Argentina cae ante EEUU, peleará por el bronce

Por JUAN ZAMORANO

The Associated Press

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BEIJING --

Una ofensiva descomunal de Luis Scola no alcanzó y Manu Ginóbili sólo jugó siete minutos. Estados Unidos arrolló el viernes a Argentina 101-81 y avanzó con foja perfecta a la final del básquetbol de los Juegos Olímpicos, donde enfrentará a España. 

Una actuación notable de su capitán Scola no bastó para que Argentina mantuviese vivo su sueño de repetir la medalla de oro de hace cuatro años en Atenas y los sudamericanos tendrán que conformarse con disputar el bronce frente a Lituania, el domingo.

Ginóbili, el principal cañón de los sudamericanos, salió del encuentro luego de poco más de seis minutos por una lesión en un tobillo, y nunca más regreso.

Los albiceleste, con su famosa "generación dorada" integrada entre otros por Ginóbili, Andrés Nocioni y Fabricio Oberto, sucumbió ante un quinteto norteamericano que le ha pasado por encima a todos sus rivales en Beijing.

Carmelo Anthony fue el mejor en el ataque estadounidense con 21 puntos, mientras que LeBron James aportó 14.

Scola fue el mayor anotador del partido con 26. Carlos Delfino encestó 19.

Los argentinos habían eliminado a los estadounidense en las olimpiadas de Atenas del 2004 y terminaron alzándose con el oro al derrotar a Italia.

Pero en China, los astros de la NBA, que quieren recobrar el trono del básquetbol mundial perdido en los últimos años, fueron superiores a los sudamericanos.

Estados Unidos disputará el oro con España, que previamente derrotó a Lituania 91-86, en lo que será la reedición de la final de Los Angeles 1984.

Estados Unidos ganó cómodamente el primer cuarto 30-12.

Dio la impresión de que el equipo norteamericano le pasaría sin misericordia la aplanadora a la albiceleste tras el paseo inicial, pero los argentinos -alentados desde la gradería por Diego Maradona- recortaron terreno a través de una marcación fuerte, recuperando cada balón y manteniendo a sus rivales alejados de la pintura.

Mientras mantenían frenados a sus rivales, la ofensiva sudamericana comenzó a hacer daño, particularmente con un Scola convertido en un león en defensa y ataque. Hasta ese entonces el delantero de los Rockets de Houston había aportado 12 puntos y recuperado siete rebotes.

Estados Unidos, no obstante, se fue al descanso con apenas nueve puntos de diferencia (49-40).

Los norteamericanos se despegaron nuevamente en el tercer cuarto y comenzaron a mostrar su juego fantasía, con Anthony y James regalando canastas para las fotos. En el lado argentino seguía caliente la puntería de Scola, quien evitó que la ventaja rival al término del tercero fuera tan grande.

Estados Unidos se fue al último cuarto con 14 puntos de diferencia (78-64) y mantuvo esa ventaja de allí en adelante.

Mientras tanto, algunas atletas estadounidenses se sacaban foto con Maradona en la gradería.

"Vamos Argentina", se le escuchaba gritar al astro. Pero ya la paliza estaba consumada.

Los norteamericanos están ávidos en devolverle el honor al otrora "Dream Team", después de haber fracasado en el mundial de Indianápolis del 2002, en Atenas y en el mundial de Japón del 2006. En estas dos últimas competencias se tuvo que conformar con el bronce.

Argentina, con Ginóbili, también le había asestado un duro revés a Estados Unidos en Indianápolis.

Yoel, lamentablemente perdimos, el equipo norteamericano se reinvindicó de la derrota que le infligimos en la anterior, pero ni tan paliza ni nada,no es costumbre nuestra entregarnos sin pelear, no voy a decir que se lesionó nuestro mejor jugador porque ya lo sabés y porque no acostumbro llorar sobre la leche derramada, no somos potencia deportiva en basquet pero se hace lo mejor que se puede, por algo se llevan nuestros jugadores a la NBA.

Los muchachos perdieron pero sin bochorno...porque más bochorno que el de los atletas yanquis...ji,ji,ji  fijate en el post que sigue...

