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General: Amor en La Higuera
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De: matilda (Mensaje original) |
Enviado: 07/05/2007 01:03 |
Víctor Montoya - rodelu.net | 22 de abril de 2007 | Amor en La Higuera Cuando el Che llegó a La Higuera, amarrado a un helicóptero militar, tenía la pierna herida por una bala y un aspecto de guerrillero inmortal. Víctor Montoya | _ | | A la mañana siguiente, cuando fui a cumplir con mi deber de profesora, me enfrenté a una realidad que no me dejaría ya vivir en paz. El Che estaba sentado en una banca, dentro de la escuelita, y, al verme, me bromeó: –¿Qué hace una jovencita tan bonita en este pueblo? No le contesté. Estaba cohibida y no tenía experiencia de tratar con gente desconocida. Apenas lo sacaron para tomar fotos, sus ojos me buscaron entre el tumulto para guiñarme. Fue la primera vez que le devolví la mirada, pero algo avergonzada, aunque por dentro sentía una enorme alegría, como quien encuentra el amor de su vida mientras menos se lo espera. En el pueblo reinaba un clima tenso y la gente hablaba del mensaje del Presidente, quien dijo por la radio que los barbudos eran invasores extranjeros, que se llevarían a punta de cañón a los más jóvenes, que violarían a las mujeres y que nos matarían a todos. No sabía si creer en las palabras del Presidente. Estaba enamorada y el corazón empezó a latirme con más fuerza. Nunca vi a un hombre tan hermoso. Parecía uno de esos personajes que se niegan a afeitarse y cortarse el pelo para parecerse a los héroes de las películas. Así como estaba, con sus ropas rotosas y polvorientas, tenía la apariencia de Cristo, la sonrisa dulce y la mirada tierna. Esa noche no dormí tranquila. Escuché las voces de los soldados y oficiales, quienes parecían festejar su triunfo entre gritos y bebidas. Después, entrada ya la noche, escuché unos disparos que hicieron estremecerme en la cama. Al día siguiente de su asesinato, ya en Vallegrande, lo vi tendido en el banco de la lavandería; tenía los ojos irradiando la misma luz que me penetró como un dardo en el pecho. Me puse triste y lloré por dentro, pues no quería que los militares se dieran cuenta de mis sentimientos. Al abandonar la lavandería, abriéndome paso entre el grupo de soldados, fotógrafos y curiosos, un intenso amor empezó a crecer dentro de mí, mientras una voz misteriosa me gritaba desde el fondo del alma: Ese era el hombre que, como ramilletes de flores, entregó su amor y sus ideales a los enamorados de la libertad. Desde entonces han pasado muchos años y todavía escucho esa voz, que de seguro era la voz del Che, quien en la palabra y la historia se convirtió en poesía rebelde. Otra hubiera sido mi vida si no lo hubieran matado ese día. Hasta ahora escucho esos disparos zumbándome en la cabeza y hay noches que no me dejan dormir... Cómo quisiera encontrarlo otra vez, para entregarle mi amor sin pedirle nada a cambio, ahora y en la hora de mi muerte. Víctor Montoya Escritor boliviano radicado en Suecia | | |
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De: dingo600 |
Enviado: 08/05/2007 12:00 |
Se despide de su familia. Se encuentra alojado en una casa en las afueras de la capital cubana; su esposa Aleida lleva a sus cuatro hijos donde él estaba. Aleidita recuerda que era un hombre raro, que dijo que era español, se identificó como Ramón y que era muy amigo de su papá. Los invitó a comer. Al sentarse a la cabecera de la mesa como era su costumbre, Aleidita le llamó la atención, diciéndole que ese era el lugar de su papá. Después de la comida, Aleidita junto a sus hermanos, comenzó a correr y tropezó con la mesa. Al verla golpeada, la tomó entre sus brazos, la apretó y fue con ella para la cocina a buscar una toallita y se la puso en la cabeza. Narra Aleidita que no estaba acostumbrada a ese contacto con los hombres ni adaptada a que la quisieran de esa manera especial y poco después le secretea a su mamá, para decirle: "Me parece que este hombre está enamorado de mí". Se le aguaron los ojos en ese momento. Le regala un cartucho de caramelos a Celia, otro a Aleidita y uno para Camilo y Ernesto. Consideraba que con uno bastaba para los dos hijos varones, pero Camilo no quiso darle a Ernesto y éste empezó a llorar. Aleidita los había probado y como no le gustaron le dio su cartucho a su hermano más pequeño. El pensó que eso fue una actitud de desprendimiento de Aleidita y dijo: "así son los hermanos mayores, así tienen que ser". Tiempo después Aleida March le dice a su hija: "No sabes cómo tu papá se fue de contento, de feliz, pensando que tú tan chiquitica eras una cosa excepcional". Y ella le responde: "Mami, pobrecito, lo hice porque no me gustaban los caramelos". Le deja a su esposa en un cassette, grabado con su voz, "20 poemas de amor y una canción desesperada", de Pablo Neruda. El amor en la Higuera. Ernesto. |
