Por Alison Raphael WASHINGTON, 15 sep (IPS) - Mantener las actuales políticas de aislamiento hacia Cuba o adoptar un enfoque más abierto hacia esa isla caribeña son las diferentes estrategias que plantean respectivamente los principales candidatos a la presidencia estadounidense, John McCain y Barack Obama.
Dan Restrepo, representante de la campaña de Obama, y Adolfo Franco, hablando en nombre de McCain, dieron el viernes una charla en el centro de estudios Diálogo Interamericano (IAD), con sede en Washington, sobre las ideas de sus candidatos para las futuras relaciones de Estados Unidos con América Latina.
"El nuevo presidente estadounidense será el primero en cinco décadas que no efrentará a Fidel Castro", señaló el moderador del IAD, Dan Erickson, añadiendo que, después de todo este tiempo, Estados Unidos todavía se hace la misma inquietante pregunta: "¿Qué pasará con Cuba en el largo plazo?".
Ambos candidatos presidenciales comparten el objetivo de apoyar los pasos cubanos hacia la democracia, pero tienen estrategias completamente diferentes para alcanzar ese fin.
Obama, candidato por el opositor Partido Demócrata, ajustará algunas políticas sobre Cuba del actual gobierno de George W. Bush, dijo Restrepo, como eliminar las restricciones a las visitas familiares y al envío de remesas a esa isla caribeña, que han demostrado ser muy impopulares entre los cubano-estadounidenses.
El candidato demócrata cree que revertir las políticas de Bush le dará a los cubanos más "espacio" dentro del régimen, explicó Restrepo.
Otra idea más controvertida de Obama es intentar desafiar al gobierno cubano para que libere a todos los prisioneros políticos, a cambio de abrir conversaciones oficiales con Washington para considerar un fin a las sanciones contra la isla.
"No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar nuevos resultados", dijo el portavoz del candidato demócrata, aludiendo a la histórica creencia en la Casa Blanca de que aislar a la isla es la mejor política, motivo del embargo comercial unilateral que ya lleva 46 años.
Mientras, hablando en nombre de McCain, del gobernante Partido Republicano, Franco presentó una política hacia Cuba prácticamente idéntica a la del gobierno de Bush.
A lo largo de los años, "McCain ha mantenido una postura constante sobre Cuba, y es que la isla es un estado paria que no debe ser recompensado hasta que muestre algún compromiso con la democracia", explicó.
Según Franco, el candidato republicano incrementará la "asistencia material" a los disidentes cubanos y "mantendrá la presión" a La Habana.
"Recompensar" a Cuba sería un "error colosal", reiteró, quizás refiriéndose a la posibilidad de abrir canales diplomáticos.
Pero Kirby Jones, empresario con muchos contactos tanto en Estados Unidos como en Cuba, le dijo rotundamente: "Nada de lo que dice va a funcionar".
Y el plan de Obama fracasará si la liberación de los prisioneros políticos es presentada como una condición para las conversaciones, sostuvo Jones. El empresario afirmó que la estrategia de establecer condiciones para conversaciones diplomáticas ha demostrado ser infructuosa.
Mientras, Wayne Smith, ex enviado de Washington a Cuba, subrayó la importancia de que el nuevo gobierno tenga como prioridad mejorar las relaciones con América Latina como un todo, y sugirió que dialogar con La Habana sería un buen comienzo.
También llamó a suprimir la Ley de Ajuste Cubano, de 1996, que provee asistencia económica a los cubanos que lleguen a Miami y les facilita su acceso a la ciudadanía estadounidense, un trato más beneficioso que a los inmigrantes de otras naciones.
"¿Por qué esa ley todavía está en los libros?", preguntó Smith, ya que las circunstancias han cambiado y su eliminación acabaría con los incentivos para la inmigración cubana, un punto de tensiones entre Washington y La Habana.
Otros participantes discutieron el papel de figuras republicanas cubano-estadounidenses en Miami, en particular Lincoln y Mario Díaz-Balart, que representan a la línea dura tradicional de esa comunidad.
Lincoln Díaz-Balart, en particular, tendría fuerte influencia en las políticas de Bush hacia Cuba.
David Wasserman, del grupo independiente Cook Political Report, predijo que la competencia por el distrito 21 de Miami, en manos de Lincoln Díaz-Balart los últimos 16 años pero ahora aspirado por el alcalde del municipio Hialeah, Raúl Martínez, será "la peor competencia en el país".
Los demócratas sostienen que los distritos representados por los hermanos Díaz-Balart se han diversificado tanto que a los republicanos no les alcanzará con presentar una plataforma anticastrista.