La Habana se anota éxitos diplomáticos - LA CUBA DEL GRAN PAPIYO

La Habana se anota éxitos diplomáticos
El Nuevo Herald- Pablo Bachelet

Mayo 20th, 2007 - Después de que Fidel Castro se enfermó en julio, Washington empezó a exhortar a América Latina, al Caribe y a Europa a que presionaran a La Habana para que avanzara hacia la democracia. Altos funcionarios estadounidenses viajaron al exterior para promover la iniciativa y el presidente Bush discutió con frecuencia el tema de Cuba cuando recibió a jefes de Estado.
El efecto ha sido el opuesto.

Alegando que es el momento de reforzar los vínculos con Cuba y no de tratar de presionarla o aislarla, casi todas las naciones han mantenido silencio sobre la política de La Habana o han incrementado sus contactos con la nueva dirigencia cubana, dicen los observadores.

En realidad, la importancia internacional de la isla parece haber crecido con el mando del hermano de Fidel y sucesor designado, Raúl Castro, pese a la ausencia del carisma del gobernante de 80 años y a las especulaciones sobre un futuro de Cuba sin él.

''Fidel está enfermo y no aparece en público y, sin embargo, Cuba, como país, mantiene la mismo relevancia'', dice Frank. O. Mora, profesor en la Escuela Nacional de Guerra en Washington. ``Es casi como si desmintiera cualquier intuición''.

Desde hace mucho tiempo, Washington ha insistido en que Cuba tiene que cambiar su sistema comunista antes de poder disfrutar de buenas relaciones con el mundo democrático. La Habana ha rechazado llevar a cabo cualquier cambio significativo, ha calificado las demandas de Estados Unidos de violación de su soberanía y se ha forjado una identidad como el David que lucha contra el Goliat estadounidense.

Este enfrentamiento se ha mantenido durante décadas, pero de repente las expectativas se intensificaron cuando Cuba anunció el 31 de julio que Castro había sufrido una operación intestinal y había entregado las riendas del poder a su hermano y a media docena de otros altos funcionarios gubernamentales, un hecho que al parecer aumentaba la posibilidad de un cambio.

Un puñado de países como Costa Rica y Checoslovaquia declararon públicamente que era hora de que Cuba cambiara. Pero la mayoría ignoró la solicitud de Estados Unidos de condenar a La Habana.

El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, ha estado muy ocupado en los últimos tiempos, viajando a Europa, América Central y América del Sur, y haciendo una gira por Asia con visitas a la India, Vietnam y China.

Entretanto, el ministro español de Relaciones Exteriores, Miguel Angel Moratinos, hizo una histórica visita a La Habana, la primera de un canciller europeo desde que la represión contra los disidentes en el 2003 provocó que la Unión Europea congelara sus contactos con la Habana.

Las razones por las que la mayoría de los países no ha decidido apoyar a Estados Unidos varían, dicen los expertos.

En América del Sur ahora dominan gobiernos de izquierda que se oponen a presionar a Cuba. Estos abarcan desde populistas antinorteamericanos, como el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, hasta el de Brasil, el moderado Luiz Inácio Lula da Silva.

''Están muy felices de tener relaciones perfectamente normales con La Habana'', dijo William LeoGrande, un experto sobre Cuba de la American University en Washington, ``y piensan que la política estadounidense de aislar a Cuba es un gran error''.

Y aunque muchos países creen que sería deseable una democracia en Cuba, tienen la opinión de que la nueva dirigencia cubana podría llegar a establecerla. A estos nuevos líderes, piensan, se les debería cortejar y no distanciar con presiones.

''Por primera vez en muchos años, puede existir la oportunidad de influir en los acontecimientos en una forma que agradaría a los regímenes democráticos'', dijo un diplomático occidental, que pidió permanecer anónimo para poder hablar libremente. ``Si podemos lograr eso con algunos gestos, ¿por qué no?''

El viaje de Moratinos a La Habana el mes pasado subrayó este enfoque. Fue un viaje muy significativo, porque España es la voz principal sobre América Latina en la Unión Europea (UE) de 27 miembros. La UE sancionó a Cuba con recortes a la ayuda y otras medidas tras la ofensiva represiva contra los disidentes en el 2003, pero ahora España está presionando para mejorar las relaciones entre Cuba y la UE.

Tras su visita, Moratinos les dijo a los senadores españoles que su gobierno quiere un ''intenso diálogo'' con La Habana, tomando en consideración ''la nueva realidad política'' en Cuba.