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De: dingo600 |
Enviado: 08/05/2007 12:00 |
Carta de despedida del Che a Fidel
"Año de la Agricultura" Habana
Fidel:
Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Antonia, de cuando me propusiste venir, de toda la tensión de los preparativos. |
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De: talita7194 |
Enviado: 09/05/2007 12:00 |
América Latina "Prefiero morir de pie que vivir siempre arrodillado" (El Che) |
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De: talita7194 |
Enviado: 09/05/2007 12:00 |
El 8 de octubre de 1967 era capturado y asesiando Ernesto Guevara de La Serna, el Che para aquellos que ansían un mundo distinto. Su fe inquebrantable en el socialismo, en la construccion de una sociedad diferente a la capitalista, donde lo importante sea el ser humano y no a la acumulacion de riquezas, fueron pilares de su pensamiento y accionar. Sin duda que su ejemplo ilumina, enseña. Como todo hombre revolucionario, tubo aciertos y errores. Lejos de nosotros está, el glorificar, el adular, el no cuestionar. Quien hace se equivoca, pero no se puede poner en duda su voluntad de cambio, su voluntad revolucionaria. Y en el caso del Che, su aporte a la formacion de toda una generación de jovenes trabajadores y estudiantes de América Latina, sus encendidos discursos, su internacionalismo que no era sólo palabras, su accionar cotidiano. Su defensa a la Revolución Cubana a nivel internacional también lo caracterizó, denucnciando cada una de las atrocidades cometidas por Estados Unidos en suelo cubano. Debemos rescatar de la figura del Che esos valores esenciales: la solidaridad, el internacionalismo, su opción de clase podría haber sido un respetado y distinguido médico en su Rosario natal, pero prefirió luchar por la emancipación de los pueblos, si bravura, su lucha por la libertad... Por eso, su figura, su ejemplo es importante para nuevas generaciones. Es un puntode referencia, es un modelo de hombre diferente, el sin duda práctico aquello del "hombre nuevo". Ese "hombre nuevo" que se construye todos los dias, en el transcurrir diario de la vida, en cada lucha concreta. Tomemos el ejemplo del Che y continuemos su lucha por un mundo diferente, sin opresión de ninguna clase ¡¡Salud compañero Guevara y Arriba los que luchan!! |
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De: miranrami |
Enviado: 11/05/2007 05:59 |
Yo me quedo con el Amor. En realidad el aporte de CHE a la Revolución latino Americana es incalculablemente grande. No soy muy dado a buscar documentos elocuentes, muy delicadamente escritos, sobre este gran Revolucionarios de todos los tiempos, pero sí creo que modestamente lo que se diga sobre el CHE no es suficiente para exponer ese gran amor que lo llevo a dar su vida por una causa justa. Siempre me he puesto a pensar. ¿Qué es el Amor? Definir este pensamiento puro desde su dimensión más didáctica que dialéctica no es fácil. Por hoy me quedo con mi gran admiración por este gran argentino: EL CHE. |
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De: Azali5 |
Enviado: 11/05/2007 11:59 |
SE QUE EL AMOR NO TIENE NADA QUE VER CON ARMAS, NI GUERRAS ,NI VIOLENCIA, NI FUSILAMIENTOS, ETC ETC |
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De: miranrami |
Enviado: 11/05/2007 17:59 |
Azalita, azalita, usted siempre sale con cada cosa. ?Como esta usted? Un cordial saludo. |
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De: miranrami |
Enviado: 11/05/2007 17:59 |
Esta señora va a votar. ?Para qué le sirve su voto? ¿De cuantas dimensiones se puede formar y practicar el Amor? |
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De: matilda |
Enviado: 12/05/2007 11:59 |
