Enero del 2008 comenzó bien, el presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva visitó a Cuba, conversó con Fidel y Raúl Castro y rubricó un convenio millonario de prospección petrolera con la Isla.

Según afirmó en aquella ocasión José Sergio Gabrielli, presidente del ente petrolero Petrobras: "Estamos empezando los análisis sísmicos, para después empezar la actividad de perforación. Por el momento estamos terminando la adquisición de datos sísmicos, estudiándolos".

Después de esos estudios, en seis meses se definirán en cuáles de los 35 bloques disponibles en aguas cubanas del Golfo de México -de un total de 59-, invertirá Petrobras, dijo el presidente de la empresa Cuba Petróleo (Cupet), Fidel Rivero. "Tienen especialistas y alta tecnología, son líderes mundiales en perforación de aguas profundas", comentó Rivero, quien precisó que en los restantes 24 trabajan compañías de España, Canadá, Malasia, Venezuela, India, Vietnam y Noruega bajo contrato de riesgo.

Aquello fue en enero de 2008, pero en el aún no lejano 2006 la empresa estatal de la India, ONGC, que ya había firmado un contrato de explotación en la zona, incrementó su participación en la misma, lo que representó otra apuesta en la carrera por el petróleo cubano.

El Golfo de México, zona que Cuba comparte con EEUU y México fue repartida mediante tratados entre esos tres países en 1977, cuando no había crisis energética, ni guerra en Iraq; existía la Unión Soviética; y China y la India no eran lo que hoy son, grandes economías en expansión que compiten con todo el mundo.

El país antillano había dividido su Zona Económica Exclusiva (ZEE) de 112 mil kilómetros cuadrados en el Golfo de México en 59 bloques de exploración que abrió a las empresas extranjeras en 1999.

Los resultados iniciales de las pruebas de perforación y el incremento en los precios del crudo resultaron factores que en combinación han convertido las potenciales reservas en aguas profundas cubanas en apetito para los ojos de un mundo que ve cada gota de petróleo y gas con la ansiedad de un vagabundo en el desierto.

Según Fidel Rivero, el presidente de Cuba Petróleo (CUPET), pese a las presiones estadounidenses, seis compañías extranjeras firmaron convenios para explorar 16 de los bloques.

La más legendaria de estas compañías, la canadiense Sherrit adquirió los derechos de cuatro de los bloques y ya se encuentra produciendo petróleo en las costas de la Isla, cerca de Varadero. China está haciendo lo mismo.

El contrato fue firmado por el monopolio estatal Cubapetróleo (Cupet) y la gigantesca corporación mixta China Petroleum and Chemical Corporation (Sinopec), según datos del Ministerio de la Industria Básica de la Isla.

El cartel del gigante asiático, con esta acción se unió a las canadienses Sherritt y Pebercan; la española Repsol, y la brasileña Petrobras, en la asociación en diferentes grados con la industria petrolera cubana.

Pero también apareció "otro apostador", la empresa india ONGC que anunció su inversión en dos de los bloques, afirmando que representaba una oportunidad de "grandes descubrimientos".

Tal empresa acordó una participación del 30% en otra inversión conjunta con la firma española Repsol YPF. El otro 30% fue tomado por la compañía noruega Norsk Hydro.

Jorge Piñón, un consultor en energía del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-estadounidenses en la Universidad de Miami, dijo que la participación de Norsk Hydro -una empresa líder en producción petrolera- era muy significativa. "Da una señal de que la geología del área debe ser extremadamente positiva y con una gran posibilidad de producir petróleo en cantidades comerciales", dijo Piñón a la BBC.

El debate sobre las potenciales reservas petroleras de Cuba ha provocado la trifulca en un país tan complejo y con liderazgo tan avinagrado como los Estados Unidos. En el congreso de Estados Unidos los republicanos Jeff Flake y Larry Craig introdujeron proyectos de ley idénticos en la Cámara de Representantes y en el Senado, respectivamente, que no incluirían al petróleo del embargo a Cuba.

El congresista Flake, quien representa a Arizona, describió la prohibición de comerciar con Cuba como una "política arcaica". "Nuestra política actual no ayuda a nuestras necesidades de energía, ni a nuestras preocupaciones ambientales, ni a nuestros principios económicos".

Por su parte, dos demócratas de Florida, el senador Bill Nelson y el congresista Jim David, en una política monroísta, respondieron con otro proyecto de ley que negaría visas de EE.UU. a los ejecutivos de empresas petroleras que hagan perforaciones en aguas cubanas. Incluso, matizaron su "reserva" con motivos de amenazas medioambientales sobre lo que representaría un derrame petrolífero en las plataformas en aguas profundas. "Están en riesgo los Cayos de Florida y la economía turística en el estado, sin mencionar los US$8.000 millones que el Congreso está invirtiendo para restaurar los (pantanos) Everglades", aseguró el senador Nelson. Pero sobreviene entonces la pregunta indicada en el momento también indicado ¿Es verdad que Cuba posee petróleo en cantidades que admitan una inversión en aguas profundas?

Un estudio del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) realizado en el 2004 evaluó en 4,600 millones de barriles de petróleo y 9.8 billones de pies cúbicos de gas natural el potencial de la cuenca norte de Cuba. La evaluación se basó en la información disponible sobre los elementos geológicos de lo que los científicos llaman el Sistema de Petróleo Total (SPT).

De ser cercano a la realidad este diagnóstico, las reservas cubanas estarían al nivel de las que posee Ecuador, cuarto país entre los de mayor caudal petrolero en América Latina después de Venezuela, México y Brasil.

A modo de ejemplo se tiene que en 2004 Repsol YPF condujo el sondeo exploratorio Yamagua-1 en una lámina de agua de 1,660 metros, con una profundidad de 3,410 metros, que de resultas de tal investigación se llegó a la conclusión de que "existe un sistema petrolero con altas expectativas en una cuenca geológicamente poco explorada".

De ser ciertos estos pronósticos Cuba podría estar en disposición, en menos de una década, de producir 525 mil barriles de crudo por día, suficiente para el autoabastecimiento y la exportación.

En la actualidad, según datos de la Isla, Cuba consume 145 mil barriles por día, de los cuales produce actualmente casi la mitad, 75 mil e importa unos 92 mil de Venezuela.

Ahora llegamos al punto en que se comenzó esta nota: ¿Qué significa la entrada de Petrobras en la ZEE cubana? Pues bien, Petrobras es una de las compañías petroleras internacionales con mayor experiencia y tecnología de punta en la exploración y producción de hidrocarburos en aguas profundas. Las inversiones de Petrobras pudieran cubrir un importante vacío en el caso de que Cuba perdiera el apoyo petrolero de Venezuela.