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De: matilda  (Mensaje original) Enviado: 23/06/2007 21:32

Stay- behind : Fracaso del operativo en Venezuela
Implicación de las redes secretas de la CIA para derribar a Chávez
por Thierry Meyssan*

Las manifestaciones que fueron reprimidas aparentemente por el poder venezolano, la demisión del presidente Chávez bajo la presión del ejército y otros grupos de poder. Luego, la constitución de un nuevo gobierno civil suponía ser la continuación lógica y normal de una serie de acontecimientos caóticos y trágicos. Sin embargo, el fracaso y fuga de este nuevo poder a consecuencia de una insurrección popular a permitido en realidad de poner a la luz y descubrir una operación planificada por Washington. Es una ocasión rara y única para analizar los métodos de ingerencia de la red de espionaje «stay-behind».



18 de mayo de 2002

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 fran챌ais


Revelaciones de un complot

Cuando Pedro Carmona anuncia a la radio que se retira y que asume toda la responsabilidad de estos días caóticos, asegura haber actuado "sin premeditación ni conspiración". Pero el vicepresidente Diosdado Cabello, muestra a la prensa una banda de ceremonia presidencial abandonada por los golpistas. Lleva la marca de un fabricante madrileño. Según los chavistas, esto atestigua que el golpe de estado no era una respuesta a las manifestaciones del 11 de abril, sino que todo había sido premeditado y calculado. Esta segunda versión de los sucesos no tardará en confirmarse por las revelaciones de la prensa internacional.

Se sabe hoy en día que la decisión de derrocar a Hugo Chávez hacía parte de la «Matriz del ataque Mundial» doctrina elaborada por George Tenet (director de la CIA) y avalado por el presidente Goerge W. Bush el 15 de septiembre 2001. Estas operaciones secretas debían ser realizadas mucho más tarde. La CIA pensaba en un derrocamiento o asesinato político. Cual fuera su método, el adelanto de estas operaciones de manera precipitada se debe al llamado que formularon Irán e Irak, después que estos dos países amenazaran con imponer un embargo petrolero a todos las naciones que apoyaran las acciones del gobierno judío de Ariel Sharon en su política genocida en los territorios palestinos ocupados militarmente. (Operación Remparts).

De esta manera, organizando el golpe de Estado en Caracas, la CIA «mataba dos pájaros de un tiro», de un lado, liquidaba a Chávez y por otro lado paralizaba a la OPEP, cuya secretaría general es dirigida por el Venezuela en este mandato. [1] (Defendiendo de esta manera los EEUU sus intereses en el Medio Oriente y a su incondicional aliado judío).

La planificación de estas operaciones fue supervisada en el Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca por Elliot Abrams [2]. Cercano del Dr. Henry Kissinger y antiguo Secretario de Estado bajo la administración Nixon y Reagan.

A Abrams se le había prohibido el acceso al Congreso de los Estados Unidos en 1987 después que mintió a una comisión de investigación parlamentaria para ocultar su verdadero e importante rol durante el Irangate y las masacres que fueron perpetuadas en El Salvador [3].

Elliot Abrams estuvo igualmente implicado en el tráfico de drogas organizado por por el Estado norteamericano para financiar a los Contras de Nicaragua [4]. En estos últimos años ocupó el cargo de presidente del Centro de Ética y Política Pública [5] (sic), Elliot Abrams fue recolocado a la presidencia de la Comisión para la Libertad Religiosa en el Mundo (USCIRF) [6] a partir de este nuevo puesto y desde esta organización pudo coordinar sus ataques en las instituciones internacionales contra la laicidad francesa [7].

Paralelamente, animó el Media Center Research [8] cuyo objetivo era limpiar los medios de comunicación de todo aquello que vaya en contra de la concepción de los valores norteamericanos. Este integrista, especialista de los "golpes bajos" ha sido discretamente integrado a la nueva administración Bush con el título de Director para la Democracia, los Derechos Humanos y las Operaciones Internacionales (sic) en el Concejo Nacional de Seguridad [9].