Argentina vendió cara la derrota

Sin Ginóbili, lesionado desde el primer cuarto, la Selección de Sergio Hernández cayó previsiblemente ante Estados Unidos, por 101-81, y ahora luchará por el Bronce ante Lituania.

Estados Unidos participa en Beijing 2008 con un equipo que es el favorito número uno para ganar el Oro, pero Argentina, campeona olímpica de 2004, sacó a relucir la cara humana del Dream Team. Un parcial de 18-0 en cuatro minutos, los transcurridos entre el cuatro y el ocho del primer cuarto, sin conceder el más mínimo margen, estuvo a punto de destrozar la segunda semifinal del torneo. Pero Argentina regaló un auténtico derroche de orgullo y compromiso colectivo, en suma, de básquetbol y honestidad deportiva. Los campeones olímpicos tenían por delante motivos más que suficientes para haber bajado los brazos, dejarse llevar y esperar al encuentro del próximo domingo. Pasaron de un 4-3 (m.4) a un 4-21 (m.8) y acabaron el período a diecinueve puntos del Estados Unidos (11-30). Aparte del castigo anotador infligido por los estadounidenses, Manu Ginóbili se lastimó un tobillo a falta de 3:39 minutos para la conclusión del primer tramo. Por si no bastaba perder a la máxima figura, Andrés Nocioni estaba, en principio, descartado para el partido. El alero de los Bulls pasó unas pruebas médicas antes de la semifinal que detectó “partículas osteocóndriticas" al lado del tendón de la rodilla derecha. En resumen, el marcador daba miedo y dos vértices principales del equipo habían caído víctimas de la entrega. Encontrar alguna selección capaz de obviar tanta adversidad es tarea prácticamente imposible. Sin embargo, Argentina forma parte de tal exótica raza de equipos. Estos estrambóticos jugadores lograron, de entrada, rescatar el choque. Ahí es nada. Y, por añadidura, firmar uno de los escasísimos cuartos que los americanos perdieron en Beijing. Nada menos que por diez puntos (29-19) y 40-49, merced a una falta en el arco de triples sobre Carmelo Anthony, en la que Juan Pedro Gutiérrez punteó el balón sin el menor contacto físico. Ginóbili, Nocioni, Fabricio Oberto y Luis Scola, cuatro campeones olímpicos en Atenas 2004, miraban el choque desde el banco. La defensa en zona sacaba de sus casillas a los hombres de Mike Krzyzewsky. Los fantasmas sobrevolaban por el techo del magnífico pabellón de Wukesong. El 40-49 del descanso colocaba la semifinal en una encrucijada con dos posibles sendas: que Argentina aguantara la salida norteamericana y condujese la identidad del finalista a la incertidumbre más absoluta o que, por el contrario, Estados Unidos apretase el acelerador y liquidase el partido. Argentina disputó todas las citas cumbre que ha alcanzado mermada. Ginóbili se torció un tobillo contra Alemania en las semifinales del Mundial de Indianápolis 2002 -Plata ante Yugoslavia en una polémica acción sobre la chicharra en la que los árbitros no sancionaron falta sobre Hugo Sconochini-. Fabricio Oberto tampoco pudo disputar el partido del Oro de Atenas 2004. Y nunca hubo el más mínimo intento de justificar ningún marcador con estas cosas. Argentina juega con el corazón de un país detrás. Es una selección muy grande. Paralelamente, es un equipo que ha iniciado la sucesión generacional. Y es un equipo que, hasta el final, se batió ante los americanos con una dimensión basquetbolística que la puede llevar hasta el Bronce ante Lituania.

Un día para el olvido

El sector de la velocidad estadounidense sufrió un nuevo descalabro al no poder llegar a la final de los relevos 4x100 masculino y femenino por fallas en la última entrega.

