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General: En Irak, para Bush, está todo bien
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Gran Papiyo  (Mensaje original) Enviado: 20/03/2008 01:14
Miércoles, 19 de Marzo de 2008
Bush habla en el 5째 aniversario de la guerra

"Los éxitos que vemos en Irak son incontestables"

El presidente de Estados Unidos, George Bush, defendió la decisión de ir a la guerra en Irak, en el discurso con motivo del quinto aniversario del inicio de la invasión al país árabe.

http://static.pagina12.com.ar/fotos/20080319/notas/bush.jpg 
Bush, en el Pentágono durante su discurso en defensa de la guerra en Irak.

Bush aseguró que la decisión de expulsar del poder al entonces dictador iraquí Saddam Hussein fue la correcta, pese al "elevado costo en vidas humanas y en fondos".

El mandatario explicó que el refuerzo de tropas que ordenó hace un año para reducir la violencia en Irak ha dado buen resultado y ha alentado la retirada de terroristas y extremistas, según despacho de la agencia de noticias DPA.

"Los éxitos que vemos en Irak, son incontestables. Los críticos de la guerra ya no pueden seguir argumentando de forma fehaciente que nosotros vamos a perder en Irak...", se afirma en el discurso.

Bush aseguró que "nadie podrá argumentar que esta guerra no ha costado mucho en vidas humanas y fondos, pero esos costos eran necesarios si tenemos en cuenta los costos de una victoria estratégica de nuestros enemigo en Irak".

"Si ahora permitiésemos a nuestros enemigos que tuvieran éxito, entonces la violencia y la negligencia cobrarían fuerza. "Irak podría sumirse en el caos", concluyó.

El precandidato presidencial demócrata Barack Obama, dijo hoy que George W. Bush fracasó en la guerra de Irak y que los estadounidenses están hoy más inseguros que antes.

En un discurso por el quinto aniversario de la invasión al país del Golfo Pérsico, el senador por Illinois dijo que los "miles de compatriotas muertos y heridos", unidos a los 3 mil billones de dólares que costó el conflicto "hablan por sí mismos".

En su discurso, inmediatamente posterior al brindado por Bush en el Pentágono, Obama se comprometió a poner fin al conflicto si es electo presidente en noviembre próximo.

Obama afirmó hoy que si es elegido como mandatario retirará las tropas estadounidenses de Irak y fijó un plazo de 16 meses para concretarlo.

                                                 SALUDOS REVOLUCIONARIOS

                                                             (Gran Papiyo)



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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 20/03/2008 12:39
A un lustro de la invasion de Irak, el tejido social esta roto y cunde el desamparo

Cinco años que destruyeron un pueblo

Con el 60 por ciento de desocupación, imperan la ley de la selva y la sangría interétnica. Hay menos violencia, pero muy pocas esperanzas de que el futuro será más favorable.

Por Angeles Espinosa *
http://static.pagina12.com.ar/fotos/20080319/notas/na25fo01.jpg 
Un sobreviviente del atentado de anteayer en Karbala, donde murieron al menos 52 personas.

Desde Bagdad

La vida de Hazim al M. se ha desmoronado con su país. Este iraquí emprendedor, que hace cinco años veía por fin despegar su pequeño negocio de venta de sanitarios, pasa ahora las mañanas sentado en un café de Hay al Darag con la mirada perdida y el té enfriándose sobre la mesa. “No me voy a quedar en casa como una mujer”, justifica. La imposibilidad de ganar un sueldo para mantener a su esposa y su hijo es la última humillación en una sociedad aún profundamente patriarcal. Al menos el 60 por ciento de la población activa se encuentra desocupada. Más allá de las recientes mejoras en la seguridad, la destrucción del tejido social ha dejado a los iraquíes desamparados.

“Incluso después de la invasión logré algunos contratos para instalar cuartos de baño en centros de salud aquí en Bagdad y en Diyala, aunque enseguida llegaron las coacciones”, manifiesta con amargura. Pero fue el atentado contra la Mezquita de Samarra en 2006 lo que terminó de enterrar sus esperanzas. “La vida se paró”, recuerda. “Tuve que cerrar la tienda en Al Kifah por temor a que me secuestraran. Varios vecinos me advirtieron a raíz de que el Ejército del Mahdi se llevó a otro comerciante y no lo soltó hasta que su familia pagó 80.000 dólares. No fui el único. Tres se fueron al norte y otro a Egipto.”

