El presidente Hugo Chávez anunció que Venezuela formalizará su salida del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, a los que calificó como “mecanismos del imperialismo” para sojuzgar a los países en desarrollo. “Ya no nos hace falta tener un representante allá. Quiero firmar ahora mismo el documento para salirnos”, dijo Chávez la noche del lunes, en un acto en el que anunció el aumento del 20 por ciento del salario mínimo nacional y la reducción de las jornadas laborales a seis horas. “Vamos a salirnos, no queremos ni estar ahí y que nos devuelvan el dinero, porque ahora son ellos los que nos deben”, agregó. Como si no hubiese sido suficiente, el mandatario le asestó otro golpe al capital internacional al ocupar los pozos petroleros de la rica Faja del Orinoco, poniendo fin a una década de dominio extranjero.
El anuncio es el siguiente paso dado por el gobierno venezolano, que el mes pasado canceló todas las deudas pendientes tanto con el FMI como con el BM, las cuales vencían en 2012. “Con esta medida, Chávez busca mayor autonomía tanto en sus políticas macroeconómicas como en los programas sociales. También procura consolidar los mercados financieros alternativos, como el que ha venido formando en América del Sur y sus relaciones con países como China”, explicó el economista Manuel López. Para la Casa Blanca, en cambio, la decisión del mandatario fue un error. “Está metiendo al pueblo venezolano en un agujero”, afirmó ayer el vocero Sean McCormack. La dependencia de Venezuela respecto al FMI y el BM alcanzó su máxima intensidad en 1989, cuando el país afrontaba una deuda externa de 25 mil millones de dólares y no disponía de recursos para pagarla. El gobierno de Carlos Andrés Pérez firmó un acuerdo con el Fondo y se comprometió a cumplir un estricto programa de ajuste que ocasionó de inmediato la explosión social conocida como el Caracazo.
Al desligarse de los organismos multilaterales, la deuda venezolana con la banca privada, que alcanza los 26 mil millones de dólares, podría encarecerse en los mercados internacionales donde se cotiza, como Nueva York y Londres, toda vez que es el FMI el ente que emite las calificaciones sobre el riesgo de dichos compromisos. No obstante, ese aspecto parece preocuparle poco al gobierno de Chávez, que ha logrado acumular más de 29 mil millones de dólares en reservas internacionales y cuenta con los altos precios del petróleo para mantener un importante nivel de ingresos en los próximos años.
Pero en el Día Internacional del Trabajador el tema del divorcio del FMI y el BM no logró captar la atención de todos los venezolanos. La mayoría estaba más interesada en los cambios laborales que también había elegido anunciar ayer el presidente. Chávez decretó un aumento del 20 por ciento para el salario mínimo, es decir que llegará a 286 dólares, y la reducción de la jornada laboral, que debe llegar a seis horas diarias en 2010.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)