Los pilares del castrismo.
Por supuesto, como dice un refrán, que "en todas partes cuecen habas", y otro riposta "y en la mía a calderadas".
Si me piden que elija pilares, son la delación y la calumnia. El comunismo, como sistema dictatorial promueve la delación, y en el caso cubano ésta toma el cariz de república bananera. No es exclusivo de Fidel, si uno revisa la historia de los presidentes cubanos se topa con sus hordas de chusmería burlona, vaya usted a saber quién cobrando, quién de cabrón voluntario, quién de bobo utilitario. La expresión âguatacaâ viene de una campaña política, y el cántico â ya los majases no tienen cuevas, Felipe Blanco se las tapóâ viene de otra campaña. La caricatura , la sátira, infectadas de calumnia, qué cubano es eso.
Pero dejaré la delación para después, porque hay que distinguir entre delaciones.
La forma más rápida que tiene el cubano de joder a quien le cae mal es hacerle un epitafio público. Muéstrenme un epitafio que algún cubano le haga a otro, que no sea de uno de dos tipos âes maricón o tarrúoâ âes un agente castristaâ. Hacer eso no es de hoy, pero me refiero al hoy que es donde estamos. Eso es pero tan cubano, que no se puede aplicar la regla del sentido común, esa de mira quién lo dice y te diré quién lo es. Para saber distinguirlos, es preciso analizar su conducta objetivamente, apartando todas las imaginería de patriotas antiguos, todas las declaraciones rimbobantes, y aplicar la máxima de la selección de personal en las empresas âquien miente en lo poco miente en lo mucho, quien roba un lápiz roba lo que seaâ. Y debe, entre cubanos, comprobar todo eso a poder ser por sí mismo. Quien lo escucha debe, pero quizá no le apetece, preguntarse a sí mismo si es cierto, y no le apetece porque en todas la áreas humanas, culturales, religiosas, políticas o simplemente amarillistas, rige un principio básico muy instintivo que yo llamo âdime qué lees (a quién escuchas sirve igual) y te diré de qué quieres que te convenzan â Por supuesto no se trata de lo variado-cotidiano, porque uno no es tan tonto de creer todo lo contradictorio que le llega, como en aquella película de de un hombre que hacía todo lo que le mandaban los anuncios de TV hasta volverse locoâ¦, sino de las lecturas de mesita de noche, amistades de mesita de noche, con las que nos auto-hipnotizamos antes de dormirnos para que cuaje durante el sueño en el muro de nuestras convicciones. Todo eso es muy humano, es comprensible. No hablo de todos, no hablo de los que les importa poco la verdad, Hablo de los que tenemos el deseo de ser sinceros con nosotros mismosâ¦; somos como un perro cansado de no poderse echar a descansar en el cesto de la convicción, debido a las pulgas-dudas que nos pican. Tarde o temprano, el cansancio nos vence y caemos rendidos. Nos dormimos. Pero despertamos, y volvemos a abrir los ojos, aguzar los oídos y elolfato, los sentidos todos.
Yo,como árbol que se salió del bosque y lo puede ver clarito cada vez que regresa, llevo mi edad de medio siglo practicando la deconstrucción realista y minuciosa de nuestro carácter colectivo, y así tengo por desgracia y por suerte la peor opinión de nuestros defectos como personas. ¡Tan rápidos y exagerados para dar amor como odio! “Daría mi vida por ti”, “Eres mi hermano”,”Eres un mierda y te odio” . Esa prisa por reaccionar, fomenta el daño que hacen los numerosos que, ni entendiendo lo que escuchan, se lanzan a repetirlo- porque el cubano es chismoso- y repetirlo como no es, aposta o no.
Así es como surgen la mayoría de las “bolas”, que después, antes que reconocer la metida de pata se justifican enredando y mintiendo más. Dicen los azorados “yo no sé a qué cubanos tú conoces”, y respondo : “a los que llevo 50 años conociendo”
Además de indulgir y con placer en estos pecados, el cubano también es arrebatado y presa fácil de rumores y de bolas. A quien no sepa qué es una bola, aclaro: es una falsedad de cualquier pelaje que surge y corre como un reguero de pólvora. ¿Alguien recuerda “los chupetes de niño que había en USA, que no llegaban al suelo si se caian de la boca del niño”? Eso es un ejemplo inocuo, pero hay miles de inicuos.
