Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
¡ Feliz Cumpleaños LindaGatita92 !                                                                                           ¡ Feliz Cumpleaños guillermo0601 !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: Colombia: el Israel de América Latina ???
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Gran Papiyo  (Mensaje original) Enviado: 05/03/2008 23:51

¿El Israel de América latina?

Por Ernesto Semán
desde Nueva York
http://static.pagina12.com.ar/fotos/20080305/notas/na40fo01.jpg

A primera vista, la idea de Hugo Chávez de que Colombia se convirtió en el “Israel de América latina” es seductora: si hacia el final de la Guerra Fría Israel se consolidó como un bastión político y militar de Estados Unidos en una zona que le resultaba hostil, en los últimos años Colombia emergió como el enclave político y (crecientemente) militar más fuerte del gobierno norteamericano en la región.

El hecho de que ambos países, junto a Egipto, sean los tres mayores receptores de ayuda militar norteamericana hace la comparación más verosímil. Y se hace más creíble aún con el hecho de que algunos paramilitares colombianos se hayan entrenado en Israel durante los ’90, y de que mercenarios israelíes haya entrenado fuerzas militares en Colombia durante el mismo período.

Para peor, ayer, mientras el presidente venezolano hacía su comparación, algunos oyentes de la radio pública de Nueva York llamaban a los programas de matiné convencidos de que esta era una gran oportunidad para que Estados Unidos interviniera abiertamente en la región “y se saque de encima a Chávez”. Como para alimentar analogías, todo esto pasaba mientras el conflicto con las FARC era explicado por un especialista (las universidades norteamericanas tienen un particular diseño por el cual producen cantidades de especialistas exactamente a la medida de las prioridades de la política exterior del país), el New York Times describía la militarización de Chávez con un detalle que excede la capacidad investigativa de un diario, Colombia denunciaba que las FARC planeaban ataques con armas de destrucción masiva y el presidente Bush recordaba, como si hiciera falta, que no abandonaría a Colombia.

¿Cuáles son los requerimientos para que Estados Unidos le otorgue a un país esa posición privilegiada de enclave? Estar situado en un lugar que Estados Unidos considere hostil y estratégico, ser (o haberse convertido en) un Estado necesitado de ayuda externa para subsistir, con una legitimidad disputada dentro y en los bordes mismos del Estado, y padecer una amenaza militar real o aparente que justifique, bajo ciertos principios, una reacción mucho mayor.

Es quizás este último punto el que puede tornar ambas situaciones similares: por un lado, la búsqueda de Estados Unidos de espacios en los que poner en acción una superioridad militar clara que reemplace, con alianzas bilaterales desiguales, el monopolio del jus belli (el derecho a iniciar una guerra) que antes recaía, en mayor o menor medida, en las Naciones Unidas. Y por el otro, la posibilidad de que las acciones militares sean infinitamente desproporcionadas respecto del peligro que supuestamente las provocó.

Se trata de algo reciente, que marca tanto el final de la Guerra Fría (y la competencia entre dos potencias por ese jus belli), como el crecimiento dentro de Estados Unidos de los neoconservadores, que desde el 2000 marcan buena parte de la política exterior de este país, sobre todo tras los atentados terroristas de 2001. Norman Podhoretz, uno de los fundadores del pensamiento neoconservador, recuerda que un elemento común a este grupo durante los ’60 (cuando ni siquiera existía como tal) era la crítica a Estados Unidos por su escaso apoyo a la consolidación del Estado de Israel. “Lo que nos diferenciaba de otros conservadores era que veíamos a Israel como un lugar altamente vulnerable, relacionado con Occidente en un lugar estratégico y vital en la lucha contra la Unión Soviética... El apoyo entusiasta (de los neoconservadores) a Israel no tenía tanto que ver con que muchos de ellos eran judíos como al hecho de que eran anticomunistas.”

Desde entonces, Podhoretz y los neoconservadores pasaron de la protesta marginal a controlar buena parte de la política norteamericana. Hoy son los neoconservadores los que diseñan las prioridades del Pentágono, son columnistas habituales del New York Times, y tienen un peso que nunca tuvieron en diseñar la agenda pública del país.

El ataque de Israel al Líbano en 2006 fue un caso típico de esta nueva situación de hegemonía neoconservadora: el uso y abuso de una acción condenable (el asesinato de dos soldados israelíes y el secuestro de otros ocho) para desplegar una acción militar mucho más amplia, que estaba a la espera de ser implementada. Como Bush señaló claramente en los días posteriores al ataque, la crisis presentaba “una oportunidad” para vincular la campaña militar israelí con “el objetivo de la guerra contra el terrorismo”.