Pacho O'Donnell Para LA NACION Ernesto Guevara Lynch, el Che, es, según una encuesta internacional realizada hace pocos meses, la personalidad más admirada en todo el mundo. No llama eso la atención si se está atento a los noticieros internacionales y, entonces, asiduamente se descubre su rostro sobrevolando en pancartas y banderolas, en los cinco continentes, manifestaciones por mejores condiciones laborales, o en contra de la globalización o la guerra de Irak, o en multitudinarias reivindicaciones por los derechos humanos. El Che no es pasado sino presente por lo que simboliza, estemos o no de acuerdo con sus principios y sus métodos: el idealismo, el coraje, la coherencia entre lo que se piensa, dice y hace. Valores en crisis en una sociedad hegemónica que privilegia el individualismo, la inescrupulosidad, el materialismo. El artículo del señor Gioffré publicado en esta sección está en línea con los muchos que se han escrito tratando de convencer de que el Che fue un fracasado en vida. De acuerdo con ese criterio, Van Gogh también lo fue, porque logró vender un solo cuadro y murió en un siniestro manicomio. También Espartaco, por haber sido derrotado por las legiones romanas y crucificado en la via Appia. Hasta San Martín sería un fracasado, porque debió ceder a Bolívar la conclusión de la gesta libertadora y porque nunca logró regresar a su patria. Lo que ese criterio elude es la poderosa significación simbólica que esas personalidades proyectan más allá de la muerte y de las contingencias circunstanciales. Repasemos algunos de los “fracasos” de Guevara, según Gioffré: le enrostra que habría renegado de su tierra; los cubanos, mexicanos y bolivianos que entrevisté para mi biografía coinciden en su apego a la identidad argentina: bebedor obsesivo de mate, canturreador desafinado de tangos mientras leía o meditaba; en las tribunas adoptaba el “caribeño”, pero en la intimidad recuperaba su habla de porteño; además, murió argentino al renunciar a LA NACIONalidad cubana cuando abandonó La Habana; por otra parte, su apodo no deja dudas de ello. ¿Que declinó el ejercicio de su profesión de médico? Se embarcó en el Granma como tal y luego eligió ser un combatiente; ¿fracasaron también como médicos Baldomero Fernández Moreno y Arturo Illia por encaminar sus vidas en pos de otra vocación? Gioffré reprocha al Che haber abandonado a su amigo Granado en Caracas, lo que es tan poco cierto como que, apenas triunfante la revolución contra el dictador Batista, lo mandó llamar a La Habana y le confió tareas de importancia en el área médica. Gioffré pierde una excelente oportunidad de ensayar una crítica certera contra el Che cuando aduce que su manual guerrillero fue otro fracaso y para lo único que sirvió fue para dar datos a la CIA; se equivoca el autor, pues dicho texto –personalmente lo lamento– fue exitoso en convencer a muchos jóvenes argentinos y de otros países que se inmolaron, comprometidos con la vía de la lucha armada para terminar con las injusticias del capitalismo. Sigamos: el Che no subestimó el bloqueo norteamericano a Cuba, sino que lo consideró inevitable en una guerra declarada, en la que tuvo posiciones tan radicalizadas como enfurecerse hasta el insulto con Kruschev por haber retirado los misiles en lugar de declarar la guerra atómica, que, en primerísima instancia, hubiera arrasado con la isla caribeña y todos sus habitantes, Guevara incluido. En cuanto a la Conferencia de Punta del Este, la misión cumplida por el Che fue difundir ante la opinión pública mundial su convicción de que la Alianza para el Progreso no se proponía el desarrollo de los países de la región, sino algo parecido a un soborno a sus dirigencias para impedir que se reprodujera el fenómeno cubano. En cuanto al supuesto fracaso como funcionario económico, lo que allí sucedió fue que Guevara se enfrascó en desigual pelea con las teorías económicas –que él anticipó llevarían a la hecatombe a todo el bloque comunista– con quienes respondían ciegamente a las consignas de Moscú y que habían ocupado los puestos gubernamentales de mayor poder a favor de la ayuda soviética. En cuanto a que fracasó como hijo por no estar junto al lecho de muerte de su madre, difícil le hubiera sido, pues se encontraba a muchos kilómetros de distancia, en el Congo, combatiendo contra el feroz dictador Mobutu; pero el dolor por la muerte de la persona más importante en su vida lo motivó a escribir un texto de elevada literatura, conmovedor, que tituló La piedra, hallable en Internet. Lo de su “inhabilidad” para captar al PC boliviano debe achacarse a la obediencia de su dirigente Mario Monje a la estrategia mundial de Moscú, que entonces privilegiaba la coexistencia pacífica con Occidente y repudiaba las acciones guerrilleras; valga señalar que en sus últimos años la relación del Che con la Unión Soviética era pésima y que la KGB colaboró con la CIA en darle caza. En cuanto a la insensata opinión de que el Che combatía porque la descarga adrenalínica aliviaba su asma, insólito es reproducirla dándole seriedad: es tan absurda como pensar que sería terapéutico para quienes sufren dicho mal enrolarse en las filas de Al-Qaeda. Es dolorosamente cierto