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General: Los salarios de los esclavos cubanos
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De: LaCalaveraDeFidel  (Mensaje original) Enviado: 10/05/2008 15:29
El salario en Cuba

Tania Díaz Castro

LA HABANA, mayo - Después del desplome del campo socialista en Europa muchas cosas se han desplomado en Cuba. No sólo edificios, casas o escuelas, con sus correspondientes fatales víctimas, sino algo tan importante para el hombre como es el salario.

En la prensa diaria jamás se dice esto. Sin embargo, sí se cuestiona la política salarial de Estados Unidos y la califican de brutal al referirse a la remuneración que reciben las mujeres de ese país por su actividad laboral en comparación con la que reciben los hombres.

No imagino a un periodista del régimen castrista analizando en su medio de información lo que representa el salario para cualquier trabajador cubano o si la labor del único partido político legal que existe en Cuba se centra realmente en el hombre.

Hasta hace algunos años el salario le servía al cubano para malvivir. Hoy, ni eso. No importa que estén obligados todos a afiliarse a los sindicatos que dirige el gobierno. El sindicato no puede hacer otra cosa que tener una actitud pasiva frente a los graves problemas que afronta el trabajador, pues aunque el salario mejorara tampoco guardaría relación con los precios fijados por el mismo gobierno a los productos de primera necesidad.

El salario promedio es de 200 pesos mensuales, equivalentes a 10 dólares. Muchísimo menos que lo que ganan esos 2 mil millones de personas que, según el Banco Mundial, viven con menos de un dólar al día. El mismo Estado ofrece los productos de primera necesidad de esta forma:

Una libra de aceite para cocinar 2,40 dólares.

Una lata de puré de tomate de 250 gramos a 0,90 dólar.

Dos muslos de pollo a 2,50 dólares.

Spaguettis, un paquete de 500 gramos, a 0,90 dólar.

Una docena de huevos de gallina se expende a 1,20 dólares.

Quiere esto decir que con 10 dólares una persona no puede alimentarse ni siquiera una semana, y el mes tiene treinta días.

Incluso en muchos casos se trata de trabajadores que producen estos mismos bienes materiales que luego deben comprar en dólares mientras sus salarios se les paga en pesos cubanos, a pesar de que se trata de una producción que proporciona divisas al Estado y no así al trabajador.

Pero en la "Cartilla del trabajador", material que se divulga de manera permanente en secciones sindicales y periódicos, sólo se habla de perfeccionamiento empresarial, hacer competitiva a la empresa, conquistar el mercado o la aplicación del principio de distribución socialista, o sea de cada cual según su capacidad y a cada cual según su trabajo.

Mientras, el trabajador no quiere estímulos anuales ni jabitas con dos o tres productos, que en muchos casos ellos mismos producen, no quieren tampoco delinquir para poder sufragar los gastos de su hogar. Sencillamente recordemos el pasado, cuando los trabajadores cubanos no iban a prisión por robar sino los vagos consuetudinarios, los malhechores, los ladrones profesionales.

La "Cartilla del trabajador" analiza qué defectos produce en la gestión de la empresa la pérdida de los valores ético-morales, en particular el delito, o sea, el robo, para hablar claro. Plantea que incide significativamente en el ámbito social, en el estado de ánimo del colectivo, luego se refiere al tiempo que pierden los dirigentes y trabajadores cuando estas situaciones ocurren y lamenta que influyen negativamente en la gestión de la empresa.

Por último, que ya es el colmo, la "Cartilla" se refiere al daño causado por la pérdida de ese trabajador que ha robado porque, según señala, esto obliga a preparar otros trabajadores nuevos, algo que ocasiona gastos a la empresa.

En ningún momento puede verse en esta "Cartilla del trabajador" que lo verdaderamente lamentable es que un hombre honrado se vea precisado a robar para que su familia sobreviva. Por encima del vacío que deja ese trabajador en su hogar cuando lo condenan a varios años de prisión, el estigma que dejará a los hijos, prácticamente el rompimiento de una familia, están los indicadores de la calidad de la producción, la eficiencia empresarial, las ganancias que ésta obtiene.

Ese obrero con tres hijos y un salario de 15 dólares mensuales, 300 pesos cubanos, preso en el Combinado del Este por robar de su almacén algunos productos que vendió para sufragar los gastos de su casa, ese obrero que ni siquiera fuma o bebe y que casualmente conocí en el barrio, no es aquel personaje novelesco de Los Miserables cuyo autor Víctor Hugo defendió por robar un pan, se trata de un obrero cubano que como tantos se vio forzado a delinquir, de un hombre decente, uno entre cientos de miles que afrontan la misma situación creada por un salario que no garantiza el sustento de la familia cubana y mucho menos la independencia económica de cualquier mujer.



Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
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