ュLos viejos habitantes de Malvinas recuerdan nテュtidamente el 2 de abril de 1982. En los dテュas previos habテュan recibido mensajes tranquilizadores desde Gran Bretaテアa, inclusive despuテゥs del desembarco argentino en las islas Georgias. Por eso hasta テコltimo momento los kelpers se mantuvieron escテゥpticos de que las tropas llegarテュan hasta Puerto Argentino.
Pero el 1 de abril la comunicación del Foreign Office cambió de tono. "Tenemos indicios de que se va a producir un desembarco en las islas. No contamos con fuerzas suficientes para impedirlo. Traten de manejar la situación con reserva", fue el mensaje que recuerda hoy John Fowler, superintendente de Educación en aquel momento.
Todavía se pueden escuchar moderados reproches de los isleños porque el gobierno de Londres no previó una acción militar argentina y sólo mantuvo 68 soldados para la defensa del archipiélago.
La presencia de las tropas argentinas aún hoy conserva un efecto traumático para los habitantes de las Malvinas, no porque hayan provocado víctimas civiles (los únicos tres isleños que murieron en el conflicto fueron abatidos por un error de las fuerzas británicas), ni porque hayan incurrido en maltrato.
"Lo que pesa en el recuerdo es la desagradable sensación de haber sido invadidos, de vivir con temor, de no saber qué puede ocurrir mañana", reseña Alice, encargada de un local de comidas al paso que exhibe un fuerte acento isleño y las banderas británica y malvinense colgadas en el techo.
Un sector de la población isleña nunca superó este estigma y mantiene desde entonces una resistencia absoluta a tomar contacto con cualquier argentino, y mucho más si es para hablar sobre la guerra. Otro grupo ha logrado procesar la experiencia de un modo diferente, y es capaz de relatar sus vivencias con calma y sin sobretonos.
Los peores recuerdos de los habitantes de Puerto Argentino se retrotraen a los días previos a la rendición, cuando se combatió muy cerca de la capital, en los montes que están enfrente del estuario principal.
Una parte de la batería antiaérea argentina había sido colocada en uno de los extremos de la pequeña ciudad. La línea de defensa de la infantería estaba a escasos diez kilómetros. Las encarnizadas batallas de Monte Longdon y Tumbledown pudieron ser vistas sin siquiera cruzar al otro lado de la bahía. En esas jornadas los isleños vivieron la guerra desde cerca.
John Barton es hoy director del Departamento de Pesca. Es un isleño de nacimiento. Pero cuando estalló el conflicto se encontraba estudiando en Gran Bretaña. "Si bien por un lado fue bueno no haber estado en esos días, por otro lado significa no haber participado del evento más importante de la historia del lugar".
Además del conflicto de 1982, el único episodio que los kelpers rememoran con orgullo es el hundimiento de la escuadra alemana al mando del conde Maximilian von Spee, producida frente a las costas del archipiélago durante la primera guerra mundial.
Mientras este suceso es recordado con la conservación de dos cañones que sirvieron para repeler a la flota germana apostados sobre el extremo este de la capital, la guerra con la Argentina motivó un importante monumento apostado sobre Ross Road, la calle principal que bordea la costanera malvinense.
Allí habitualmente se realizan actos conmemorativos cuando llegan contingentes de turistas británicos, y cada año en el aniversario de la guerra. Esa fecha es recordada como "El día de la liberación". Para los isleños la celebración es el 14 de junio. SALUDOS REVOLUCIONARIOS (Gran Papiyo) |