Primero fueron los chicos. El intercambio entre Darvis Patton y Tyson Gay falló y las esperanzas estadounidenses de salvar un poco la cara ante la avalancha que está sufriendo de Jamaica se fueron de pique. Estados Unidos no se bajaba del podio de los 4x100 desde Seúl'88 y en esta ocasión el cuarteto integrado por Rodney Martin, Travis Padgett, Patton y Gay ni siquiera pudo acceder a la final por dicho fallo en el último traspaso del testigo. Jamaica, en cambio, no tuvo que echar mano de Usain Bolt, que acababa de asistir a la ceremonia de medallas de los 200 metros, prueba en la que consiguió su segundo oro y su segundo récord mundial, para ganar la segunda serie con Asafa Powell con un tiempo de 38.31. Gran Bretaña, defensora del título, fue segunda tras el cuadro caribeño con 38.71, pero posteriormente fue descalificada y no podrá tratar de revalidar el oro. La otra gran sorpresa, por el mismo motivo que los estadounidenses y en el mismo lugar, fue la eliminación de Nigeria, bronce en Atenas'04 tras británicos y norteamericanos. En mujeres, acto seguido, las estadounidenses tampoco pudieron evitar la maldición al caerse el testigo en el último cambio, entre Torri Edwards y Lauryn Williams, quien echó mano de orgullo para volver hacia atrás recoger el testigo y llegar a meta con un tiempo de 48.95, a seis segundos de Bélgica, ganadora de la serie. El relevo femenino norteamericano no podrá, por lo tanto, conseguir el décimo título olímpico de la historia y tendrá que conformarse, como en Atenas'04, con ver la final desde la distancia. La actuación de ambos cuartetos vino a confirmar el maleficio que parece sufrir el sector de la velocidad de Estados Unidos en El Nido de Pájaro, donde ha visto como Jamaica se ha llevado los cuatro oros entre 100 y 200, gracias al doblete de Bolt y a los triunfos de Shelly-Ann Fraser (100) y Veronica Campbell (200).

Tyson Gay se quedó sin ser parte de otra final.

EE.UU. y dos bloopers para la historia en las postas de 4 x 100

PEKIN (AFP).- Durante la historia de los Juegos Olímpicos se vivieron muchas debacles. Individuales y colectivas. Pues bien, tal vez la más sonada de estos Juegos sea la protagonizada por los Estados Unidos en las postas de velocidad. ¿Qué ocurrió? Desde que se celebran estas reuniones, es la primera vez que el país rey de las pruebas sprint no logró ni una sola medalla dorada en alguna de sus especialidades. Además, debió sentir en carne propia el inexorable avance de los jamaiquinos, que prácticamente se quedaron con todo, destronando así al gran país del Norte.

Sin embargo, lo que nos ocupa hoy es el tema de las postas. Lo que sucedió en las pruebas de relevos 4x100, tanto masculinas como femeninas, fue una catástrofe para los norteamericanos. En ambas carreras, cuando la nación se postulaba cuanto menos para llegar al podio, hubo desentendimientos entre sus atletas y el testimonio terminó en el piso, con lo que se perdieron todas las posibilidades en hombres y mujeres. En la carrera clasificatoria masculina (foto superior), el cuarteto formado por Rodney Martin, Travis Padgett, Darvis Patton y Tyson Gay no esperaba un final tan decepcionante. Cuando se producía el último relevo y Gay debía recibir el batón de manos de Patton, este se cayó y ese descuido fue fatal para las aspiraciones de los EE.UU. Los muchachos, desconcertados, sólo atinaron a dibujar un gesto de resignación mientras veían como Trinidad y Tobago ganaba esa serie, seguido por Japón y Holanda, los que pasaban a la rueda decisiva. Para Gay, fue otro golpe, tras quedar fuera de la final de los 100 metros.

Como si esto no hubiese sido suficiente, las chicas cometieron el mismo error en idéntica disciplina (foto inferior). Esta vez, el relevo traicionero fue el que combinaron entre Torry Edwards y Lauryn Williams, aunque el orgullo de la segunda le hizo volverse y correr en contra de la prueba para recogerlo y seguir la carrera, que los Estados Unidos concluyó a seis segundos de Bélgica, vencedor de la serie. En ambos casos, los conjuntos quedaron eliminados y no pudieron encontrar un sitio en la prueba decisiva. Insólito, tratándose de una especialidad en la que Estados Unidos no se bajaba del podio desde los Juegos Olímpicos de Seúl, en 1988.