Elliot Abrams ha contado con el apoyo de Otto Reich, actual Sub Secretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos [10] . Personaje controvertido [11], Otto Reich fue el lobbyista que más dinero recibió por parte de la familia Bacardi [12], inspirador permanente de la política estadounidense anticastrista y artesano de las leyes Helms-Burton que refuerzan el embargo a Cuba. Implicado como Elliot Abrams y Colin Powell en el Irangate, Otto Reich era en esa época responsable del servicio de propaganda del Departamento de Estado y obedecía, él también, al coronel Oliver North. Violando las leyes norteamericanas, Otto Reich en vez de utilizar los fondos asignados por el Congreso para la propaganda USA en el extranjero, Otto Reich las utilizó para corromper periodistas norteamericanos, intoxicar y desinformar a sus conciudadanos [13]. Reich fue también embajador en Venezuela, experto en un think tank conservador, el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS [14]).

Para financiar los movimientos de protestación, Elliot Abrams y Otto Reich recurrieron a los diversos disfraces con que cuenta la CIA, principalmente el National Endowment for Democracy (NED [15]). Creado en 1983 por Ronald Reagan, el NED era administrado por Henry Kissinger por el presidente del sindicato AFL-CIO Lane Kirkland. Presidido hoy en día por Carl Gersham y sobre todo administrado por el general Wesley Clark (ex jefe supremo comandante de la OTAN durante la Guerra del Kosovo) y por el inevitable Frank Carlucci (antiguo director adjunto de la CIA, actual presidente del Carlyle Group y administrador de la fortuna de la familia Ben Laden) [16].

Para llevar a cabo esta operación, el NED gastó cerca de dos millones de dólares en Venezuela [17]. Movilizó a sus cuatro filiales, la International Republican Institute (IRI [18]), la National Democratic Institute for International Affairs (NDIIA), un tercer organismo creado con la Cámara de Comercio USA: el Center for International Private Entreprise (CIPE) [19], y un cuarto organismo, creado en común con el sindicato estadounidense AFL-CIO, la American Center for International Labor Solidarity (ACILS [20]) llamado «Solidarity Center» [21].

Abrams y Reich recibieron juntos a numerosas personalidades venezolanas en Washington pocas semanas antes del golpe de Estado, entre lo más importantes están Elías Santana (Queremos Elegir) y al sindicalista Carlos Ortega (CTV). Los desplazamientos y viajes fueron pagados por el IRI. Buena cantidad del dinero fue entregada por el ACILS -Solidarity Center al sindicato obrero venezolano (CTV), mientras que el CIPE financiaba al sindicato patronal de Fedecamaras.

La elección de Pedro Carmona como presidente del gobierno de transición fue realizado en concertación con la familia del ex presidente Rafael Caldera (Opus Dei [22]) y el magnate latinoamericano Gustavo Cisneros (posición 56 como fortuna mundial según la clasificación de la revista Forbes, con 5 mil millones de dólares). Este último hombre es un amigo personal de Felipe González (antiguo primer ministro socialista español) y de George Bush padre (antiguo director de la CIA, posteriormente presidente de los Estados Unidos) a quienes invita en sus excursiones de pesca. Cisneros es también el agente de la Coca Cola en América del Sur, una cobertura frecuentemente utilizada por los agentes del stay-behind [23]. De perfil maleable y sin gran carácter, Pedro Carmona debía permitir a Cisneros de gobernar el Venezuela desde la sombra.

La manipulación de los medios de comunicación fue montada por Abrams y Reich y facilitada por Cisneros quien posee en primer lugar la AOL Latin America, DIRECT TV Latin America (300 cadenas de radio y televisión en 28 países) y Univision (la cadena TV hispana en los Estados Unidos). Durante el golpe de estado, estos medios difundieron informaciones falsas y mentirosas, según la cual Hugo Chávez habría ordenado disparar sobre los opositores y manifestantes. En realidad, las víctimas fueron asesinadas por la policía de la ciudad de Caracas, entrenadas en los Estados Unidos por una unidad del FBI. Otto Reich reconoció haber estado en contacto frecuente con Gustavo Cisneros durante los acontecimientos golpistas [24].