Moratinos se reunió con Raúl Castro durante dos horas y anunció que los dos países estuvieron de acuerdo en discutir los derechos humanos, a partir del 28 de mayo. Pero para no irritar a sus anfitriones, Moratinos rehusó reunirse con disidentes, lo que molestó a éstos, a la oposición española, al gobierno de Bush y a muchos cubanoamericanos, subrayando las divisiones en el tema de cómo lidiar con Cuba.

La representante Ileana Ros-Lehtinen, la principal republicana en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara, dijo que era ''terrible'' que Moratinos hablara de derechos humanos en Cuba pero ``que no tomara ninguna medida concreta para presionar a sus anfitriones cubanos sobre este asunto''.

La Unión Europea se mantiene dividida sobre Cuba. Países como Grecia, Chipre, Italia, Portugal y Bélgica respaldan la posición española. Los checos y otros países del antiguo bloque soviético, como Polonia, Hungría y Estonia, favorecen un enfoque más duro.

El gobierno de Bush ganó algo parecido a una victoria el mes pasado cuando la UE estuvo de acuerdo en mencionar a Cuba en una declaración conjunta, tras la cumbre anual de la UE y EEUU en Washington. La declaración planteaba que las dos partes trabajarían juntas en el apoyo a los derechos humanos, la libertad de prensa y de expresión en América Latina y ``en particular, apoyaremos al pueblo cubano en su esfuerzo por ejercer esos mismos derechos''.

Cuba, por su parte, ha estado desarrollando su propia ofensiva diplomática. Al dirigirse al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en marzo, Pérez Roque dijo que los derechos humanos no debían convertirse en un pretexto para promover objetivos políticos.

El Movimiento de Países No Alineados (NOAL) de 118 miembros, que ahora Cuba preside, emitió una declaración para quejarse cuando Luis Posada Carriles, un militante exiliado acusado de haber puesto una bomba en un avión cubano en 1976 en el que murieron 73 personas, fue puesto en libertad bajo fianza mientras aguardaba un juicio por cargos de fraude de inmigración. Los cargos luego fueron desestimados.

Una cumbre del NOAL en La Habana en septiembre atrajo a 50 jefes de estado o gobierno, incluyendo a los presidentes Mahmud Ahmadinejad de Irán y Bashar Assad de Siria. El presidente de Haití René Préval hizo una visita oficial a Cuba en diciembre.

Algo que ha fortalecido la posición cubana ha sido su amistad con el presidente de Venezuela Hugo Chávez, un populista rico en petróleo y el probable sucesor de Castro como el líder de la izquierda antinorteamericana en América Latina. Ahora Venezuela le da a Cuba un estimado de $2,000 millones en subsidios petroleros anuales.

Los presidentes izquierdistas Evo Morales de Bolivia, Daniel Ortega de Nicaragua y Rafael Correa de Ecuador también le han dado un fuerte apoyo a Cuba.

China se ha convertido en el mayor socio comercial de Cuba después de Venezuela, y tres delegaciones de Pekín han visitado La Habana en lo que va de año, incluyendo una que se reunió con Fidel Castro el mes pasado durante una hora.

Compañías de China, India, España y Noruega esperan explorar los depósitos de petróleo cubano frente a sus costas.

Recientemente, incluso aliados cercanos de Estados Unidos parecen deseosos de cortejar a Cuba, en lo que se ha convertido en un desfile de dignatarios a La Habana. Canadá está enviando a Cuba esta semana a Len Edwards, su ministro adjunto de Relaciones Exteriores. Japón y Singapur despacharon altos funcionarios a principios de este mes.

El nuevo presidente de México, Felipe Calderón, ha hecho gestos amistosos hacia Cuba y, al parecer, piensa mandar a un importante aliado político, Gabriel Jiménez Remus, como embajador en La Habana. Un obstáculo: Cuba le debe $380 millones a BancoMext, la agencia mexicana de préstamos de importación y exportación.

Hasta el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, ha dicho que quiere empezar un diálogo con Cuba. El país comunista fue separado de la organización en 1962.

Para los opositores de la política norteamericana hacia Cuba, todo esto constituye una prueba de que esa política no está funcionando.

''La postura de todo-o-nada de la administración está divorciada de la realidad en que se ha basado nuestra política hacia Corea del Norte, China, Vietnam y otros países comunistas'', escribieron recientemente en el diario The Washington Post los representantes Charles Rangel (demócrata por Nueva York) y Jeff Flake (republicano por Arizona). ``Es una fórmula para la irrelevancia''.

Tanto el enfoque estadounidense como el español, sin embargo, confrontan duras batallas. Históricamente, La Habana no ha emprendido ninguna reforma, ni por la presión de los críticos ni por los incentivos de los amigos, a no ser que se haya visto obligada por la presión interna para hacer algún cambio.

México trabaja "con discreción" para acercarse a Cuba y Venezuela: SRE