El país será lo más parecido a Cuba, evanescentemente irán desapareciendo los vestigios de riquezas como los vehículos regalados por Chávez para sobornar a nuestros “apreciados” compatriotas.
El sueño revolucionario se convertirá en una pesadilla, los desdichados chavistas se darán cuenta que de nada les sirvió tantos denuedos a favor de su comandante. Odiarán todo lo que les huela a revolución ruinosa y comunismo.
Ese atardecer está pronto por llegar, “no hace falta votar” ya somos cautivos de un régimen comunistas, lo que hace falta es defendernos hasta donde sea necesario para librarnos de él.
¡Defiéndete! es nuestro planteamiento, lo plasmamos en un libro, será la sobrevivencia, será la existencia en libertad a la cual estamos acostumbrados y que por desgracia un individuo no las hurtó.
Las elecciones nuevamente se convierten en una tragicomedia para la “oposición”, entre quienes llaman a votar y quienes se acogen a la abstención; estando al corriente que el resultado está predeterminado y que algunos están negociando su perdurabilidad en el ámbito político, prestándose a las componendas del régimen. Otros, adelantadamente casi en la orfandad política, sacan su bandera blanca llamando a la gente a votar.
Señores, la izquierda echó y echa mucha vaina en este país, la izquierda “culta” se arroga la última palabra para excluirse momentáneamente del gobierno y los desechos se arriman de una vez al chavismo. Finalmente todos son iguales, chavismo con Chávez o sin Chávez no camina, es pobreza.
Un país no puede estar dirigido por quienes nunca trabajaron sino vivieron de las prebendas de los gobiernos. Las “ayudas” no enseñan a disponer, ni la teoría comunista es útil para gobernar.
Latinoamérica sirvió de cultivo para el otrora comunismo soviético, para el estalinismo que no requirió de ayudas del Plan Marshall instaurando la Unión Soviética que, tampoco estaba tan destruida como el resto de Europa, sojuzgándola después de la Segunda Guerra Mundial. Emergiendo como potencia competitiva de los EEUU y del resto de Europa.
Cosas que ya pasaron y sepultaron a la URRS. Ni el manifiesto comunista, ni la teoría económica comunista contribuyeron a arreglar el mundo.
Venezuela en su regresión y en manos de ignaros pretende recoger las miserias de ese comunismo para aplicarlo y decapitar la libertad. Pareciera un juego infantil, pero no lo es, estamos en la antecámara de una dictadura Castro-comunista, y próximos a la “legalización” de un dictador indefinidamente.
Están llevando reformas a nuestra Carta Magna inspirados en los preceptos comunistas de Cuba, asesorados por los propios cubanos. Pocos conocen los cambios que vendrán pero saben que en nada favorecerá a la ya deprimida sociedad venezolana.
Sin embargo persiste el empeño de algunos “opositores” al régimen en votar para “conducirnos” de una vez al precipicio, es votar para que nos quiten el debido proceso, es votar para que cierren los medios de comunicación, es votar para que la escasez y miseria se incremente en este país.
Y la lista seria interminable si seguimos enumerando consecuencias; empero, no votar y no defenderse también nos llevaría por la misma senda.
Todavía tenemos la esperanza que Venezuela reaccionará cómo debe ser sin apelar a los “lideres,” tradicionales. Cuando el venezolano aprenda a defenderse construyendo sus redes solidarias, la misma sociedad civil, gradualmente parirá sus dirigentes.
Lo que resta para las elecciones es poco y pudiera ser útil para la disidencia, si desde ya comienza a defenderse y las manos blancas de esa juventud agrupada en el Movimiento Estudiantil se hacen ostensibles, despertándose, percatándose de que ellos serán los primeros perjudicados y que no deben abandonar el escenario histórico, mostrándole la ruta a la sociedad civil, ciertamente alicaída y avergonzada de quienes fueron sus “lideres” hasta hace muy poco tiempo.
El voto en Venezuela no es la solución ni como lo plantean los “abstencionistas” ni lo como quieren los partidos políticos. El voto en Venezuela no existe, es como una moneda falsa sin respaldo de nadie.
No hay confianza para votar, entonces ¿votar o no votar no es el problema? Es la reforma inconstitucional que tratan de imponernos, he allí donde todos debemos coincidir, lo demás serán nuevos desengaños. ¡Defiéndete!