La denuncia, que llegó al diario The Observer, destacó que los estándares de limpieza e higiene de los hospitales británicos "deja mucho que desear".

Según el informe, cerca de la mitad de las hospitales del país cuenta con cocinas muy sucias, plagadas de animales que contagian enfermedades.

Además, denunció que los empleados hospitalarios no se lavan las manos correctamente, la comida se almacena mal y los desperdicios son arrojados incorrectamente.

De los 377 hospitales del Servicio Nacional de Salud (NHS), 173 fueron hallados con deficiencias en la limpieza de sus cocinas o bares utilizados por empleados, pacientes y visitantes.

Once de los 173 hospitales con problemas higiénicos estaban apestados de ratones. Del total de los hospitales, 68 no cumplían con los estándares mínimos de almacenamiento de comida y 66 de ellos guardaban alimentos a la temperatura incorrecta, algo que puede estimular el crecimiento y propagación de bacterias.

El informe señala que además de guardarse comida a temperaturas que no son las correctas, se pueden ver en algunos hospitales restos de comida pegada en equipos. Otra práctica peligrosa de contaminación incluye, por ejemplo, guardar helado y camarones juntos, en heladeras y freezers, jugo de naranja junto a remedios, y bandejas de comida de los pacientes usadas para transportar material contaminado desde las guardias.

Por lo menos a ocho hospitales se les encontró niveles de higiene tan terribles que tuvieron que ser inspeccionados cada seis meses, según el informe.

Se descubrió a una de las personas encargadas de distribuir la comida chupándose los dedos y comer de una olla mientras trabajaba en el servicio de la cocina. "Esta práctica debe terminar inmediatamente. No se tolerará la contaminación cruzada de alimentos en un trabajo de alto riesgo por parte de las personas que distribuyen la comida y que tienen un pésimo nivel de higiene personal", concluyeron los inspectores.

"Estos hallazgos muestran un panorama terrible en la higiene de alimentos de los hospitales", declaró el parlamentario Norman Lamb, portavoz de asuntos de salud de los liberales democráticos.

"Es inaceptable que se permitan estas prácticas horribles en lugares donde la higiene debería ser prioridad sobre todas las cosas. Los pacientes son muy vulnerables a las infecciones, y lo último que esperan es que la comida tenga bacterias", agregó.

Lamb instó al gobierno a tomar medidas al respecto y a crear un sistema de regulación de estándares de higiene en hospitales públicos.

El parlamentario sugirió la creación de un nuevo sistema claro y accesible de puntos para medir el nivel de higiene en las cocinas de los hospitales, dejando para los peores puntajes "su difamación y humillación", como una medida para elevar los niveles y beneficiar a los pacientes.