Respecto a las manipulaciones de los medios de información internacional, una carta de Intelligence resalta que dos agencias anglo-sajonas Reuters y Associated Press difundieron boletines contradictorios y elementos no verificables, muy alejados de la realidad [25].

La selección de los oficiales venezolanos implicados en el golpe fue obra de Otto Reich quien resulta ser el administrador [26] de la Western Hemisphere Institute for Security Cooperations (WHISC [27]) en Fort Benning, antiguamente conocida bajo el nombre de Escuela de las Américas.. Esta escuela ofrece una formación a los militares latino americanos y sirve al reclutamiento de agentes para el stay-behind [28] en la región. Fue parcialmente reformada por el presidente Clinton, mucho después que la opinión pública norteamericana tomó conciencia que esta escuela formó durante muchas décadas las juntas militares latinoamericanas golpistas y que entre otras cosas enseño técnicas y cursos de tortura [29].

Para preparar el terreno y la opinión pública, al mismo tiempo de abrir la posibilidad de una intervención militar directa de los Estados Unidos, 200 000 US $ dólares fueron depositados en cuentas bancarias en Miami al almirante Carlos Molina y al coronel Pedro Soto. Los dos hombres fueron los que exigieron la demisión de Hugo Chávez acusándolo de ayudar a la guerrilla colombiana de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia [30]), una acusación difamatoria que permite avalar las operaciones del Golpe de Estado en el marco de la «Guerra al Terrorismo».

El 16 de abril, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, declaraba personalmente que «Los Estados Unidos han tenido contactos con una larga coalición de venezolanos estos últimos meses, en cuales están comprendidos una serie de representantes patronales y empresariales [...] y nuestro mensaje siempre ha sido el mismo. Es a los venezolanos que incumbe la responsabilidad de resolver la situación en Venezuela pacíficamente, democráticamente y constitucionalmente, y nosotros hemos dicho explícitamente a los dirigentes de la oposición que los Estados Unidos no dará su ayuda ni su sustento en vista de fomentar un golpe de Estado».

De otro lado, el portavoz del Pentágono, Victoria Clarke declaraba: «Yo puedo decirles categóricamente que nosotros tenemos alguien en nuestro departamento político [el subsecretario adjunto a la Defensa, Roger Pardo-Maurer [31] - quien ha encontrado recientemente [el 18 diciembre 2001] al jefe del Comamdo Conjunto de las Fuerzas Armadas [el general Lucas Romero Rincón], y que le ha dicho muy claramente, que los Estados Unidos tienen la intención de apoyar la democracia, los Derechos Humanos y que de ninguna manera apoyan ni aprueban cualquier golpe de Estado o actividad anticonstitucional cual sea».

En realidad, fuera de disuadir a los conspiradores, las autoridades norteamericanas le han dado todo su apoyo y ayuda logística a los golpistas. En el terreno, los golpistas fueron aconsejados por el agregado militar de la embajada norteamericana en Caracas, el teniente coronel James Rogers [32]. También gozaban con los apoyos logísticos de la Marina (US Navy [33]).

Consejos telefónicos fueron dados por Otto Reich y en Caracas por embajador Shapiro a Pedro Carmona, a medida que los acontecimientos y las primeras decisiones del gobierno provisorio avanzaban [34].

Los golpistas habrían beneficiado igualmente de los concejos de un consultorio privado, Phoenix Consulting Group [35], que emplea antiguos agentes de la CIA.

Después del fracaso del golpe de Estado, los servicios secretos norteamericanos organizaron la fuga de los golpistas. Muchos de ellos fueron recibidos en Miami por el comerciante de armas Isaac Pérez Recao [36].

Es poco probable que la administración Bush acepte este fracaso y una nueva tentativa de pronunciamiento tenga lugar en un futuro [37].

 Thierry Meyssan
Periodista y escritor, presidente de la Red Voltaire con sede en París, Francia.



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