Los maricones andan sueltos. Ser maricón y actuar como un maricón no representa ningún riesgo hoy día, se puede ser maricón impunemente.
Por supuesto no me refiero a los homosexuales. Se puede ser homosexual y ser valiente. Y se puede ser hetero y un marica de cuidado.
Los maricones nunca van de frente, nunca atacan si no están seguros de ganar, y cuando lo hacen tienen que causar el mayor daño posible ya que temen las reacciones. El maricón tiene miedo y es su propia cobardía la que lo hace temible. Un cobarde es infinitamente más peligroso que una persona de coraje.
El plural está justificado ya que siempre actúan en grupo. Y por su propia naturaleza es lógico que siempre elijan el bando del más fuerte. Los maricones son ideales para defender al poder.
En los ’70 se llamaban a sí mismos "patota", y a confesión de partes las pruebas sobran. Los maricones se ensañan con el enemigo vencido por la sencilla razón de que ninguna victoria les puede dar el valor que no tienen.
Ideología política no poseen ninguna en el sentido estricto. Toman prestada la de sus empleadores y le agregan obsesivas alusiones al honor, a la lealtad y a la rectitud. La razón es que carecen por completo de nada que se les parezca. Tienen por el contrario mucha semejanza con las mafias, y suelen estar conectados con ellas, con la diferencia de que un mafioso tiene al menos la dignidad de asumirse como tal: una forma de hacer negocios. Los maricones en cambio son incapaces de ser delincuentes hechos y derechos con los riesgos que eso conlleva, ellos necesitan siempre la protección del poder.
Los maricones no hacen la guerra. Secuestran, torturan, desaparecen. Ni siquiera se puede decir que realmente maten ya que quien mata pone la firma. El maricón prefiere no dar la cara. El concepto Noche y Niebla, inventado por los nazis, es una obra maestra de la mariconada profunda.
Les encantaría ser guerreros pero el culo se les disuelve si tienen que enfrentar a un enemigo mano a mano. Atacar de frente no saben ni se les ocurre, por eso para ser un maricón de fuste es necesario carecer por completo del sentido de la vergüenza
¿Cuál tener si se ha elegido defender los intereses de otros? Es por eso que la patria tampoco se les cae de la boca. Para ellos la patria no son los argentinos sino quien paga, y cuando hubo que enfrentar al enemigo inglés ya sabemos lo que ocurrió. Los ejemplos sobran y fatigan.
El maricón es experto en amenazar. La amenaza es su herramienta. Prefiere neutralizar al enemigo amenazándolo que actuando ya que el maricón es un obseso del mínimo riesgo. Como vive cagado de terror necesita sembrarlo. Y es bueno en eso: ataca a los hijos, a los familiares, a los seres queridos.
El maricon habita la oscuridad, el lumpenaje, el delito. Huele mal.
A los maricones se los derrota no cediendo.
Obligándolos a salir del agujero. Es difícil. Desgraciadamente las fuerzas de seguridad, los servicios de inteligencia y las fuerzas armadas están repletas de maricones, en esa zona infecta que mezcla las instituciones y el delito. Pero hay que saber que combatir es precisamente lo que no saben hacer ni harán nunca a menos que estén muy pero muy seguros de ganar. A la mínima alarma que les haga sospechar una reacción popular, a la menor señal de que el caldo se pone espeso y la gente se hinchó las pelotas largan todo y corren.
Tuvimos una muestra recientemente de cómo corrieron, precisamente la doble muestra de su debilidad y su peligrosidad. Ahora es precisamente cuando hay que ir a buscarlos a donde estén; y si la policía no puede, entonces habrá que ayudarla: hay vecinos, hay laburantes, hay militantes, hay ojos y oídos y manos en el pueblo.
No hay nada que celebrar hasta que no se los identifique y se los castigue. Porque es precisamente la debilidad, la confusión y la indiferencia lo que hará que vuelvan.
En este foro hay ilustres ejemplos de maricones y mariconas, y la buena noticia es que se retratan ellos y ellas solos.
Un abrazo.