La ultima mordida del Carcharodon Megalodon.

Cuando era pequeño me gustaba leer. Mi padre, a quien no dejo de traer a mis recuerdos constantemente, me enseñó que leer era una manera de viajar, de saber y de vivir. Lo recuerdo siempre con un libro y sus gafas de muchos aumentos con las que más de una vez intenté hacer fuego en un papel a través de ellas con el sol. Una vez leí un artículo que no por raro dejó de ser interesante, de hecho, saciaba toda mi sed aventurera de aquellos tiempos contándome algo tan insólito como increíble. Recuerdo bien claro el titulo que ahora uso en estas líneas. La ultima mordida del Carcharodon Megalodon.

El Carcharodon Megalodon era un tiburón prehistórico ya extinto. Gigantesco, de varias toneladas que amenazaba la paz del nuevo mar del planeta que poco a poco iba generando vida propia en lo que un engendro de células interesadas en sobrevivir aun no había creado al frágil y defectuoso Homno Sapiens. Al parecer estaba por todos los mares de lo que se pudiera llamar en aquel momento mundo. Se han encontrado restos de el en casi todo el planeta, incluso en lo alto de las montañas que antes estuvieron sumergidas en el mar.

Este articulo que menciono contaba de unos espeleólogos que sumergidos en las profundidades de esas cavernas gigantescas que hay en Cuba, las cuales mas tarde visité con un asombro que aún no me deja respirar bien, tuvieron a mal deslizarse por una galería extraña y sufrir grandísimas heridas cortantes con una mandíbula fósil del gigantesco tiburón anclada en las paredes de la curiosa cueva. Increíble. Miles de años habiendo dejado de existir y aún cortaban sus filosos dientes dispuestos en una petrificada fila en las piedras por el tiempo.
Le comenté a mi padre con muchísimo asombro lo que acababa de leer y mi padre como todo buen padre mágico se desapareció por un par de horas trayéndome en sus manos una grandísima sorpresa……

Un diente de Carcharodon…….

Se lo había prestado un grandísimo biólogo Cubano para que me lo enseñase. Lo ví con detenimiento. Lo disfruté, incluso llegué a sentir el filo cortante milenario sobre mis dedos al pasármelo con un ligero interés científico masoquista imaginando el ser vivo, mortífero, lento y pesado caer sobre una de sus indefendidas victimas.
Menos mal que ya no existe, pensé con el absurdo instinto humano de ser dueños de la tierra. Me muriera del corazón si estoy buceando y veo uno de estos, ahí mismo en su cara me muriera. Siempre me pareció increíble que algo después de muerto siquiera atacando, cortando y desangrando victimas, pero me alegré de que estos espeleólogos hubieran podido salir con vida de una horrible caída sobre el fósil de la mandíbula de un terrible Carcharodon Megalodon resultando solo en unas heridas de varios puntos y un buen articulo periodístico llamado La ultima mordida del Carcharodon Megalodon.

A Yoani no la han dejado recoger su premio aquí en España, me hubiera sido muy grato recogerla en el aeropuerto y llevarla a donde quisiera en caso de que no hubiera más de cien personas esperándola para hacer lo mismo. Momentáneamente ha tenido a mal caerse por una galería donde ha sido mordida por un fósil anclado en las piedras por el tiempo, cosa que redundará en una pequeña herida de puntos, que dejará una marca interesante y generará para siempre un buenísimo articulo periodístico, es mas, cientos, miles de artículos periodísticos de su impecable Blog al cual le han dado ahora con esta absurda caída toda la razón de existir del mundo en el que creemos, los débiles y defectuosos Homo Sapiens que somos los dueños. Esos dientes que han mordido serán escarbados de las piedras sin mucho cuidado por la falta de luz y de recursos y serán puestos en un tétrico museo donde algún día un padre mágico llevará uno prestado para enseñárselo a su incrédulo hijo y este dirá sin más… menos mal que ya no existe.
Queda la alegría de que Yoani ha tenido la exclusiva, por favor que así sea, de ser La ultima mordida por el Carcharodon Megalodon del sistema peligroso, extinto y fosilizado de Cuba. Queda la esperanza de que todo esto quede en un museo con el que nuestros nietos se rían en nuestras caras al contarles tan descabelladas historias de terror y misterio y queda, en serio, una sentencia pendiente de celebrar este premio como es debido, en España y en cualquier lugar del mundo donde vayas por la libertad que se te está conferida desde que naciste como habitante de esta tierra.

Publicado por yoyi en 5/08/2008 10:25:00 AM