que Ernesto “Che” Guevara fue capaz de morir por sus ideales pero también de matar por ellos, tanto en las campañas guerrilleras como en los fusilamientos de La Cabaña. Es ésa una mancha que ennegrece su historia. Sin embargo, ello parece no hacerle mella como representante de la utopía en un mundo que parece haber abjurado de ella. La escritora colombiana Laura Restrepo escribió: “En esta sociedad de consumo, nada hay más cursi que el heroísmo, dar la vida por algo, la épica, el culto a los muertos o el hecho de morir por amor”. Ernesto “Che” Guevara es vivido planetariamente como la contrafigura de ello. Se lo idealiza por haber sido leal a sus convicciones hasta el límite, por su compromiso con los desheredados de la tierra, por su insobornable honestidad de funcionario. La inmensa mayoría de quienes lo admiran no son marxistas –yo no lo soy–, pues el Che ha trascendido los límites de lo político. Muchos son jóvenes que sienten que al mundo le falta gente como él y le sobran dirigentes como los que hoy nos lesionan moral y económicamente. Atención: nunca se porta una camiseta o un tatuaje del Che ingenuamente, como si fuera la de Ricky Martin o Mick Jagger; siempre hay un mensaje, consciente o inconsciente, de rebeldía y desafío. No será por medio de achacarle fracasos o de demonizar su memoria (los artículos de Alvaro Vargas Llosa parecen ir en esta dirección) como se logrará oscurecer el mito Che Guevara. El mejor y único sistema para ello es lograr que los valores que –nos guste o no nos guste– él encarna no sean moneda rara en nuestra sociedad de hoy y que las nuevas generaciones no tengan que reclamarlos recordando al Che en sus vestimentas y tatuajes, en las banderas del fútbol, en los cartelones piqueteros. Estoy de acuerdo con que una calle de nuestra capital lleve su nombre, porque su memoria, aunque despierte pasiones a favor y en contra, lo merece. Pero no debe ser la que honra a José Luis Cantilo, quien fue un buen intendente capitalino. |
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De: miranrami |
Enviado: 12/05/2007 11:59 |
Es dolorosamente cierto que Ernesto “Che” Guevara fue capaz de morir por sus ideales pero también de matar por ellos, tanto en las campañas guerrilleras como en los fusilamientos de La Cabaña. Es ésa una mancha que ennegrece su historia. Sin embargo, ello parece no hacerle mella como representante de la utopía en un mundo que parece haber abjurado de ella. Frente estas líneas me he querido detener un poco. No quiero defender la muerte, pero sí defender muchas veces la acción que un jefe (comandante guerrillero o cualquier otro grado informal en una guerrilla) pueda hacer. La guerra es una guerra, y en una guerra las armas son de verdad y los muertos también son de verdad. Todo conflicto o guerra de guerrillas tiene dos dimensiones: la militar y la psicológica. En lo psicológico tenemos los fenómenos de infiltres. Esto lo vivimos nosotros muy de cerca. Y un guerrillero por mucho amor que tenga, pero no le es fácil perdonar a un infiltre o aún traidor que por su culpa murieron 5 o 10 compañeros. Recuerdo en mi país, en la zona muy conocida como el volcán de Santa Ana, cayeron en una emboscada Nocturna del batallón Tecana, 5 compañeros, Rutilio, el chirajito, Neuman, Wualter y William, éste último, primo mío por parte de papá, qué me dolió su muerte, porque yo lo metí en la “jugada”. Me arde la conciencia, aún me arde. Después nos dimos cuanta que una familia de campesinos que se fingieron colaborar con nosotros, nos delataron. En nuestro caso, no quisimos hacer nada, porque se trataba de gente civil y muy humilde, pero hubieron otros compañeros, mandos medios, que pensaron que hubiésemos vengada la muerte de nuestro compas. Hoy que se termino esa parte de la historia en mi país pienso que fue lo mejor que hicimos. Hoy empero, supongo que el CHE se vio en muchos de estos casos (dado su grado de comandante en el ejército rebelde) , o sea, muchos casos en los cuales se debe de ser capaz de matar. Está es la ley de la guerra y si el infiltre está dentro, la rabia que uno puede llegar a tomar supera todo lo bueno que se lleve dentro. ¿Empaña esto el Amor? No lo creo aunque en todo conflicto el amor y la rabia o el odio se cruzan constantemente y lograr el equilibrio entre ambos sentimientos es todo un arte de mentalidad psicológica. Quiero decir con esto que el gran Amor del CHE por latino América fue puro y grande. ¡Y quienes jamás ha vivido una guerra civil, mejor que se queden tranquilitos porque no saben de lo que hablan. AMEN |
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