Hazim es sunnita y el Ejército del Mahdi que tomó el control de Al Kifah es una milicia chiíta, pero se niega a aceptar que las diferencias religiosas estén en la base de la lucha fratricida que desangra su país. “Nadie está seguro, sea sunnita o chiíta. Quienes tienen armas imponen su ley, sean los del Mahdi u otros”, subraya mientras busca con la mirada la aprobación de Alí, su amigo del alma chiíta que me ha llevado hasta él. Ambos sirvieron juntos en la guerra contra Irán.

Con la tienda cerrada y sin otros ingresos, Hazim ha ido consumiendo sus ahorros. “Estoy sin trabajo, sin futuro y sin esperanza”, se duele a sus 45 años. Se acabaron las salidas a cenar los viernes, las excursiones al lago Habaniya e incluso las reuniones de todos los hermanos con sus familias en casa de su madre. “Cualquier desplazamiento resulta peligroso –explica–, temo cuando mi hijo va al colegio; mi mujer se preocupa si no vuelvo a la hora; nos pasamos el día llamándonos unos a otros para asegurarnos de que seguimos vivos.”

No todos han sido tan afortunados. Entre 81.639 y 89.110 civiles han muerto en estos cinco años a causa de la guerra, según la organización independiente Iraq Body Count (www.iraqbodycount.org). Otras fuentes elevan esa cifra hasta cerca del millón, pero se trata de proyecciones, no de muertes documentadas. En cualquier caso, la gravedad de la situación se refleja en los casi 4,5 millones de iraquíes que se han sentido compelidos a abandonar sus hogares a causa de la violencia, casi una quinta parte de la población de antes de la guerra. Unos dos millones se hallan desplazados dentro de Irak, el resto, refugiados en los países vecinos.

Y a pesar de una reciente mejora de la seguridad, aún no hay en marcha una operación retorno. Apenas 30.000 familias de refugiados y 6000 de desplazados internos regresaron el año pasado a sus hogares, según fuentes del gobierno iraquí que la ONU no está en condiciones de confirmar por falta de personal sobre el terreno. Mientras, una media de 60.000 iraquíes sigue abandonando su país cada mes. Quienes regresan lo hacen, además, a barrios o zonas que se han vuelto homogéneas en cuanto a la composición étnica o religiosa de sus habitantes.

“Desconfiamos de todo el mundo, incluso de los vecinos con los que hemos convivido durante años”, reconoce Yasmín, una cristiana cuya mejor amiga murió asesinada hace unos meses a manos de fanáticos musulmanes. Ella, su marido y sus dos hijos han cambiado varias veces de casa como medida de precaución. Otros, como Fuad, un farmacéutico chiíta de Karrada, han optado por instalar a sus familias en Jordania o Siria, para reducir el riesgo y la ansiedad. A las farmacias, como las panaderías, no les afecta la situación.

No es el caso de otros negocios. En la calle Arrasat al Hidie, donde se concentraba la mayoría de los restaurantes y tiendas de moda de Bagdad, una tiene la sensación de haber regresado a los días de los bombardeos estadounidenses. Como entonces, sólo el Latakiya permanece abierto y no se ve un alma. Un poco más allá, en Karrada Dajel, parece por un instante que hubiera regresado la normalidad. Las tiendas invaden las aceras con sus mercancías. Electrodomésticos iraníes y chinos compiten por compradores tan ávidos de bienes como escasos de dinero. Al caer la tarde, jóvenes ociosos llenan los cafetines, su único lugar de esparcimiento. El pasado día 6, dos terroristas suicidas acabaron con el espejismo.

Pero cinco años después del derrocamiento de Saddam Hussein, la mayor inseguridad que sufren los iraquíes tiene que ver con sus necesidades básicas. Un 43% sobrevive con menos de un dólar al día, el umbral de la pobreza extrema. Seis millones de personas necesitan ayuda humanitaria, el doble que en 2004, inmediatamente después de la guerra, pero sólo el 60% de la población tiene acceso a las raciones que entonces eran universales. Además, ante las presiones del Banco Mundial, el gobierno iraquí estudia poner fin a esas raciones y al subsidio a los carburantes. “Está bien que echaran a Saddam, pero sólo querían hundirnos en la miseria para que no podamos volver a levantarnos”, interpreta Hazim, el vendedor de sanitarios. En su opinión, los estadounidenses han elegido lo peor de lo peor para dirigir Irak. “Sean chiítas o sunnitas no tienen ninguna preparación, todos exhiben títulos falsos y sólo se preocupan de llenarse el bolsillo”, señala repitiendo una queja habitual entre la gente de la calle.

Para los iraquíes resulta incomprensible que las infraestructuras no hayan mejorado en cinco años. El 70% de la población sigue sin agua potable y el 80% carece de alcantarillado. En Bagdad, el suministro eléctrico resulta tan variable como imprevisible, frente a las 12 horas diarias –con cortes prenunciados semanalmente– que eran la norma en tiempos de Saddam. Ni siquiera la producción de petróleo ha logrado superar los niveles previos a la invasión (en torno a los 2,4 millones de barriles diarios), en parte debido a los ataques a las instalaciones que sólo ahora empiezan a remitir.

