Me cuenta Cicerón, que el otrora maravilla del balompié mundial, Diego Armando Maradona, no vino a la Copa América por amor al socialismo del Siglo XXI y mucho menos por su amistad con el padre de la revolución. Me dice Cicerón que el “El Pelusa” pidió a los organizadores del evento la suma de 40 mil dólares para actuar como imagen del espectáculo deportivo que se realiza ahora mismo en nuestra tierra, firmar autógrafos, participar en el saque inicial de algunos partidos -incluyendo el del día inaugural- y conceder algunas entrevistas para las televisoras oficiales.
De paso, el sureñito se habría quejado con los organizadores que tuvieron la maravillosa idea de traerlo, por no asignarle a él y a sus acompañantes por lo menos tres guardaespaldas para que lo custodiaran durante su visita a los diferentes parques donde se realizan los partidos de la Copa América.
En voz baja
La gente se pregunta por qué “El rey Pele” no aceptó fotografiarse al lado de Maradona, y mucho menos asistir como invitado de honor al lado de “El Pelusa”… cuando el río suena, piedras trae.