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Los carteles de ventas de casas en California marcan el fin del boom inmobiliario que comenzó allí en 2000. |
El gobierno enfrenta vencimientos de deuda. Y no está claro si podrá cumplir. Si cae, el efecto sería devastador.
Por
Ana Baron- Clarín
E
ra una de las tiendas más populares de Walnut Creek, un enclave urbano que se desarrolló de la mano del boom inmobiliario al pie de Mount Diablo, a una hora de San Francisco, en la soleada California. Ahora en la puerta de "Mia Friends" hay cartel que reza contundente: "Orden de desalojo". La tienda, que antes desbordaba de ropa "top" y accesorios de todo tipo para jovencitas, está totalmente vacía. La dueña, Lisa Rein, tuvo que vaciarla el lunes pasado en menos de dos horas antes de que llegaran los Marshalls.
"No se imagina cómo lloraba. Pero hacía ya seis meses que no podía pagar los 2.400 dólares que le costaba el alquiler del local. Las ventas fueron bajando y bajando. En este momento nadie compra ropa. No me quedó otra alternativa", dijo a Clarín George Cervera, que trabaja en la joyería de al lado.
Cervera explica: "Todo el comercio aquí está por el piso. La gente está con miedo. Nadie compra nada. En la galería, el 24 por ciento de los locales están vacíos. El otro día leí una nota en el Wall Street Journal que decía que California está al borde del default. ¡¡Es increíble!! Si un estado tan rico como el nuestro cae en bancarrota 'qué le espera al resto del país?"
En efecto, con la explosión de la burbuja inmobiliaria, la caída del consumo y de las ventas, el gobierno de Arnold Schwarzenegger ha ido recaudando cada vez menos impuestos, lo que ha creado un déficit presupuestario de 15.000 millones de dólares. Pero eso es sólo una parte del problema. Actualmente California tiene además una deuda de 51.000 millones de dólares que viene arrastrando desde la crisis energética que padeció en el 2000 y de la explosión de la burbuja de las puntocom.
La semana próxima el gobierno de California tiene que emitir 4.000 millones de bonos para poder cubrir los vencimientos de esa deuda de aquí a fin de año. Con el mercado financiero en crisis, el gran temor es que la emisión no sea exitosa, lo que dejaría a California, la sexta economía del mundo, al borde del default.
Con un Producto Bruto de 1,8 trillón de dólares, la economía de California es de hecho dos veces más grande que la de India y representa el 15 por ciento del PBI de los Estados Unidos.
Sede de la poderosa industria del cine en Hollywood, cuna de la vanguardia de la innovación tecnológica en Silicon Valley y con una de las áreas rurales más ricas del país, incluyendo Napa Valley y su industria vitivinícola, si California llegase a caer en default el efecto sobre el resto del país sería devastador.
De hecho, es necesario recordar que fue aquí, en Pasadena, donde comenzó el derrumbe bancario en Estados Unidos con la caída de Indi Mac. Desde entonces ya cayeron 19 bancos.
Hace una semana el gobernador Schwarzenegger le escribió una carta al secretario del Tesoro, Henry Paulson, para advertir que muy posiblemente California necesite un préstamo de emergencia por 7.000 millones de dólares. No obtuvo ninguna respuesta, pero el actor de "Terminator" dijo que está preparado a arriesgarse nuevamente en Wall Street y ha lanzado una serie de cortos publicitarios para atraer a los inversores.
No está claro, sin embargo, qué pasará si los inversores no se muestran interesados o si el gobierno de George Bush le niega el préstamo.
Cuando se le preguntó sobre esta posibilidad Schwarzenegger manifestó que en su vocabulario "no existe 'qué pasa si no.'". "Lo haremos", afirmó.
En Main North Street, la calle principal de Walnut Creek, reina sin embargo, un gran escepticismo. Jerry Tapangco, el dueño de Colton Piano, una tienda que vende pianos con mucho éxito desde hace 12 años, explicó a esta corresponsal: "Aquí tenemos pianos de 100.000 dólares y de US$ 2.000. Los que más se venden lógicamente son los de entre 7.000 y 20.000 dólares. Antes, la venta tenía la forma de un diamante, poco arriba, mucho en el medio y poco abajo. Ahora es como un ocho: sigue habiendo un poco arriba y abajo, pero no hay nada en el medio. Es decir, lo que está desapareciendo es la clase media."
"Me da mucha pena, pero muy probablemente voy a tener que achicarme o directamente cerrar el negocio. Trabajo los viernes, los sábados y domingos, es decir los días de más ventas. Pero es muy triste lo que está pasando. Me paso el día sola. No entra nadie", dijo a Clarín, en un lamento, Margarita Colmenares, una colombiana que trabaja en un negocio que vende ropa cara de mujer.
"Nadie quiere gastar tanta plata en ropa. Además, les da miedo pagar con las tarjetas de crédito, porque piensan que los intereses van a subir", reveló.
Es decir, cada uno en su nivel, desde el republicano Arnold Schwarzenegger, en el gobierno, hasta Jerry Tapangco, en su negocio de pianos, está viendo cómo hacer para llegar a fin de mes sin caer en la bancarrota.