Adoctrinamiento en Fort Brag
Coleman resalta que el entrenamiento militar moderno está diseñado para “anular algo absolutamente demostrado en la última década, y es que los seres humanos sanos tienen una aversión inherente a matar a otros de su propia especie”.
Los recientes avances en el entrenamiento militar están diseñados para “desconectar a los reclutas de sus identidades civiles”.
La intención evidentemente es condicionar a los soldados para matar de forma más efectiva y anular su conciencia de especie.
Usando la crueldad, la humillación, la degradación y la desorientación cognitiva, los reclutas son reprogramados con una nueva forma de respuestas aprendidas”.
Para poder anular su natural aversión a matar a otros de su misma especie es necesario crear soldados enfermos.
Coleman sugiere muy aguda y acertadamente que “el que estos hombres y mujeres encuentren difícil seguir viviendo después de lo que han visto y en algunos casos hecho, no son un signo de su debilidad, si no una prueba de su humanidad”.
¿Por qué estoy aquí?
Otros factores que han contribuido al aumento de suicidios incluyen: la extensión de los periodos en zonas de combate, el redespliegue de los soldados sin considerar su agotamiento o signos de estrés postraumático, el uso masivo de drogas legales (como los antidepresivos, tranquilizantes y estimulantes para parchear sus problemas mentales) amén de las ilegales que siempre se extienden allí donde llega el ejército USA: Vietnam, Afganistán, Iraq.
Además del reclutamiento de soldados que ya tenían problemas psicológicos debido a los cada vez más laxos criterios de alistamiento que intentan paliar el creciente déficit que soporta el ejército que ya documentamos en un boletín anterior (4).
Estas cifras de la epidemia de suicidios hay que sumarlas a los 150. 000 soldados norteamericanos heridos o dañados hasta el punto de considerarse inválidos.
Imágenes que no emite la televisión estadounidense
La administración de veteranos U.S. Department of Veterans' Affairs (VA) ha tardado 9 meses en localizar los datos de las demandas de invalidez de los Veteranos de las guerras de Iraq y de Afganistán.
Esta información había sido reclamada según la ley de libertad de información Freedom of Information Act y finalmente ha sido puesta a disposición pública en la página de the National Security Archive Web (5).
Un informe del 10 de octubre del 2006 ya indicaba que 1 de cada 4 Veteranos de la guerra Global contra el Terrorismo, considerando sólo Iraq y Afganistán, reclamaban invalidez (6, 7).
Entierro de militares
A largo plazo la situación será todavía peor como lo demuestra el caso de la guerra del Golfo.
Hoy hay más Veteranos de la guerra del Golfo muertos que los de la guerra de Vietnam.
El Departamento de Asuntos de los Veteranos reconoció en mayo del 2007 las siguientes cifras:
Total de militares muertos de la guerra del Golfo: 73,846
– En los desplegados: 17,847
– En los no desplegados: 55,999
Total de enfermedades no diagnosticadas “Undiagnosed Illness” (UDX): 14.874
Total de demandas de invalidez archivadas: 1.620.906
- en los desplegados: 407.911
- en los no desplegados: 1.212.995
Porcentaje de tropas de combate que han hecho demandas de invalidez: 36% (8).
Hay que tener en cuenta que los soldados, por adiestramiento y coacciones, no reclaman, lo que quiere decir que las cifras deben ser muy superiores.
Estas cifras contrastan fuertemente con las oficiales:
3.777 el 9/7/7
Las cifras oficiales solo cuentan los muertos en combate antes de que sean trasladados en helicópteros o ambulancias.
Cualquier soldado que muera durante o después de su traslado no cuenta.
La relación con Vietnam es evidente:
73.000 muertos en Iraq
55.000 muertos en Vietnam
Iraq = Vietnam.
Y también incómoda... (9)
Hay que tener en cuenta además a todo un nuevo sector de la intervención militar que tampoco entra en las cuentas.
“Contratistas” privados. Los mercenarios de siempre.
Ahora hay una fuerza en Iraq que supera en número a los soldados estadounidenses: “los contratistas” privados. Según una investigación de Los Angeles Times, hay más de 180.000 contratistas privados financiados por Estados Unidos en Iraq. Esta cifra supera al número de soldados estadounidenses y de funcionarios del gobierno sumados. La mayoría de los contratistas son iraquíes, mientras que 21.000 son estadounidenses y 43.000 son de otros países. Probablemente la cifra real sea aún más alta, porque no todos los contratistas de seguridad fueron contabilizados (10).
Naturalmente las muertes de estos asesinos a sueldo del gobierno o de compañías privadas púdicamente llamados “contratistas de seguridad” tampoco son contabilizadas entre las bajas.
Así que si sumamos los muertos reconocidos oficialmente con los suicidios, con los inválidos, con los retirados de las listas del ejército, con los mercenarios de compañías privadas, y con los incontables que morirán o enfermarán en el futuro, debido fundamentalmente a la contaminación radiactiva de las armas que han utilizado, la panorámica es completamente diferente de la que nos presentan los medios de desinformación.
Marcha contra la guerra
Lo peor está por venir como lo demuestra la evolución de las enfermedades malignas y las malformaciones del nacimiento en Iraq (que han aumentado en un 600%) desde la primera guerra del Golfo.
Se han expandido más de 1.820 toneladas de residuos radiactivos solo en Iraq (11).
El balance de las guerras imperiales es muy negativo no sólo para las poblaciones locales, sino también para sus ejecutores que son enviados a la muerte por las multinacionales asesinas que, por supuesto, siempre tienen un balance positivo en sus cuentas bancarias.
Nunca en la historia lo ha sido hasta este extremo.
Y sería todavía mucho más negativo si esos desgraciados soldados llegasen a saber que están muriendo y seguirán muriendo por la contaminación de sus propias armas; que no están muriendo en la lucha contra el terrorismo que ha sido inventada por los mismos que les enviaron a combatirlo, sino que mueren en aras de las multinacionales para beneficio de sus accionistas.
Referencias y notas:
1- Boletin Democracy Now! 13 de diciembre, 2007.