Prensa cubana no ha informado sobre ayuda de EEUU
WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
Los medios oficiales cubanos no han informado a la población sobre la ayuda humanitaria "única y sin precedentes'' de $5 millones que el gobierno de Raúl Castro rechazó a Estados Unidos.
La única referencia sobre la negativa cubana al donativo estadounidense apareció en una nota entregada el domingo al Departamento de Estado y publicada en el diario Granma, pero sin hacer referencia al volumen monetario ofrecido.
"La Sección de Intereses de Cuba en Washington desea comunicar al gobierno de Estados Unidos que nuestro país no puede aceptar una donación del gobierno que nos bloquea'', se limitó a decir el comunicado.
Los ciudadanos cubanos de a pie, sin embargo, desconocen los términos de la ayuda estadounidense, que fue brindada esta vez sin condiciones, según fuentes del Departamento de Estado. Con anterioridad Washington había ofrecido una cifra inicial de $100,000 y la propuesta de una comisión para evaluar los daños sobre el terreno, pero el gobierno rechazó tajantemente la iniciativa.
"Aquí no se sabe nada, no se ha dicho nada de la nueva ayuda'', relató Mariano Cabrera mediante un teléfono celular desde la ciudad de Camagüey. "Sólo sabemos que han prometido alimentos y materiales de España, China y Venezuela''.
Casi una decena de personas consultadas por El Nuevo Herald en La Habana, Camagüey, Holguín y Las Tunas desconocían los términos de la nueva donación propuesta por Washington. Estos tres últimos territorios provinciales figuran como los más golpeados del oriente del país tras el paso del huracán Ike, aún con apenas un 30 por ciento del servicio eléctrico recobrado.
El martes el periódico Granma publicó un extenso informe preliminar sobre los daños ocasionados en la isla por los huracanes Gustav e Ike. También incluyó un artículo titulado ‘‘Miami, el burdel político de siempre'', donde se arremete contra "el alboroto típico de los portavoces anticubanos'' del exilio, pero sin hacer mención a los esfuerzos de organizaciones e instituciones humanitarias de Miami para enviar suministros, medicinas y dinero en efectivo a los damnificados.
Para los ciudadanos cuyas viviendas fueron arrasadas o sus provisiones resultaron afectadas, la espera por la prometida ayuda gubernamental comienza a ser exasperante.
Algunos han decidido no aguardar por las promesas gubernamentales y agenciarse material recuperado entre los destrozos para reparar sus casas. O simplemente para resguardar los ventanales de un círculo infantil en la ciudad de Holguín adonde asisten sus hijos.
"Aquí la gente sabe que no vale la pena esperar, hemos estado esperando muchos años para que nos dieran materiales para reparar las casas y nunca aparecieron'', expresó Mariela Fernández, un ama de casa de Puerto Padre, en Las Tunas. "¿Por qué vamos a creer ahora que será diferente?"
En Banes, una de las poblaciones más devastadas de la provincia holguinera, la policía tuvo que interceptar el pasado jueves a varias personas que sustraían planchas de zinc de un establecimiento estatal para reparar sus destartaladas viviendas. Las autoridades gubernamentales reconocen preliminarmente que medio millón de casas fueron afectadas, de ellas más de 63,000 con derrumbes totales a lo largo del país. Se estima que de los 3 millones de personas evacuadas durante ambos ciclones, la mitad de ellas no podrá regresar de inmediato a sus casas por presentar afectaciones parciales o estar derrumbadas.
Pero el mayor temor de los cubanos constituye el suministro de alimentos. Mientras en muchas tiendas en divisas acaso pueden adquirirse latas de sardinas y atún, en los mercados agrícolas paralelos los precios se han disparado, provocando agresivas reacciones contra los especuladores.
"El miedo es que esto que hoy están vendiendo es lo que quedó de antes de los ciclones'', contó Carlos Alemán, un ingeniero de La Habana, quien el sábado invirtió 100 pesos cubanos para adquirir cinco libras de frijoles.
"Hay mucha gente acaparando lo que pueda, como si viniera un nuevo período especial'', agregó.
El gobierno aseguró que se perdieron en la agricultura unas 700,000 toneladas de alimentos y más de 4,000 toneladas de los productos que se encontraban almacenados. Una 40,000 toneladas de azúcar también se mojaron y deberán ser procesadas.