■ Mañana se conmemora el 80 aniversario del nacimiento del legendario guerrillero
Merece el Che no sólo respeto sino admiración entrañable, afirma sacerdote católico cubano
Gerardo Arreola (Corresponsal)
La Habana, 12 de junio. Este sábado Ernesto Che Guevara hubiera cumplido 80 años de vida. El aniversario facilitó aquí un gesto peculiar: el periódico oficial Granma publicó hoy un artículo de un sacerdote católico cubano que termina expresando su “admiración entrañable” por el legendario guerrillero, muerto en Bolivia en 1967.
“Tan coherente y radical, tan acerina fue su pasión, que lo llevó a la ofrenda de su propia vida”, dice el comentario. “Y cuando un hombre entero llega a esos extremos, las discrepancias con él adquieren otro tono, pues tal hombre merece no sólo respeto, sino también admiración entrañable”.
El autor es Carlos Manuel de Céspedes García-Menocal, personaje activo en la vida cultural de la isla, miembro de la Academia Cubana de la Lengua, columnista de la revista católica Palabra Nueva, ensayista y vicario de La Habana, además de descendiente del homónimo padre de la patria.
El artículo fue escrito originalmente para el sitio dedicado a la efeméride (www.che80.co.cu), a raíz de la aparición del libro testimonial Evocación. Mi vida al lado del Che, de Aleida March, la viuda de Guevara.
Aun con ese antecedente, la firma de un sacerdote católico en un artículo de opinión es un hecho insólito en Granma, el órgano del Partido Comunista de Cuba, y ocurre en un periodo de franca distensión entre las autoridades y la jerarquía católica.
En su visión panorámica del Che, De Céspedes no entra directamente a la cuestión de la vía armada y sus críticas a Ernesto Guevara son sutiles. Dice el autor que conoció del guerrillero su “actitud justiciera radical, dura y fría, frente a las debilidades y errores humanos, actitud que nunca me ha resultado positiva”.
Pero elogia la “coherencia existencial e intelectual” del combatiente argentino-cubano y se aleja de un potencial conflicto ideológico: “El marxismo no era, ni es, mi orientación filosófico-política; pero tampoco lo era, ni lo es, el anticomunismo, más visceral que racional”.
El intelectual católico reconstruye de memoria una expresión atribuida al desaparecido papa Juan Pablo II hace alrededor de 20 años, en la cual el pontífice habría respondido a una pregunta sobre el Che: “No lo conozco a fondo, pero sé que se preocupó por los pobres. Consecuentemente, merece mi respeto”.
Ese comentario, dice ahora Carlos Manuel de Céspedes, “me condujo a un aproximación más justa del Che. A la hora de juzgar los hechos de una persona, no deberíamos eludir las motivaciones que tuvo para realizarlos, para asumir una actitud ante la vida”.
“Una cosa son los excesos que podría haber cometido en el marco de esa ‘preocupación’, y otra, de muy diverso carácter, las que cometen hombres y grupos por las sinrazones del egoísmo y la ambición desmesurada”.