JUEVES 27 de SEPTIEMBRE de 2007
27/9/2007
El presidente iraní
Permitir que el presidente del principal estado del mundo patrocinador del terrorismo visitara la Zona Cero sería un obsceno bofetón a las víctimas y los supervivientes de los ataques del 11 de Septiembre. La propia petición es un insulto de la peor clase.
Mahmud apestoso
Por Steven Emerson
Hya que dar crédito crédito al Presidente iraní Mahmud Ahmadineyad por su caradurismo: solicitaba permiso para visitar la Zona Cero mientras se encuentra en Nueva York con motivo de la sesión de la ONU.
En otras palabras, una solicitud para visitar el enclave del peor ataque terrorista de la historia -- a nombre de un tipo que está implicado hasta las trancas en el terrorismo.
El gobierno de Irán ha apoyado durante décadas el terrorismo activa y orgullosamente. Creó y dirige a Hezbolá al tiempo que financia a Hamas y a otras organizaciones terroristas palestinas.
Irán coordina su patrocinio terrorista en gran medida a través del Ministerio de Inteligencia y Seguridad, vía el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria. La Guardia es también la principal plataforma de poder de Ahmadineyad - él es un veterano del Cuerpo.
En el momento de la Revolución iraní, Ahmadineyad era miembro del Comité ejecutivo del grupo estudiantil que inicialmente secuestró la embajada norteamericana e hizo rehenes a los diplomáticos norteamericanos. Durante su último período en la Guardia, fue miembro del equipo de asesinatos que mató a varios disidentes kurdos iraníes exiliados en Viena en 1989.
Una de las cinco ramas de la Guardia, la Fuerza Al Quds (Jerusalén), ostenta la responsabilidad principal de coordinar a los grupos terroristas y redes durmientes en todo el mundo -- así como a los grupos y milicias en Irak que ahora ponen sus miras en las fuerzas americanas.
El 11 de febrero, Estados Unidos informaba de que Irán era la fuente de proyectiles explosivos altamente letales que están siendo proporcionados a los grupos insurgentes chiítas iraquíes. Este abastecimiento iraní ya ha costado la vida a 170 soldados norteamericanos. Dos meses después, Estados Unidos afirmaba que Irán está proporcionando también a los grupos insurgentes sunitas los dispositivos.
Irán mantiene también una cálida relación con Al Qaeda -- ayudándola en la víspera del 11 de Septiembre, y desde entonces:
La relación Al Qaeda-Irán comenzaba a finales de 1991 o principios de 1992, cuando agentes iraníes se reunían con líderes de Al Qaeda en Sudán e informalmente acordaban proporcionar apoyo mutuo para ataques contra Israel y Estados Unidos.
Poco después de esta reunión inicial, operativos e instructores de Al Qaeda acudían a Irán, donde recibían formación en explosivos.
Después de que Al Qaeda se viera obligada a reubicarse a Afganistán desde Sudán, agentes iraníes continuaban reuniéndose con figuras de la dirección de Al Qaeda. Funcionarios iraníes con frecuencia recibían a los operativos de Al Qaeda no sellando sus pasaportes -- facilitando el paso encubierto a través de Irán.
El Informe de la Comisión del 11 de Septiembre observa que 8 de los secuestradores del 11 de Septiembre viajaron por Irán entre octubre de 2000 y febrero de 2001.
Tras la liberación de Afganistán, diversas figuras importantes de Al Qaeda se refugiaron en Irán.
Varios títeres terroristas de Irán también se han cobrado muchas otras vidas americanas:
Hezbolá fue fundado en 1982 en el Valle de la Bekaa por clérigos chiítas libaneses formados en Irán. La Guardia Revolucionaria estableció campamentos de entrenamiento en el Líbano, donde los reclutas de Hezbolá se entrenaron junto a los miembros de otras organizaciones terroristas nacionales y transnacionales. Los miembros de Hezbolá sé entrenan en Irán en las bases e instalaciones de la Guardia Revolucionaria.
Antes del 11 de Septiembre, Hezbolá era responsable de más muertos americanos que ningún otro grupo terrorista, habiendo perpetrado el mortal ataque de 1983 contra los cuarteles de los marines en Beirut, que costaron la vida a 200 efectivos americanos.
El Hezbolá saudí, que también recibe financiación iraní, ejecutaba un atentado con camión bomba en el complejo residencial de las Torres Jobar en Arabia Saudí que costaba la vida a 19 americanos en 1996.
Permitir que el presidente del principal estado del mundo patrocinador del terrorismo visitara la Zona Cero sería un obsceno bofetón a las víctimas y los supervivientes de los ataques del 11 de Septiembre. La propia petición es un insulto de la peor clase.