Gerardo Hernández: acompañada soledad | |
Por Orlando Fombellida Claro
Publicado: 4 de junio de 2008
Gerardo Hernández Nordelo, un hombre digno, bueno, valiente y desprendido, cumple este 4 de junio 43 años de edad, acontecimiento que no podrá celebrar junto a sus seres queridos por encontrarse en una cárcel de Estados Unidos de Norteamérica.
Él es uno de los cinco luchadores antiterroristas cubanos presos injustamente en Norteamérica. Los otros son Ramón Labañino Salazar, René González Sehwerert, Fernando González Llort y Antonio Guerrero Rodríguez.
Ellos monitoreaban a grupos de cubanoamericanos extremistas en La Florida, donde durante casi 50 años han organizado y llevado a cabo acciones criminales contra Cuba, con saldo de miles de civiles muertos, inválidos y grandes daños materiales.
El 12 de septiembre de 1988 los detuvieron y solo cuatro días después fueron formal y falsamente acusados de espías. Más tarde, en un juicio amañado, parcial, político, fueron sancionados a largas condenas.
Gerardo Hernández nació en La Habana. Es graduado del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de Cuba; dibujante y caricaturista.
Se le acusó de conspiración para cometer asesinato, espionaje y otros cargos, que no pudieron probarle, sin embargo, es sancionado a dos cadenas perpetuas más otra de 15 años.
Durante el largo período que lleva encarcelado, las autoridades norteamericanas han negado reiteradamente la visa a su esposa Adriana Pérez O’Connor. “Esto no es solamente una violación de los derechos humanos internacionales, sino una violación de la Constitución de Estados Unidos”, ha dicho al respecto el abogado Leonard Weinglass.
En su alegato de defensa en la vista de sentencia, el 12 de diciembre de 2001, Gerardo Hernández dijo: “Que sepan los señores fiscales que la única sangre que podría haber en estas manos es la de mis hermanos caídos o asesinados cobardemente en las incontables agresiones y actos terroristas perpetrados contra mi país por personas que hoy caminan tranquilamente por las calles de esta ciudad. Sangre por la que un día juré que estaría dispuesto a sacrificar mi propia vida si con ello podía proteger a mi pueblo de semejantes crímenes”.
Y por las calles de Miami andan libres émulos de Bin Laden como Luis Posada Carriles, Orlando Bosch y otros que harían bastante extensa la relación.
Por proteger a los cubanos y a los propios estadounidenses de esos terroristas, Gerardo Hernández sufre prisión en el día de su cumpleaños, pero no está solo, todos los que en este archipiélago y en otros muchos lugares del planeta conocen su verdadera historia, estamos con él.