Fidel Castro como los grandes de la historia no morirá jamás
Roberto Jiménez Maggiolo
“La inmortalidad es una vida
que adquirimos en la memoria
de los hombres”
Diderot
Siempre he pensado que otra vida o la pretendida inmortalidad del alma, es un cuento inventado por los religiosos, especialmente cristianos que, comercian con la ingenuidad o la estupidez humana y que, lo mejor respecto a esa palabra, pues no es ni un concepto posible, creo que lo saqué de Unamuno, cuando expresó que la única inmortalidad que tenemos los hombres mortales irremediablemente, es “LA POSTERGACIÓN DEL OLVIDO”. Por eso ese fenómeno psicológico lo experimentamos todos y tratamos de postergar el olvido de los seres queridos, pero el olvido llega; en dos generaciones más, los biznietos o tataranietos, ya no saben nada o casi nada de sus antecesores y en los cementerios, ni en los monumentales como el de Génova en Italia, que sirve de “atracción” turística, la mayoría de los grandes mausoleos, no tienen dolientes y apenas sabemos el nombre del difunto porque está puesto allí, a veces en letras doradas de bronce o esculpidas en el mármol.
Luego, los hombres que destacan en la ciencia, las artes y la literatura, se tardan más en olvidarlos; pese a los siglos Leonardo Da Vinci (está vivo hasta para especular en su nombre), Fidias, Miguel Ángel, Rafael, Velásquez, Rembrandt, Van Gogh, Dalí, Picasso, siguen entre nosotros y un poco menos cantantes y actores como Caruso, Kraus, C.Bernal, Lanza, Laurence Olivier, Clark Gable, Orson Welles, y muchos otros, o compositores y músicos prodigiosos como Vivaldi, Mozart, Beethoven, Haydin, Brahams, etc., y especialmente poetas como Horacio, Virgilio, Petrarca, Dante, Machado, Neruda, muchas otras listas largas imposibles de resumir aquí sin lamentables olvidos, son quienes dejaron una obra portentosa en la disciplina o pasión que escogieron en la vida y por eso perduran en el tiempo (aunque es redudante), pues a todos según una escala de méritos que no es numerada sino sentimental, los admiramos y queremos.
Sin embargo hay otros hombres, todavía más universales por su personalidad (cuyas constantes son la persistencia de su ideales sociales y humanitarios; su valor y constancia en la “empresa” esencialmente humana, en el bien o beneficio que hacen a los pueblos del mundo, en el sacrificio, hasta de su modo de vida o de morir, por obtener nada para ellos y todo para todos: esos hombres los llamamos héroes (Bolívar, San Martín, O’Higgins, Martí, etc.,) y son por siempre nuestros ejemplos, estrellas en el firmamentos o íconos de vida elevada y noble, en búsqueda de la libertad, la felicidad y la justicia, para todas las generaciones que les siguieron y les siguen. Esos son los verdaderos inmortales, por la postergación más extensa por siglos; aquellos otros grandes señalaron grandezas individuales para ejemplos o emulaciones individuales. Para los pueblos con poca cultura elitesca, marginados o hambreados no por Dios sino por otros hombres poderosos y malos, casi no existen; los han oído nombrar. Empero, para los que en cualquier período de la historia lucharon por su libertad, por su calidad de vida, por la justicia, esos jamás se olvidan. Unos están ya en el pasadoysiguen viviendo y reproduciendo sus ideales en la mayoría; otros los tenemos presentes haciendo obra y construyendo ejemplo. A ellos pertenece Fidel; calumniado mil veces por el Imperio y sus lacayos en el mundo, pero erguido como una figura de la historia que nunca morirá, inspirando a un pueblo heroico, valiente y alegre con su destino, como lo es el pueblo cubano.
Allí existen ya miles de Fidel Castro y es una utopía creer que si desaparece (QUE NO SERÁ TODAVÍA) la gusanera cubana de los secuaces de Batista y otros bandidos, van a regresar a “recuperar” la Isla. Recuerdo con gracia la ocurrencia de André Marois invitado a un Congreso Médico cundo declaró; yo veo tantos afanes y progresos en salud y ciencia, pero tengo entendido que pese a todo, la mortalidad del hombre es del ciento por ciento. Por eso los del norte también estirarán la pata como dice el pueblo y ni que se congelen como Walt Disney, sobrevivirán en la historia universal. Eso no es inmortalidad; es un bloque de hielo sin valor, porque los hombres grandes como Francisco de Miranda, aun si aparecer sus restos, está vigentes o vivos en la historia. El pueblo cubano ya es un inmenso Fidel Castro que seguirá los caminos de la historia grande, como espero los seguirá también Hugo Chávez Frías y todos los hombres de gobiernos que sueñan y ya están realizando, la integración del Sur.
La Historia no se detiene para estos hombres excepcionales, pero indudablemente que sí se detiene o enloda, para los malhechores, los imperialistas o los mediocres arrastrados que los siguen como becerros sin mente.. Fidel está vivo en el presente y continuará así en la biografía del mundo; sabandijas como Bush y sus acólitos, quedarán entre el polvo de las páginas vieja y olvidadas de la Historia, o manchadas de petróleo y sangre. Posiblemente el partido CEV no bailó por la incomodidad de las sotanas, a menos que lo hicieran desnudos de alegría; más estoi seguro que sus oraciones no son por la vida, sino por los deseos de muerte ejena. Sin embargo, recuerden a Marois. ¡Viva Fidel Castro, viva Cuba; viva Hugo Chávez, viva Venezuela! Estas son las breves oraciones de los pueblos del mundo.