CINCO FÁCILES REGLAS QUE PODRÍAN MEJORAR NUESTRAS RELACIONES CON LATINOAMÉRICA

SEA AMABLE. —Ya se sabe que nosotros los americanos del norte somos más lindos que ellos, más guapos y más de todo, pero a los nativos les molesta que se les recuerde constantemente lo idiotas que son. ¡Al fin y al cabo son humanos! Pórtese con sencillez. Si tiene que darle un puntapié a alguno, hágalo con naturalidad. ¡Nada
de altanería!
HAGA AMISTADES. —Hay norteamericanos que se pasan años enteros en un país sin relacionarse más que con los empleados de un bar. ¡Esa conducta es errónea! Hágase amigo de todos los cantineros en todos los bares. No sabe usted cuándo le va a hacer falta que uno de ellos Le consiga un Alka-Seltzer.
MUESTRE SU BUENA VOLUNTAD. —Si hay algo que un latinoamericano aprecie es la disposición de ayudarlos. Por eso si se presenta la oportunidad de enseñarles a los nativos cómo se hace un Casino de Juego, o cómo se controla el negocio de drogas, ayúdelos. Recuerde que Latinoamérica está atrasada en muchos aspectos.
RESPETE LAS TRADICIONES LOCALES. —En algunos países de la América Latina es costumbre robarse las urnas en las elecciones y colgar a los adversarios del gobierno. Respete esas tradiciones. Puede que usted opine que en vez de colgados debieran freírlos en aceite, pero no lo diga. Los latinoamericanos pueden considerar eso como una intromisión.
PÉGUELES UN TIRO EN LA CABEZA. —Con algunos latinoamericanos este suele ser el método más eficaz de entenderse, y desde luego, evita tener que usar los otros cuatro.