Eso de “echarles los perros” a los barrios de Caracas y no en forma amigable con la Guardia Nacional, con los mismos bastimentos que reprimen las manifestaciones pacificas de la disidencia, contribuirá seguramente a disminuir el lance delictivo, alustrando al comandante de que si hay gobierno para actuar en contra de la inseguridad, pero tendrá su costo político.
La V republica para no personalizar indiscretamente, nos metió en este embrollo, cuando permitió toda clase de latrocinios, y ahora reacciona próximo a unos posibles comicios con medidas como ésta, cuando uno de sus apoyos fundamentales lo es el âlumpen proletarioâ. Qué dirán los malandros cuando se vean rodeados de tanquetas, creyéndose poseedores de la ârazónâ inculcada por su comandante.
En un país como dijera alguien donde âsobra el dineroâ y no se consiguen los rubros alimentarios, desaparecidos y caros. Todo sube disparadamente, sin freno a pesar de los bonos emitidos por el Banco Central de Venezuela. El dólar va en una ruta despiadada contra el bolsillo de los venezolanos.
Lo que vemos actualmente no es nada para lo que vendrá. Con la reconversión monetaria sucederá algo insólito, el venezolano se creerá cada vez más pobre sintiendo en sus bolsillos el ruido de las lochas y pullas. Mirando el aumento de la inflación, cuando antes hablaba de millones o millardos.
Recordando la “épica” galleguiana, nos topamos con Juan Parao personaje de su novela Cantaclaro, quien siguiendo a las montoneras, cansado de ser pobre espetó la ineluctable frase, voy a cambiar “el menudo por la morocota”. Contrariamente al pueblo venezolano “sapiente” e identificado con Juan Parao, ahora le darán la vuelta cambiándole la morocota por el menudo.
¿Será sustentable un régimen que viene traicionando a su gente desde hace casi diez años? nadie lo sabe, porque hasta el momento hemos visto temas insólitos, cuando su comandante rodeado de la clase más rica de este país hoy la boliburguesia, les pide un voto de pobreza y no ha pasado nada. ¿Continuarán aguantando hambre o revertirán su arrechera como lo hicieron en otras oportunidades para deslastrarse de una dictadura?
Podrá el chavismo controlar la “delincuencia” como controla a la gente decente, seguirá el pueblo tras los arrebatos y emociones de un “líder” que faltó a sus promesas, lleno de dinero en repartos grotescos por el mundo.
Alcanzaremos la hora de las chiquitas en el instante menos esperado, cualquier cosa será el detonante o entraremos definitivamente en esa “guerra civil” silenciosa que venimos experimentando desde hace años, contabilizando a diario más muertos que en una guerra declarada.
La Guardia Nacional está en la calle, lo cual indica una clara emergencia de irrenunciable atención, hoy focalizada en algunos barrios de Caracas en Catia y Petare. ¿Cómo será en adelante el reparto de las cuotas de poder en las zonas marginales?
¿Quién mandará a quién, el hampa y grupos irregulares adictos al régimen se someterán a la Guardia Nacional o inversamente ocurrirá lo contrario? Esperamos se mantengan la poca institucionalidad existente en Venezuela y alguna vez se haga algo por la familia y sus hijos.
Las cosas llegan juntas para bien o para mal. Podrá el chavismo corregir sus propios errores o estaremos en la antesala de lo catastrófico e impredecible, que pudiera activarse en cualquier minuto como lo fue el “caracazo”.
Bueno, mediremos el poder de fuego de un lado y de otro. Si las balas de los malandros alcanzan mayores espacios a los utilizados por los gendarmes de verde y carrubio o son sometidos por ellos.
Será la combinación explosiva de hambre, escasez y represión para toda la sociedad civil, que antes no abarcó a los barrios donde dice el comandante mandar, siendo éstos su reserva para las manifestaciones y otras “faenas”.