Se profundiza la crisis agrícola
Redacción de El Nuevo Herald
La crisis de la agricultura cubana es profunda y las perspectivas de una mejoría son improbables a corto plazo, según reportes aparecidos en la prensa oficial.
''De las 448 empresas que pertenecen al Ministerio de la Agricultura, 222 cerraron sus balances económicos del 2006 con pérdidas, y 147 de ellas no tienen prevista la salida de la mala racha antes de que finalice el actual calendario'', indicó una investigación realizada por el periódico Trabajadores.
Acerca del estado actual de este renglón económico, la publicación ofrece un panorama plagado de fallas que van desde la poca productividad, disciplina y control sobre los medios materiales, hasta importantes deudas con los productores.
Los directivos del Ministerio de la Agricultura insisten en que el principal problema está en el liderazgo administrativo, pues no todos los que dirigen están capacitados para hacerlo.
Pero los ineficientes sistemas de pago al campesinado, que a veces se retrasan por más de 30 días, y las difíciles condiciones de trabajo --en la mayoría de los casos no se les garantiza ropa, zapatos, instrumentos de trabajo, ni medios de protección-- son problemas medulares que impiden la óptima explotación del campo cubano, señaló el reporte.
La agricultura apenas representa un 3.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país y sus magros resultados han impulsado intensos debates en las últimas sesiones del parlamento cubano, presididas por el gobernante interino Raúl Castro.
En su discurso del pasado 26 de julio en Camagüey, Raúl Castro insistió en que Cuba enfrente ''el imperativo de hacer producir más la tierra'' y dijo que para lograrlo ``habrá que introducir los cambios estructurales y de conceptos que resulten necesarios''.
Un estudio reciente de G.B. Hagelberg y José Alvarez --investigadores de la Universidad de la Florida (UF)-- menciona como obstáculos para el incremento de la producción agrícola, la centralización del Estado en la toma de decisiones tanto en la producción agrícola como su comercialización, y la distribución irracional de los recursos.
Las observaciones de ese estudio académico sobre la irracionalidad de la distribución de los recursos coinciden con un informe publicado por la revista Bohemia a comienzos de año, el cual reconoce que los rendimientos por hectárea, afectados por limitaciones en la maquinaria, regadíos, combustible y fertilizantes, y por ineficiencias humanas, pueden potenciarse si se ponen los recursos en los lugares donde más eficiencia productiva exista.
El gobierno reconoce que la sexta parte de las tierras fértiles del país están improductivas, con el agravante de miles de caballerías cubiertas de marabú.
El informe publicado el pasado 3 de enero en Bohemia señala que el propio Ministerio de la Agricultura ha dicho que ``se tendría más comida si se lograra llenar de plantaciones o rebaños el 30 por ciento del suelo hoy infestado de marabú u ocioso, y si se emplearan a fondo las casas de cultivo, diseñadas para obtener altísimos rendimientos, y que sin embargo son desatendidas''.