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De: CombateNews6  (Mensaje original) Enviado: 13/05/2008 21:10


Carlos Bastidas Argüello, último periodista asesinado en Cuba

Se ha hecho un deber más que un hábito que cada 13 de mayo los periodistas cubanos rindan sentido y emocionado  homenaje al periodista ecuatoriano Carlos Bastidas Argüello, quien fuese asesinado por esbirros de la dictadura de Batista en 1958. En esta oportunidad llegamos al cincuentenario de ese hecho que ha quedado como todo un símbolo porque Bastidas fue el último periodista asesinado en Cuba.

Carlos Bastidas Argüello llegó a Cuba y logró ascender la Sierra Maestra, establecer contacto con las fuerzas del Ejército Rebelde, e incluso sostener un encuentro con el Comandante en Jefe Fidel Castro. Y, además, fue un colaborador de las primeras emisiones de la Radio Rebelde. A través de esta radio de onda corta, y bajo el seudónimo de Atahualpa Recio, se comunicó con el pueblo cubano y se identificó, de tal manera, con la lucha del Movimiento 26 de Julio para alcanzar la independencia verdadera y libertad de Cuba.

Tenía entonces solo 23 años de edad, pero ya presentaba un aval periodístico importante, pues había reportado para distintos periódicos del Ecuador importantes acontecimientos como los sucesos de Hungría en 1956 y las caídas de las dictaduras de Rojas Pinilla, en Colombia, y de Pérez Jiménez, en Venezuela. 

No llegó a Cuba solo buscando una gran noticia, la caída del también dictador Fulgencio Batista, o hacerse de un nombre que le abriese todavía más las puertas del periodismo en el continente. Encontró en nuestro país una verdadera revolución, un ideario identificado con la causa de los humildes, los oprimidos, los explotados y los discriminados. Y quedó atrapado totalmente por la magia de la Revolución cubana en el mes y medio que estuvo en la Sierra Maestra. Su espíritu juvenil fue conquistado por completo por la revolución y, por eso vivió, en la Sierra como un revolucionario más, contaría después el periodista argentino Jorge Ricardo Masetti, con quien coincidió en el escenario principal de la lucha armada del pueblo cubano.

Retornó a La Habana el 11 de mayo, con el propósito de viajar tres días después a Estados Unidos desde donde pensaba denunciar los crímenes de la aviación de Batista contra comunidades rurales.  Se alojó en un hotel cercano al Paseo del Prado, visitó el Colegio  Provincial de Periodistas de La Habana y también estuvo en la Embajada ecuatoriana en la capital cubana, donde entregó al entonces embajador Virgilio Chiriboga los rollos con las fotos que había tomado en la Sierra Maestra y otros documentos. 

En la noche víspera de su partida se dirigió a un bar situado en Prado entre Virtudes y Neptuno, donde iba a recepcionar algunas cartas de militantes del 26 de Julio  para llevarlas a exiliados cubanos en  Estados Unidos. Mientras aguardaba, sentado dentro del mesón, un agente de la policía secreta de Batista, al servicio del jefe de la policía nacional, Pilar García, comenzó a injuriarlo verbalmente y, después, a golpearlo, antes de sacar su revólver y dispararle a mansalva un tiro en la cabeza. Bastidas quedó agónico, desangrándose.

De ese brutal asesinato no se publicó una línea en la prensa cubana de la época, sometida a la más férrea censura. El cadáver de Carlos Bastidas fue llevado al Necrocomio por órdenes de la policía. El Colegio de Periodistas de La Habana supo de lo ocurrido y logró, tras muchos tropiezos, que tres días después se lo entregaran, y fue velado en la funeraria de Calzada y K y sepultado, al día siguiente, en el panteón de los periodistas en el Cementerio de Colón.

Carlos Bastidas Argüello fue el último periodista asesinado en Cuba por ejercer su oficio. Durante los 50 años de Revolución ningún periodista, ni cubano ni de ningún otro país, ha encontrado la muerte violenta en Cuba en razón de sus opiniones. Son puras mentiras y calumnias lo que propagan los enemigos de la Revolución sobre periodistas asesinados, desaparecidos o torturados en la Isla. Aquí se ha garantizado plenamente la integridad física de los periodistas, a diferencia de lo que ocurre en muchos otros países.

En el mundo la violencia contra los periodistas no ha cesado. En los últimos 25 años, casi mil colegas en América Latina han pagado con su vida el ejercicio del derecho de opinar. En la agresión y ocupación de Iraq por fuerzas invasoras de Estados Unidos, muchos profesionales han muerto, mientras otros están en cárceles sufriendo ilegal prisión.  Desde distintos países latinoamericanos, donde a los gobiernos se les llama “democráticos”, llegan noticias cada día sobre periodistas asesinados y amenazados por buscar y decir la verdad. La gran mayoría de estos crímenes queda impune como ocurrió con  el asesinato de Carlos Bastidas en 1958. Sus autores lograron escapar y hallaron refugio seguro  en  Estados Unidos.   

¡Gloria eterna para el periodista ecuatoriano Carlos Bastidas Argüello, quien cayó cumpliendo con su misión de buscar la verdad por riesgosa que fuese!

Presidencia de la UPEC


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