Antes de ir con la delación, finalizaré con más defectos nuestros. Al que no dice lo que agrada oir, se le aplica la difamación o calumnia. Es un modo de linchamiento popular que no inventó Fidel, peroque sí utilizó de pleno, en Cuba como en Miami, su despensa. Rony me contaba del ridículo incidente en que se vio envuelto, por responder a la pregunta quién ganaría en Cuba una elecciones exclusivamente entre Payá y Raul, por decir que Payá. A él le pareció lógico, pero el cubano confunde constantemente mensaje con mensajero, opinión con agente pagado, porque le han amaestrado para eso, la cultura nefasta circunstancial y el castrismo. Y sin recurrir a Rony, yo mismo me pondré pesado con otro ejemplo que viví en primera persona.Una recién llegada a Miami tuvo la desgracia de decir que la carne de caballo sabía rica, eso la convirtió en agente de Fidel. Encima, la pobre era guajira, tuvo la ocurrencia de elegir un vestido rojo largo y brillante, para ir a una boda. Le dijeron (por detrás) que parecía un cometa, y por delante que era una agente castrista, debido al color rojo.¡Esos son los criterios cubanos! Finalmente, y todo en el transcurso de tres semanas, se le ocurrió a la pobre afirmar que los chícharos con jamón sabían exquisitos. Bueno, es una de las cremas exquisitas que existen en la cocina , como la carne de caballo es exquisita también. En España existen carnicerías de carne de caballo, pero los ignorantes son atrevidos y los cubanos ignorantes bocones ( en castellano, bocazas) hacen honor a los que son. Esa mujer se largó de esa familia en cuanto pudo, y se perdió sin dejar datos, espantada de Miami, o sea, confundiendo la rancia gusanera idiota familiar con la ciudad en sí. Porque la gusanera existe en ambos lados, pero de signo contrario, y son los que prejuzgan y calumnian, aposta o ignorantes, pero muertos de risa.
Lo de la delación se ha convertido en Cuba en una forma de meter a tu enemigo personal en la carcel y quedarte con sus cosas, así de terrible y simple.
Pero en principio, la delación se fundamenta en divisar a una clase específica de traidor, el pragmático, o sea, el saboteador. Está el saboteador light o positivo, que procura que un periódico del dictador no se imprima o se pierdan sus ejemplares, el saboteador que corta una transmisión radial. En la teoría, dichos saboteadores existen, en la práctica la vigilancia de Fidel lo impide. Pero también está el saboteador criminal, el de guaguas, el de comida , el de medios de transporte o supervivencia, el de maquinariam el de cosechas, todo lo cual afecta no al régimen sino al pueblo. Esos saboteadores dañan al pueblo mismo, a su sangre misma, pero se pavonean, en los medios incluso por algunos foros, entre âfoticosâ de patriotas y lemas martianos. Yo denuncio al saboteador de los medios de producción y del producto. Porque una revolución o robolución como la cubana, podrá ser defectuosa y desastrosa en su producto, pero ese producto es el sustento del pueblo, y privar al pueblo del sustento es criminal y delictivo. Los condeno firmemente, como aplaudo a quien intercepte la censura y logre llevar la versión contrastada al pueblo. Me parece buenísimo cualquier medio de llevar información al pueblo, romper el bloqueo informativo impuesto por el esbirro Fidel Castro: hacer caer octavillas sobre Cuba, Televisión Martí o una mejor , más incisiva y que sí llegase. Resumiendo: es bueno y justo sabotear la pétrea muralla de la dictadura. Ayudar a la resietencia rebelde, es bueno y santo.
Hacer llegar víveres o armas a la resistencia rebelde, bueno y santo.
Pero quemar un cine, romper bulldozers, tractores, estropear comida, quemar cañaverales: eso es criminal. Es criminal, echar a perder el escaso producto que llega al pueblo. Al pueblo, un artista exterior le puede negar un concierto por razones personales, como de visado injusto y obligatorio, como hacía Celia Cruz, que ha sido la única que ha dicho âque no iba, no porque fuera como ir a cantarles a los comunistas, sino porque no le daba la gana de entrar a su propio país y con visadoâ. Sí, al pueblo se les puede negar un concierto, pero la comida el transporte y la ropa son la vida.
Lo único malo de las agencias de envío de USA, es que se derive dinero al régimen con los precios abusivos y las concesiones a los agentes esbirros y chivatientes. No es lo que hacen en sí, sino cómo lo hacen, pero eso es otra historia.
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