¿Por qué un cubano no puede alojarse en un hotel aunque disponga de dólares obtenidos honradamente? ¿Se debe ejercer la solidaridad con otros países en el campo de la salud, cuando debido a esta colaboración los servicios médicos se han deteriorado notablemente en el país? ¿Es posible evitar la corrupción mientras continúen pagándose sueldos ínfimos? ¿Por qué el Estado no estimula la creación de cooperativas y pequeñas empresas privadas en sectores en que su gestión ha demostrado ser ineficiente? Quejas y criterios como éstos, y otros que cuestionan políticas oficiales hasta ahora intocables, se escuchan estos días en reuniones y asambleas celebradas en la isla.
Entre todos
OSCAR PEÑA
El llamado del general Raúl Castro a los cubanos a expresar sus opiniones puede poner en movimiento la necesaria idea de una transparencia de sentimientos, juicios, prejuicios, posiciones y proyecciones entre cubanos. Estimamos de mucho valor esta disposición del régimen si verdaderamente esta convocatoria persigue un fin práctico, objetivo, humano, valiente y amplio en la búsqueda de soluciones a los problemas de Cuba entre todos los cubanos.
En el verano de 1990, hicimos un llamado a un Encuentro Nacional junto con los hermanos Sebastián y Gustavo Arcos Bergnes, Jesús Yáñez Pelletier, Angel Espasande, Rodolfo González, Roberto Regalado, Teresita de la Paz, Jesús Bacallao, Tania Rodríguez, José Fornaris, Ayda Valdez Santana, Armando Alonso, Sebastián Arcos Cazabón, el que suscribe y muchos otros; acción por la que recibimos como respuesta de Fidel Castro los más salvajes, vejaminosos y largos actos de repudio que ha conocido la capital del país, prisión y la expulsión de Cuba. Hoy, el Comité Cubano Pro Derechos Humanos, del que soy director ejecutivo, reitera a los sucesores del poder en Cuba ese llamado como una forma de demostrar el lamentable tiempo que ha perdido nuestra nación:
``El gobierno de Cuba no debe seguir enfrentando el decursar de los años sólo con el prisma de los colores blanco y negro, ya que es de extrema simpleza e ingenuidad negar su gran variedad de matices. Nunca se llegará a tocar a fondo todos los problemas criollos actuales y por ende, llegar a buscar soluciones verdaderas, si no son abordados con los criterios de todos los cubanos. Ha sido y es un grave error cerrar puertas y limitar a hijos legítimos de la Patria porque no han y no están de acuerdo con la línea del gobierno. Es un auto engaño inútil expresar y aparentar que todo lo que se hace en Cuba es por voluntad de los mas de diez millones de cubanos. El gobierno cubano debe tratar de no imponer su voluntad. No es cabalmente legítimo el método de tratar de presentar los actos en la Plaza de la Revolución como referéndum para determinar sobre trascendentales problemas de la Patria.
En Cuba hace mucha falta que el gobierno y todas las partes del pueblo, incluyendo a los opositores, sean más sensatos, más demócratas, evitando considerarse representantes absolutos de la verdad y la razón. Evidentemente, los cubanos sabemos lo positivo que tenemos, pero también sabemos lo negativo que existe en la sociedad actual. Ni unos, ni otros, debemos seguir tapando la parte del sol que nos quema. Realmente el bloqueo interno ha sido el más dañino de todos. El enjaulamiento no ha dado resultado: alimentar a todos los ciudadanos con las calorías necesarias para vivir, asegurar la atención médica, la educación gratuita y otros logros sociales sobresalientes para un país de América Latina no es suficiente. Ha tenido y tiene el gobierno de Cuba muchos rasgos de intolerancia que opacan y ensombrecen lo positivo. Somos un pueblo dividido y que sigue dividiéndose. Actualmente muchos compatriotas siguen optando por el éxodo. En Cuba el temor obliga a muchos a aparentar lo que no sienten. Un sinnúmero de cubanos se han convertido en magníficos simuladores con estas actuaciones diarias. Esta fotografía nacional, esta realidad, ha afectado la espontaneidad, la productividad y el civismo de nuestro pueblo.
Si el panorama anterior es cierto, también es cierto e innegable que hay en Cuba una parte considerable del pueblo que respalda al gobierno cubano y a sus dirigentes. Luego entonces, se desprende de esta realidad que hay que sopesar verdades de una parte y de la otra y buscar soluciones equitativas. No es beneficioso que el gobierno cubano trate de minimizar la realidad nacional, dando a entender que sólo tiene diferencias con el gobierno de los Estados Unidos y con los hermanos del exilio cubano. Esta visión no es real, la situación es mucho más compleja.
Dado lo antes expuesto, consideramos que si realmente el gobierno cubano tiene buenas intenciones y verdadera voluntad para buscar soluciones ciento por ciento cubanas y que contemplen a todo el espectro nacional, inevitablemente tiene que ser mediante un Encuentro Con Todos. Hay que oír a los que están exiliados fuera de Cuba y a los que están exiliados dentro. En cualquier país es normal y natural que sobre los problemas políticos, económicos y sociales, existan entre sus miembros puntos de vista y proyectos diferentes.
El Comité Cubano Pro Derechos Humanos una vez más, y a pesar de los atropellos y del hostigamiento a que somos sometidos, no pone la tranca en el camino y reitera su disposición al Diálogo Nacional. En tal sentido proponemos al gobierno y al pueblo de Cuba, dejar a un lado la ambigua e inútil carga de ''revolucionarios'' y ''contrarrevolucionarios'' que con pegada etiqueta llevamos indistintamente todos los cubanos encima, y pedimos que hagamos una tregua explorando la posibilidad de un encuentro nacional. Salgamos de cada una de nuestras trincheras, dejemos las posiciones de fuerza, las supuestas alianzas de derecha e izquierda, y sobre todo, las aspiraciones irreales de unos y otros, y bajémonos cada uno de nuestros viejos burros, y efectuemos de manera civilizada, honesta y respetuosa, y ante la mirada del mundo entero, la próxima Conferencia de Cubanos en Cuba, invitando a todas las representaciones de las distintas corrientes de opinión que existen dentro y fuera del país.
Han pasado muchos años, es vital que razonemos urgentemente entre todos sobre lo que más convenga para beneficio de la casa común de todos los cubanos: la Patria. ¡El gobierno de Cuba tiene la palabra!''
Hoy volvemos a insistir. Es la nación cubana la que esta en juego. Nadie sea ciego, iluso, ni irresponsable. No se pierda más el tiempo dentro de las estructuras del régimen, la disidencia y el exilio. Es Entre/Todos que estamos obligados a encarar los problemas del país, pactar una transición organizada y crear un estado de derechos. En 1990 el régimen fue sucio y antinacionalista. ¿Lo seguirá siendo hoy?