El atentado que el lunes en la noche sufrió un helicóptero de la Fuerza Aérea a 12 kilómetros de Melgar (Tolima), en una zona conocida como el cerro El Paso, tiene muy preocupadas a los militares. En él viajaban un coronel, un subteniente y un subjefe técnico que perdieron la vida luego de la explosión de 100 metros de cordón detonante encontrados dentro del aparato, según informó el general Jorge Ballesteros, comandante de la FAC.

El sitio donde cayó el helicóptero estadounidense, tipo Ranger de instrucción, está ubicado muy cerca al Comando Aéreo de Combate número 4 (Cacom) de Melgar, una base de entrenamiento asentada en una de las zonas más seguras y custodiadas (?) del centro del país, a tan sólo dos horas de Bogotá.

En el helicóptero viajaban el coronel Carlos Gutiérrez Zuluaga, el subteniente Nicolás Bedoya González y el subjefe técnico William Zambrano Triana, de la Escuela de Helicópteros.

“La Fuerza Aérea Colombiana se permite informar que realizada la investigación inicial sobre el accidente del helicóptero tipo Ranger con matrícula FAC 4474, ocurrido el pasado 04 de Agosto de 2008, se encontraron evidencias que indican que se trató de un atentado terrorista”, señaló un boletín de prensa.

Se cree que éste fue un ataque perpetrado por un comando guerrillero del frente 51 de las Farc. Desde hace más de seis años, cuando la operación Libertad I y II intentó acabar con los frentes más importantes de este grupo guerrillero en Cundinamarca bajo el mando del general Reinaldo Castellanos, que terminó en rotundo fracaso, no se veía un atentado de este calibre. Sobre todo por el alto grado militar de los muertos.

Fuentes militares señalan que el Bloque Oriental de las Farc se está abriendo paso cada vez más activamente en el centro del país por orden del ‘Mono Jojoy’ y de ‘Romaña’, que están sacando guerrilleros de otros frentes -que cuentan con más efectivos de los necesarios- para esta tarea. Muy seguramente, los autores de este atentado hacen parte de esta reorganización.

Se sabe que estos movimientos de las Farc se ven facilitados por la presión y el cerco que hombres de la guerrilla le hicieron al Ejército en una cuchilla conocida como Altamizal, entre los departamentos de Meta y Cundinamarca.

En teoría, Bogotá y su periferia están aseguradas por la presencia masiva de militares, apoyados con dinero, armas e instructores estadounidenses. Sin embargo, los últimos golpes militares contra las FARC han fracasado uno tras otro, con excepción de los golpes mediáticos, que no afectan a la estructura guerrillera.

Esta falta de efectividad del Ejército pueden estar tentando a las FARC a cambiar su estrategia con la intención de golpear donde son más visibles (en el centro del país) y dislocar sus fuerzas para que los militares tengan que moverse para atender varios puntos al mismo tiempo, cosa que ya han demostrado que no son capaces de hacer.