Durante el régimen de Saddam, Hazim sólo echaba de menos la libertad de poder viajar al extranjero. Hoy, ni él ni la mayoría de los iraquíes tienen dinero para hacerlo, ni las embajadas presentes en su país están dispuestas a darles visados. A la pregunta de qué le pide al futuro, duda un momento antes de responder: “Que regrese la felicidad”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

                                      SALUDOS REVOLUCIONARIOS

                                                  (Gran Papiyo)


Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 20/03/2008 12:39
UN MUNDO FELIZ
 

Roberto Bardini

misioncumplida.jpgEl primer chiste más cruel del siglo XXI lo hizo George W. Bush el primero de mayo de 2003, un mes después del derrocamiento de Saddam Hussein, cuando apareció disfrazado con uniforme de piloto militar en el portaaviones Abraham Lincoln y anunció, bajo un enorme cartel con la frase “¡Misión cumplida!”, que las mayores operaciones de combate en Irak habían terminado.

La segunda broma más macabra en lo que va de esta centuria la hizo el miércoles 19 de marzo en el Pentágono, cuando afirmó que “el mundo es ahora un lugar mejor, Estados Unidos está más seguro que antes de la invasión a Irak y ésta es una lucha que América puede y debe ganar”.

¿Es humor negro, humor involuntario o humor para causar malhumor? Los motivos del ataque fueron la supuesta posesión de armas de destrucción masiva por parte del régimen iraquí y sus presuntos vínculos con Al Qaeda, pero el año pasado 16 agencias de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos reconocieron que las armas no existían ni había relación entre Hussein y Osama bin Laden.

En 60 meses de ocupación en Irak murieron 4.000 mil soldados estadounidenses y 60.000 resultaron heridos. La cifra de civiles árabes muertos es mucho mayor: más de un millón, según informó el pasado 28 de enero la agencia de sondeos británica Opinion Research Business. La Organización Mundial de la Salud estima que 151 mil iraquíes perdieron la vida en los primeros tres años. De acuerdo con un cálculo conservador de la morgue de Bagdad, sólo en la capital ingresaron 50 mil cadáveres en los últimos tres años, que equivalen a 190 veces el total de víctimas de los atentados en Nueva York del 11 de septiembre de 2001.

Ahora “el mundo es un lugar mejor”, pero los iraquíes no pueden apreciarlo porque están demasiado ocupados en sobrevivir sin alimentos bajo los tiros y las bombas. La ONU informa que cuatro millones y medio de personas fueron desplazadas de sus hogares y cada mes 60 mil huyen por las fronteras. La mitad de los 26 millones de habitantes subsiste con un dólar diario, 40 por ciento no tiene acceso a raciones de comida y 70 por ciento carece de agua potable.

Hoy “Estados Unidos está más seguro que antes”, pero luego de cinco años Irak no es ningún ejemplo de democracia. El gobierno es incapaz de reorganizar el país, chiítas y sunitas están más enfrentados que en épocas de Hussein, las fuerzas armadas locales no garantizan la paz y los nuevos servicios de seguridad persiguen a los opositores con igual saña que los del régimen anterior.

¿Es “ésta una lucha que América puede y debe ganar”? Los gastos de la ocupación superan a los de las guerras del Golfo de 1991 (88.000 millones de dólares), de Corea (456.000 millones de dólares) y de Vietnam (518.000 millones de dólares). En cinco años el precio de petróleo subió de 25 dólares por barril a más de cien dólares por barril, Estados Unidos está al borde de la bancarrota económica y siete de cada diez estadounidenses culpan a la invasión por la crisis en sus bolsillos.

Cinco meses antes del desembarco en Irak, el periodista, escritor y político conservador Pat Buchanan, ex asesor de Richard Nixon, Gerald Ford y Ronald Reagan y ex candidato presidencial republicano en 1992 y en 1996, cofundador de la revista The American Conservative y articulista en The Nation y Rolling Stone, escribió: “La única empresa en la que los pueblos islámicos sobresalen es en expulsar a las potencias imperiales mediante el terrorismo o la guerra de guerrillas. Sacaron a los británicos de Palestina y Adén, a los franceses de Argelia, a los estadounidenses de Somalia y Beirut, a los israelíes de Líbano. La única lección que aprendemos de la historia es que no aprendemos de la historia”.

                                        SALUDOS REVOLUCIONARIOS

                                                          (Gran Papiyo)



 
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