La utilización de una situación crítica para desarrollar una acción desproporcionada (en términos de la crisis en sí y de la relación de fuerzas militares entre las partes) podría ser el centro de la comparación. Claro, si Estados Unidos y Colombia hubieran reaccionado de esa manera. La enorme militarización de Colombia bajo el auspicio del Plan Colombia desde el 2000, la presencia masiva de militares y agentes de inteligencia norteamericanos, la definición de un enemigo tan genérico que justifica una variedad de causas y recursos y cronogramas, y los consistentes esfuerzos del gobierno de Uribe por sabotear tanto el proceso de paz como el lugar que Chávez ocupa en el mismo, son todos elementos que contribuyen a la comparación con Israel.

El detalle es que Colombia en este caso ha sido el provocador (boicoteando el proceso de paz e incursionando en un territorio extranjero) y su reacción ante la respuesta de Venezuela y Ecuador está por verse. Si Estados Unidos se involucra decididamente y Colombia radicaliza en el corto plazo su acción militar, Chávez habrá demostrado una capacidad de anticipación notable y su despliegue de tropas en la frontera deberá ser leído de otra forma.

Hay, con todo, una gran variedad de elementos que conspiran contra la chance de que Colombia sea Israel... y una de las más importantes es que América latina no es Medio Oriente. No sin problemas, la estabilidad de las instituciones de la región y la relativa escasez de movimientos radicalizados que no puedan ser contenidos dentro de los procesos democráticos (salvo, claro está, Colombia) deja poco margen para las reacciones en cadena. Y si la guerra contra la droga tiene sus similitudes con la guerra contra el terrorismo, también es cierto que la debilidad política de Estados Unidos en esta última es mucho mayor. La variedad de estrategias disponibles en Ecuador, Bolivia y Perú y las alianzas imaginadas con Brasil, Paraguay y Argentina parecen haberse esfumado. Sin abusar del optimismo, es precisamente eso lo que deja un margen para pensar en comparaciones más felices: el refugio en el fuerte bastión colombiano, con lo imponente que éste aparezca, no deja de ser el resultado de un repliegue dentro de la región.

                                                          SALUDOS REVOLUCIONARIOS

                                                                       (Gran Papiyo)



Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 06/03/2008 21:03
El increíble caso de la laptop blindada
y la guerra de los “contras” en los '80
 
La exuberante correspondencia que el portavoz internacional de las FARC, comandante Raúl Reyes, guardaba en su laptop –un artefacto aparentemente blindado a prueba de bombardeos aéreos– y que fue divulgada a los cuatro vientos por el gobierno colombiano, descorre el velo de sorprendentes operaciones encubiertas que parecen imaginadas por el novelista John Le Carré, maestro de la literatura de espionaje.
 
 
Roberto Bardini
 
Con el telón de fondo de las negociaciones para lograr la libertad gradual de 43 rehenes en poder de la guerrilla desde hace seis años, en la documentación secuestrada por la inteligencia militar colombiana aparecen mercenarios libaneses que ofrecen a las FARC canjear misiles por droga, infiltrados de la CIA y la DEA en el gobierno de Ecuador, un agente de los servicios secretos franceses y la adquisición de uranio para fabricar bombas nucleares.
 
Según la correspondencia en poder de Reyes, los traficantes libaneses ofrecen una cantidad indeterminada de misiles valuados en 35 mil dólares cada uno e instructores para entrenar a los insurgentes a cambio de 5 mil kilos de cocaína que el cartel de Cali entregaría en México al cartel de Tijuana para transportarlos a Europa.
 
En los mensajes recibidos por el ex número dos de las FARC se menciona a “un ministro de apellido Bustamante que es de la CIA”, a su “segundo o sucesor de apellido Roldán, que es de la DEA” y a un representante del presidente Nicolás Sarkozy, llamado Noé, que es “de la inteligencia francesa”.
 
El ministro de Gobierno de Ecuador es Fernando Bustamante, un sociólogo graduado en Chile, con una maestría en Administración Pública de Harvard y un doctorado en Política del Massachussets Institute of Technology (MIT). El subsecretario general de ese ministerio es Juan Sebastián Roldán, de sólo 29 años, master en Ciencia Política por la Universidad de Salamanca (España). Ambos parecen tener perfiles de académicos, no de espías.
 
