancia de ambos viajes) y sí decimos ¡fuera el jefe imperial de nuestras tierras heroicas!”. En otros momentos recurrió al humor. Señaló con ironía que Bush tiene el coeficiente intelectual más bajo entre todos los presidentes de Estados Unidos. Y contó que estudiosos demostraron que su vocabulario es reducido, no superando las seiscientas palabras. “Seguridad, narcotráfico, terrorismo, que repite como un disco rayado, ‘raca-raca-raca’”. Durante su disertación, Chávez no olvidó recordar a todos los ilustres libertadores y heroicos luchadores que abundan en la rica historia de rebeldía del continente americano. Salvador Allende, San Martín, Simón Bolívar, Tupac Catari, Che Guevara, Perón y Evita, tuvieron, intercalados en las dos horas de discurso, un párrafo sentido. De todos ellos Chávez dijo sentirse “hijo”. También de las Madres de Plaza de Mayo, que como heroínas de palpitante actualidad, lo observaban detrás de él, sonriendo felices al escrutar su descendencia.