■ Rememoran casi 50 años de sincera amistad, dice el líder cubano
Pasa Fidel Castro “las horas más agradables” con García Márquez
Gerardo Arreola (Corresponsal)
La
Habana, 10 de julio. Para Fidel Castro, Gabriel García Márquez volvió a
ser una excepción. El líder cubano hizo un “descanso” en la rutina de
su reclusión para recibir el martes al premio Nobel de Literatura y a
su esposa Mercedes Barcha, con quienes dijo que pasó “las horas más
agradables” desde que hace casi dos años, forzado por enfermedad,
abandonó la vida pública.
Gabo ha sido una figura de
excepción para el ex presidente cubano. Entre otras singularidades, fue
el primero que habló con lujo de detalles del despliegue militar cubano
en Angola en los años 70; el que estuvo al lado de Fidel Castro cuando
el papa Juan Pablo II ofició una misa en la Plaza de la Revolución; el
que llevó a Washington un mensaje confidencial de La Habana, alertando
de una inminente ola de atentados, hace apenas diez años.
El
martes pasado, escribió Castro en su artículo de hoy, recibió a los
García Márquez durante unas cinco horas y compartió con ellos un
almuerzo. También este caso fue de excepción. El ex mandatario no había
mantenido un encuentro tan largo con un invitado extranjero durante
estos últimos dos años ni había ofrecido una comida.
“Ellos
almorzaron lo suyo y por mi parte cumplí la dieta disciplinadamente,
sin salirme un ápice, no para añadir años a la vida, sino productividad
a las horas”, dijo el líder cubano, a quien García Márquez había
visitado en marzo del año pasado. Tras aquel encuentro circuló una foto
en la que ambos conversan en un jardín.
“¡Qué deseos tenía de intercambiar con ellos para rememorar casi 50 años de sincera amistad!”, escribió ahora Castro.
“Para
que tengas material de lectura”, le dijo Mercedes, cuando los
visitantes regalaron a su anfitrión una selección de discursos de cinco
premios Nobel de Literatura. Gabo eligió su propia
intervención de 1982, la de sus antecesores William Faulkner (1949) y
Pablo Neruda (1971) y la de sus sucesores, John Maxwell Coetzee (2003)
y Doris Lessing (2007).