El jefe de la policía colombiana, general Óscar Naranjo, aportó algunos párrafos a este relato de intriga internacional cuando el lunes pasado afirmó que en la laptop de Reyes también había datos que comprometían a las FARC en la compra de 50 kilos de uranio para fabricar bombas radioactivas. Naranjo no explicó en qué clase de choza selvática o tienda de campaña móvil se instalaría un laboratorio atómico para armar los artefactos, lo cual elevaría a los rebeldes colombianos a la misma categoría que los ingenieros nucleares israelíes o iraníes.
 
El vicepresidente colombiano, Francisco Santos Calderón, agregó su grano de arena –o gramo de uranio– al día siguiente, cuando en la Conferencia de Desarme de la ONU, efectuada en Ginebra, sostuvo que las FARC “estarían negociando material radiactivo con el fin de fabricar armas sucias de destrucción y terrorismo”.
 
El insólito caso de la documentación rescatada de una laptop a prueba de ataques aéreos recuerda a la Operación Demavend, nombre clave de una serie de maniobras internacionales encubiertas en los años 80 en la que Estados Unidos, Israel e Irán negociaron en secreto el intercambio de rehenes por armas y que se conoció como escándalo Irán-contras o Teherángate.
 
El 3 de noviembre de 1986, el periódico libanés Al Shiraa reveló que Washington había vendido clandestinamente a Teherán –con la intermediación de Tel Aviv– repuestos para aviones, misiles antitanque y equipo electrónico a cambio de la liberación de seis estadunidenses secuestrados en Líbano por el grupo musulmán chií Partido de Dios.
 
Durante 18 meses, agentes del Consejo Nacional de Seguridad mantuvieron negociaciones secretas con políticos iraníes para que intercedieran ante los fundamentalistas islámicos y lograran la liberación de los rehenes, entre los que se encontraba el jefe de la estación de la CIA en Beirut, William Buckley, capturado en marzo de 1984 y posteriormente asesinado.
 
La Operación Demavend (nombre de la montaña más alta de Irán) consistió en seis embarques estadunidenses destinados a Irán entre agosto de 1985 y octubre de 1986. El dinero iraní se depositaba en el banco Credit Suisse, de Ginebra. De allí lo retiraban los “contras” nicaragüenses instalados en Honduras y compraban cocaína colombiana. Después, con el respaldo de la CIA y la DEA, enviaban la droga a Estados Unidos a cambio de armamento que utilizaban contra el gobierno sandinista.
 
El escándalo Irán-contras ocupó a las primeras planas en todo el mundo porque el entonces presidente republicano Ronald Reagan había autorizado la operación a espaldas del Congreso, los políticos, la prensa y los contribuyentes. “Es la más desagradable sorpresa de política exterior de los últimos 25 años”, sostuvo The New York Times el 14 de noviembre de 1986.
 
La guerra no declarada de Estados Unidos contra Nicaragua desde territorio hondureño dejó 50,000 muertos y pérdidas materiales por 18 mil millones de dólares. Honduras, entonces con apenas cuatro millones de habitantes, tenía la mayor cantidad de campamentos militares y bases aéreas de toda América Latina. En febrero de 1984, el senador demócrata James Sasser, de Tennesee, dijo que era “el país con más pistas de aterrizaje per cápita del mundo”.
 
El presidente venezolano Hugo Chávez definió a Colombia como “el Israel de América Latina”. Sin embargo, el vecino de Venezuela y principal aliado de Estados Unidos en el continente, cumple hoy en América del Sur la misma función que antes desempeñaba Honduras en América Central.
 
Ubicada estratégicamente como una cuña entre Ecuador, el norte de la Amazonia y Venezuela, Colombia tiene el segundo ejército más grande de América Latina después de Brasil. Las Fuerzas Armadas cuentan con cerca de 300 mil efectivos y la policía sobrepasa los 400 mil.
 
Colombia dispone de un presupuesto para seguridad nacional de nueve mil millones de dólares y es el tercer receptor mundial de ayuda militar estadunidense luego de Israel y Egipto. Además, desde 2000 recibe entre 400 y 600 millones de dólares anuales como parte del Plan Colombia diseñado por Estados Unidos hasta 2013.
 
 
* * * * * *
 
Bambú Press está contra lo «políticamente correcto», el «pensamiento único»
y la «globalización» impuesta desde arriba.
 
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)


 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados