Santiagueras y santiagueros;
Compatriotas:
Cincuenta y cinco años son un período corto en la vida de un pueblo, pero suficientes para confirmar que el 26 de Julio marcó el inicio de una nueva era en la historia cubana.
Fidel, en su medular intervención en el acto conmemorativo del XX Aniversario, también en Santiago de Cuba, rememoró estos encendidos versos del destacado dirigente comunista y notable intelectual Rubén Martínez Villena:
"Hace falta una carga para matar bribones,para acabar la obra de las revoluciones,para vengar los muertos que padecen ultraje,para limpiar la costra tenaz del coloniaje, para no hacer inútil, en humillante suerte,el esfuerzo y el hambre, y la herida y la muerte;para que la República se mantenga de sí, para cumplir el sueño de mármol de Martí; para que nuestros hijos no mendiguen de hinojos,la patria que los padres le ganaron de pie." Y concluyó su discurso afirmando:
“Rubén: el 26 de Julio fue la carga que tú pedías”.
Muchas dificultades y momentos difíciles hemos enfrentado los cubanos desde aquel memorable acto de 1973. Sólo las profundas convicciones y firme voluntad de resistir y vencer de nuestro pueblo, han hecho posible celebrar con orgullo y optimismo este nuevo aniversario.
El periódico Granma tuvo la feliz iniciativa de reproducir en días recientes, en 15 partes, dicha intervención. Ello hace innecesario referirnos a los antecedentes, causas, condiciones y consecuencias del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, expuestos por el Jefe de la Revolución aquel día en irrepetible síntesis.
Ese discurso, además de un sólido análisis del pasado y el presente de entonces, constituye una certera y precisa valoración de las duras realidades que deparaba el futuro y las vías de enfrentarlas.
Un día como hoy, en 1973, Fidel afirmó que la única salvación para los pueblos de Latinoamérica estaba en unirse y librarse del dominio imperialista, pues sólo así lograrían ocupar un lugar entre las grandes comunidades humanas.
Y refiriéndose a nuestra región, agregó lo siguiente:
“Solo esto nos daría las fuerzas para enfrentar los gigantescos problemas alimenticios, económicos, sociales y humanos de una población que ascenderá a 600 millones en 25 años más. Solo esto haría posible nuestra participación en la revolución científico-técnica que conformará la vida del futuro. Solo esto nos hará libres”.
Más adelante alertó:
“...el lujo y el despilfarro de las sociedades capitalistas desarrolladas agotan recursos naturales no recuperables, como el petróleo, cuyo precio amenaza con elevarse extraordinariamente”. Hasta aquí sus palabras.
Parece dicho hoy y fue hace 35 años. Con razón Abdelazís Bouteflica, entrañable amigo de Cuba y Presidente de la hermana Argelia, expresó en una ocasión:
“Hemos tenido el inmenso privilegio de tener como amigo al compañero Fidel, que nunca nos ha fallado. Fidel tiene la rara cualidad de viajar al futuro, regresar y explicarlo“, sentenció.
EL PAÍS HA HECHO GRANDES ESFUERZOS POR DESARROLLAR LAS PROVINCIAS ORIENTALES
Los 55 años transcurridos desde el 26 de julio de 1953, han justificado con creces por qué se escogió Oriente, y en particular Santiago de Cuba y Bayamo, para reiniciar la entonces inconclusa Revolución cubana. En esta tierra indómita de mambises y rebeldes, como en toda Cuba, permanecen vivas las gloriosas tradiciones patrióticas y revolucionarias de nuestro pueblo.
El país, desde el mismo año 1959, ha hecho grandes esfuerzos por desarrollar las provincias orientales, donde hoy vive el 35% de toda la población, pero aún siguen en desventaja con el resto de la nación. El período especial y los desastres naturales que nos han azotado con particular fuerza, influyeron además en que no hayamos podido avanzar con mayor celeridad.
Somos conscientes de la gran cantidad de problemas que aún quedan por resolver, la mayoría de los cuales afectan de manera directa a la población. No obstante, debemos reconocer que en los últimos tiempos se han aprovechado bien y rápido los limitados recursos que el país ha podido entregar adicionalmente a la región oriental.
Ejemplo de ello es la reanimación de numerosas instalaciones que mejoran la calidad de vida de la población y contribuyen a la educación y el esparcimiento.
Va a buen ritmo una obra muy valorada por los santiagueros, iniciada en el pasado año: la reconstrucción y ampliación del acueducto. Este viejo y grave problema debe quedar resuelto definitivamente en el 2010, cuando toda la ciudad tendrá solucionado el abasto diario de agua.
Restará para el 2011 concluir la rehabilitación de los acueductos de El Cobre y El Cristo, que también tendrán agua diariamente, y la construcción de la conductora de 25 kilómetros desde la presa Carlos Manuel de Céspedes hasta la Gilbert, que garantizará una fuente adicional ante grandes sequías.
