Según la agencia colombiana Anncol, señalada como "muy cercana" a las FARC, Alvaro Uribe ya no cuenta con el respaldo total de EEUU y Washington no ve la hora de cambiarlo. La situación ya desató una interna presidencial entre el actual presidente y su poderoso ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, señalado como el "Presidente en funciones" de Colombia.
Según Anncol, la interna por la competencia presidencial se destapó cuando el ministro Santo se "cortó solo" anunciando la muerte de "Tirofijo" en un semanario de un pariente suyo y pasando por encima de la autoridad presidencial de Uribe.
La confirmación oficial de la muerte de "Tirofijo" no tomó por sorpresa a los colombianos pues la noticia la había dado el sábado el ministro Santos, que la divulgó desde el viernes y en exclusiva a la revista Semana, cuyo director es familiar suyo.
Esa filtración -según coinciden medios colombianos -molestó al presidente Uribe , que ofreció "disculpas" a los demás medios de comunicación y criticó la decisión de su ministro de haber suministrado la información a una sola revista aún antes de informarlo.
Según el analista Pedro Medellín con ese hecho, Santos "buscaba resaltar su imagen basado en su interés por la Presidencia de su país".
"No me cabe duda de que es así. El tiene una aspiración de por medio y estas cosas lo catapultan", afirmó Medellín al diario argentino Clarín.
Utilizando las revistas de amplia circulación, Semana y Cambio.com, el ministro de Defensa viene realizando -según Anncol- una campaña de desprestigio de Uribe mediante el resaltamiento de sus vínculos con el narcotráfico y la parapolítica.
"Uribe es incómodo para todo el mundo. Washington no ve la hora de 'cambiarlo' y Suecia como zafarse de ese acuerdo del Ralito (*). Le llegó la hora. Desesperadamente busca firmas para legitimar su segunda reelección. Así reúna los dos millones requeridos, la gavilla santista (el grupo del ministro de Defensa) no aprobará su osadía", afirma Anncol.
Luego de la muerte de "Tirofijo", la guerra por el poder entre Uribe
y el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, quien asumió posturas y decisiones propias con las FARC, se habría intensificado.
Santos ofreció una rueda de prensa para referirse a la muerte del líder guerrillero y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Manuel Marulanda Vélez, donde sostuvo que se mantendrán las políticas represivas contra la guerrilla, no obstante la alternativa de una política de "paz" sugerida por el gobierno de Uribe.
"Esos bombardeos se van a continuar contra todos los miembros del Secretariado de las FARC y contra las FARC en general. Nuestra política de seguridad seguirá con igual o más intensidad", señaló el domingo el ministro de Defensa colombiano.
Expresando, según Anncol, "la única y verdadera receta que siempre ha tenido la oligarquía colombiana como respuesta a los problemas que sufre el pueblo colombiano".
"Las masacres, los asesinatos extrajudiciales, las desapariciones, son las formas que la modalidad criminal del Terrorismo de Estado ha utilizado, que se ha aliado impúdicamente con los narcotraficantes para desarrollar el narco-paramilitarismo, el cual hoy tiene contra las cuerdas al gobierno de Álvaro Uribe Vélez", subraya.
"Lógicamente las víctimas siempre las pone el pueblo. Ningún elemento de la oligarquía ha sido ‘tocado’ por la guerra de guerrillas que adelanta las FARC-EP contra el Estado, que practica el Terrorismo de Estado a través de las fuerzas militares-narcoparamilitares oficiales", agrega Anncol.
Santos, por su parte, parece trazar sintonía fina con el Departamento de Estado de EEUU, quien dijo en un comunicado que las FARC "Pueden volver una vez más a la violencia, al secuestro y al narcotráfico, o pueden intentar trabajar para la gente colombiana y deponer las armas", lo que no habla de "Paz" sino de elección, o dejan las armas o seguirá la ofensiva represiva.
Anncol sugiere que el que más "interpreta" los deseos de Washington es el ministro Santos, que ya se maneja como si fuera el sucesor de Uribe y con un amplio despliegue mediático que lo proyecta como una sólida alternativa de poder.
"Todo indica que las 'aguilas negras' las maneja un sector de los Santos. Quien podrá defender a Uribe? Está solo a su suerte. En Colombia mandan los de arriba, Washington para ser más precisos. Al sucesor del reelecto le corresponde consolidar el 'trabajito' de Uribe en lo interno y enajenar la opinión pública para invadir a Venezuela", afirma la agencia vinculada a las FARC.
Para Anncol, "los Santos (el ministro y su primo) tienen el sartén por el mango. Los medios a su favor. Con la venta de un paquete accionario del diario El Tiempo a una empresa española les abría el camino de la media empresarial mundial americanizada".
No obstante, la agencia que habitualmente difunde los comunicados de las FARC, se muestra escéptica ante una posible alternancia de Santos por Uribe en la presidencia de Colombia, dado que ambos son "más lo mismo" y sólo representan los intereses de la oligarquía colombiana y la política de Washington en Colombia.
"Las propuestas de las FARC-EP de Intercambio Humanitario y Salida Política al Conflicto Armado son desechadas por los Juanmanueles (los Santos) y los Álvarouribes (el actual Presidente). Esa es la única y triste realidad. Realidad que nos demuestra que Colombia, Bogotá, cada día se convierte más y más en la punta de lanza contra los países vecinos y contra Suramérica. Alinderamiento con la caverna más nefasta de la historia de la humanidad", puntualiza Anncol.
En general, tras el anuncio de la muerte de Manuel Marulanda, el líder histórico de las FARC, la prensa estadounidense, sus principales analistas y medios, desecharon un cambio de política con las FARC.
La
"misión permanente" del gobierno de Uribe, ha sido la de ensamblar el accionar "terrorismo de las FARC" con el narcotráfico y el "crimen organizado" y con los "gobiernos de izquierda", vinculando el "objetivo local" con el "objetivo internacional" del "terrorismo" de Al Qaeda. En esta hipótesis de trabajo, la militarización del conflicto Colombia-Venezuela, con Chávez como primer actor, otorgaba consistencia a los informes del Pentágono y del espionaje estadounidense señalando al presidente venezolano como el eje del "terrorismo" de las FARC, por un lado, y de los "gobiernos de izquierda desestabilizadores" por el otro. Es muy probable que -como sostiene Anncol- el desgaste internacional de Uribe, su perdida de consenso interno, operaciones militares lanzadas para levantar su imagen (como sería la del asesinato de Reyes) forzaron a Washington a barajar su reemplazo.
En ese sentido -según lo que se rumorea en los medios colombianos, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, ya contaría con un amplio apoyo en la estructura militar colombiana que abreva en la doctrina del "Plan Colombia".
Lo que el aseguraría al ministro de Defensa, Juan Manuel Santos (en plena campaña marketinera por la presidencia de Colombia) un tránsito casi seguro como "sucesor" de Uribe en los planes de Washington.
Como dice Anncol: Santos es el que viene a consolidar el "trabajito" de Uribe
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(*)El Pacto de Ralito, es el nombre con el que se le conoce al pacto secreto, firmado en el año 2001 entre jefes de grupos paramilitares colombianos y más de cincuenta políticos de diferentes regiones del país. (Wikipedia)