No tienen moral.
No tienen dignidad.
No tienen argumentos.
No tienen lealtad a la verdad.
No tienen cojones ni ovarios.
No tienen respeto la evidencia.
No tienen amor a su raza.
No tienen amor a Cuba.
No tienen palabras verdaderas
No tienen más que cinismo.
No tienen más que cara dura.
Y a cada una de estas carencias, corresponde un adjetivo calificativo que ellos se apresuran a llamar insulto.
¡Pero la disidencia pisoteada y oprimida desde fuera y confundida desde dentro, ha dicho basta, sacudámonos las rémoras y las mordazas, y echemos a andar!