Hasta ahora se han terminado 370 kilómetros de redes y 593 kilómetros de acometidas, aproximadamente la tercera parte de los necesarios, que ya han permitido beneficiar algo más de 26 mil viviendas donde residen unos 111 mil santiagueros.
Además están concluidos 24,6 kilómetros de grandes conductoras, cerca del 17% del total a construir. En fecha próxima concluirá la modernización de la planta potabilizadora Quintero Uno, la cual elevará la calidad del agua que se suministra.
Se cuenta con el equipamiento que requieren estas labores, y para emplearlo óptimamente debe organizarse el doble turno, siempre que resulte aconsejable y teniendo en cuenta además causar las menores molestias posibles a la población, pues una buena parte del trabajo a ejecutar es dentro de la ciudad. El principio es abrir la zanja e inmediatamente poner las tuberías y tan pronto se ejecuten las pruebas, restablecer la vía.
Controlaremos mes por mes el cronograma de ejecución de estas obras, que firmaron los máximos responsables de las instituciones involucradas. Es decir, Fidel Figueroa, ministro de la Construcción; René Mesa, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos; y Rolando Yero, presidente del Poder Popular en esta provincia que se encuentran presentes, y si no cumplen, se los enviaremos a ustedes para que hagan con los mismos lo que estimen pertinente (Risas).
No se trabaja sólo aquí, también se hace con las 27 brigadas que se han creado con este fin, en los acueductos de Holguín, Baracoa, Tunas y otros de las provincias orientales, así como en el de la capital del país, Camagüey y varios más en el occidente y centro de la isla. Incluye además los de decenas de poblados y pequeñas comunidades.
Alerto que en la medida que se distribuya más agua, más habrá que ahorrarla. Es un recurso muy valioso e imprescindible para todo. Por tanto, hay que emplearlo con la mayor racionalidad.
También ha sido necesario trabajar muy fuerte y con urgencia en la recuperación de los viales, buena parte de ellos prácticamente destruidos por la tormenta tropical Noel a finales del pasado año. Es mucho lo que resta por hacer, pero pese a las limitaciones de recursos, sólo en las provincias orientales y Camagüey han sido reconstruidos alrededor de 3 550 kilómetros de caminos y carreteras, y la totalidad de los 120 kilómetros de vías férreas afectadas, incluidos la mayoría de los puentes y otras obras de fábrica de considerable magnitud.
LOS TRASVASES PERMITIRÁN MANIOBRAR CON EL AGUA DE UNAS PROVINCIAS A OTRAS
Se trabaja igualmente en varios trasvases a lo largo de la nación, que son, en síntesis, obras que permiten maniobrar con el agua de unas provincias a otras. De ellos, por su importancia, se ha informado en amplios reportajes en nuestros medios de difusión.
Mencionaré sólo el llamado trasvase este-oeste en Holguín, el cual marcha ahora a buen ritmo. Próximamente quedará inaugurada su primera etapa, que permitirá el abastecimiento estable de agua a la capital provincial y otras localidades, en la misma medida en que vaya concluyendo el restablecimiento de las redes.
Las brigadas que ejecutan estas obras tienen el equipamiento necesario. Además se ha incrementado considerablemente la capacidad de producción de tubos de polietileno de alta densidad, con la construcción de las fábricas de Holguín y Ciudad de La Habana, que se suman a la de Ciego de Ávila que funciona desde hace años.
Es una gigantesca inversión que se lleva a cabo con la vista puesta no sólo en el presente, sino especialmente en el futuro. Algo de extraordinaria importancia en una isla larga y estrecha como la nuestra, donde las aguas se van rápido al mar y nos vemos sometidos cíclicamente a períodos de intensa sequía que podremos aliviar trasvasando los recursos hídricos, incluyendo los existentes en los macizos montañosos, a través de grandes túneles.
Una previsión que nos agradecerán todos, en particular las futuras generaciones, esas que les tocará vivir en un mundo donde el agua potable será un recurso cada vez más escaso y caro.
Por ello, no pocos pronostican que las guerras del mañana serán motivadas por la conquista de las reservas de este insustituible recurso natural. Ya en la actualidad se libran las guerras por el petróleo.
INVERTIR EN ESFERAS QUE GENEREN UTILIDADES EN EL MENOR PLAZO POSIBLE
Entre las nuevas inversiones que se llevan a cabo en colaboración con Venezuela, ocupa un lugar destacado la Petroquímica: el incremento de la refinación de petróleo, la producción de fertilizantes y la fabricación de resinas sintéticas como el llamado PVC, que se emplea, entre otros usos, para las petrocasas, de las que ya comenzaron a edificarse 100 en el reparto La Risueña de esta ciudad, similares a las construidas en Cienfuegos, como parte de las pruebas que se realizan en nuestras condiciones ambientales.
Se acometen además, en unos casos con nuestros propios recursos y en otros con empresas extranjeras, importantes ampliaciones en el níquel, el cemento y la minería. Muchas de estas obras serán aquí en Santiago de Cuba y en otras provincias orientales, aunque están diseminadas por todo el país. Por ejemplo, ya se prepara la ampliación de la refinería “Hermanos Díaz” hasta más del doble de su capacidad actual, con lo que estará en condiciones de abastecer de derivados del petróleo a todo el oriente cubano.
Como decíamos el pasado día 11 en el Parlamento, es un extraordinario esfuerzo para invertir los recursos existentes en esferas que generen utilidades en el menor plazo posible. Como nunca debe existir estrecha coordinación entre inversionistas, proyectistas y constructores para lograr la mayor eficiencia y concluir cada obra en el plazo pactado.
No olvidar que estamos en medio de una verdadera crisis mundial que no es sólo económica, se asocia también al cambio climático, el empleo irracional de la energía y a crecientes problemas de todo tipo.
Es una situación que impacta a todas las naciones y de manera particularmente dramática a los pueblos del Tercer Mundo. Hay fuertes llamados de alerta de organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cuyo director general nos visitó hace pocos días y ha denunciado de forma valiente y con sólidos argumentos la seriedad de esta crisis de consecuencias impredecibles.
Ante esa crisis permanecen pasivos los gobernantes de los países ricos y las grandes empresas transnacionales, una actitud no sólo egoísta e irresponsable, sino además suicida, pues quieran o no, todos vivimos en este pequeño –¡pequeñísimo!– planeta.
Incluso el Presidente del Banco Mundial, una organización a la que nadie calificaría de opuesta al capitalismo, presionó hace pocos días a los países industrializados a participar en la solución del problema. Sólo encontró oídos sordos, a pesar de que les propuso contribuir al Programa de Alimentos de la ONU con la ridícula cifra de 500 millones de dólares. Tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional afirman que la situación de los alimentos es grave y la empeora la política de los Estados Unidos de promover los agrocombustibles.
DEBEMOS EXPLICAR OPORTUNAMENTE A NUESTRO PUEBLO LAS DIFICULTADES
La mayoría de nuestro pueblo ha demostrado poseer los conocimientos y madurez suficientes para comprender estas realidades que resultan sencillamente insoslayables. Otras personas, en cambio, pretenden cerrar obstinadamente los ojos ante los problemas del mundo.
Reitero que la Revolución ha hecho y continuará haciendo cuanto esté a su alcance para seguir avanzando y reducir al mínimo las inevitables consecuencias de la actual crisis internacional para la población. No obstante, debemos explicar oportunamente a nuestro pueblo las dificultades y así poder prepararnos para enfrentarlas.
Hay que acostumbrarse no sólo a recibir buenas noticias.
Algunas opiniones recogidas respecto al anteproyecto de Ley de Seguridad Social demuestran que es necesario continuar informando sobre este asunto de importancia estratégica.
El proceso de estudio y consulta con todos los trabajadores que comenzará el próximo mes de septiembre, previo a la aprobación de la Ley por la Asamblea Nacional en diciembre, servirá para esclarecer todas las dudas y brindará la oportunidad de expresar cualquier criterio.
Todos serán escuchados con atención, coincidan o no con la opinión de la mayoría, tal como se ha venido haciendo con los planteamientos derivados del proceso de reflexión sobre el discurso del pasado 26 de julio. No aspiramos a la unanimidad, que suele ser ficticia, en este o en cualquier otro tema.
No obstante, tener presente que en 1953, el año en que atacamos este cuartel y el de Bayamo, la esperanza de vida de los cubanos era de 59 años, casi 20 menos que la actual, lo que significa que hoy vivimos 5 años más que el promedio de los latinoamericanos y caribeños, así lo dije en la Asamblea Nacional; recordar que en el pasado imperaban el tiempo muerto, las largas filas de desempleados, el desalojo de campesinos de la tierra que cultivaban y de trabajadores de sus viviendas por no poder pagar el alquiler; no olvidar aquella terrible imagen de niños famélicos, pidiendo limosnas, sin médicos ni escuelas.
Por acabar con toda esa injusticia, resumida por Fidel en La Historia me Absolverá, han dado la vida miles de compatriotas, incluidos los mártires del Moncada y Bayamo. Es bueno recordar ese cuadro de miserias y desigualdades que heredó la Revolución hace casi medio siglo, teniendo en cuenta que el 71% de los cubanos de hoy –¡71%!– nació después del primero de enero de 1959.
NO PODEMOS GASTAR MÁS DE LO QUE TENEMOS
Todavía nos faltan muchas cosas que quisiéramos pudiera disfrutar nuestro pueblo, aunque es una realidad muy diferente a la que encontró la Revolución. Recuerdo que en los momentos más agudos del período especial, un dirigente obrero latinoamericano, hablando a sus colegas cubanos les manifestó: “Ustedes tendrán muchos problemas, pero yo, que conozco mi país y gran parte del continente, les doy un consejo: ¡cuiden lo que tienen!”, alertó.
Por muy grandes que sean nuestros deseos de resolver cada problema, no podemos gastar más de lo que tenemos. Y para sacarle máximo provecho es imprescindible ahorrar de todo, en primer lugar combustible.