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De: LaCalaveraDeFidel  (Mensaje original) Enviado: 18/11/2008 12:02

ROBERTO SAVIANO
El hombre más buscado por la mafia


Rabia y la impotencia ante los asesinatos de la mafia llevaron a este escritor napolitano a retratar, con precisión inédita, la sangrienta tiranía de la camorra. Gomorra, su escalofriante denuncia, se ha convertido en un best seller mundial. Desde entonces, su vida tiene precio.



Celebraba hace unas semanas su 29 cumpleaños con la noticia de que el `Clan de los Casalesi' había preparado un atentado para hacerlo saltar por los aires, junto con sus escoltas, antes de Navidad. No era la primera vez que Roberto Saviano recibía noticias similares, así que, tras reunirse con los fiscales anti-Mafia, el escritor dio a entender que se iba de Italia para intentar recuperar una vida normal. «Quiero pasear, tomar el sol, caminar bajo la lluvia, quedar con mi madre sin miedo y sin que ella esté asustada. Quiero tener cerca a mis amigos y no tener que hablar de mí como si fuera un enfermo terminal. ¡Tengo 29 años!», dice Saviano. Desde que hace dos años se publicó Gomorra, el libro en el que cuenta con precisión financiera y destreza literaria todos los entresijos de la Camorra napolitana, Saviano ha visto cómo se alejaban de él sus amigos, por la enorme dificultad operativa de verlo, cómo su familia tenía que cambiar de ciudad y cómo su novia lo dejaba porque no podía resistir la presión de vivir bajo amenaza de muerte. Su única familia, ahora, son sus guardaespaldas, tres carabineros que lo protegen las 24 horas del día y a los que llama mis ragazzi, mis muchachos.


Todavía no ha decidido si se irá de Italia. No sólo porque crea que sería ‘rendirse’, sino porque la Mafia está en todas partes y su reubicación es compleja. Ya se lo dijo Salman Rushdie, 20 años amenazado por una fatwa de los radicales islámicos por haber escrito los Versos satánicos: «Tu situación es peor que la mía. La mafia es un problema más grave y más extendido». Rushdie es partidario de que deje Italia de inmediato, pero que elija prudentemente el destino. Él encontró cierta seguridad en Estados Unidos, pero en ese mismo país Saviano no puede dar un paso sin la escolta del FBI. Además, Rushdie reconoce que su familia no fue amenazada ni sufrió presiones y la del italiano sí las padece. Con todo, cuando ambos se encontraron en septiembre en Nueva York, en una casa privada, Rushdie le dio ánimos: «Recuerda que la libertad está en tu cabeza. Libérate tú, porque nadie te va a liberar. Al final vencerás». Y se permitieron incluso bromear y él mismo y el escritor británico Ian McEwan ejercieron de escoltas de Saviano por Central Park. Eso sí, sólo unos metros, hasta el coche blindado.


Entrar en un vehículo blindado debería dar sensación de seguridad, pero para quien no está acostumbrado da impresión de peligro. La sola necesidad de un aparato que pesa tres toneladas, reforzado de acero, con cristales tintados y puertas de un grosor doble del habitual para desplazarse por Roma resulta inquietante. Pero ésa es la única forma de moverse con Roberto Saviano… y sus tres ragazzi. Así fue el encuentro de XLSemanal con él y así es su vida desde que el 13 de septiembre de 2006 la Policía italiana decidiera ponerle escolta por primera vez. Gomorra se había publicado en mayo, la información ya estaba ahí, a disposición de todos, pero en esos meses había ocurrido algo inesperado: el éxito. «En Italia se publican cientos de libros al año sobre la Mafia, algunos valientes, pero suelen ser informes aburridos; otros, textos ficcionados sin rigor y no suelen tener mucha repercusión.» Gomorra, en cambio, era real como la vida misma, pero espectacular como una película (de hecho, ya existe el filme, del mismo título que también ha conseguido un gran éxito). En meses, el boca a boca lo convirtió en un best seller. Y la vida de Roberto no volvió a ser igual, «aunque esto aquí le pasa también a muchos otros», puntualiza Saviano. Italia es el país democrático con el mayor porcentaje de hombres escoltados del mundo. En los últimos 20 años, la Mafia ha matado a diez mil personas. Tantos muertos como en la franja de Gaza. En Campania, donde nació Saviano, hay un promedio de dos asesinatos diarios. «Si algo así ocurriese en París o en Londres, no se mantendría ningún Gobierno. Pero en Italia es posible, siempre ha sido posible. Escribir en una tierra así no es como escribir en otro lugar», asegura Saviano. «Lo más terrible es que las personas que más te odian no son delincuentes ni amigas de los clanes, son personas a las que atormenta tu presencia, porque los obligas a posicionarse, a una constante comparación. ¿Pretendes que le dé la espalda a mi tierra? ¿Tú quién te crees? ¿Piensas que eres mejor que yo?»

Saviano no cree eso, no se cree nada, porque a escribir Gomorra lo movió la rabia, la impotencia, de alguien que había vivido desde niño y de muy cerca con la Camorra, pero tenía 26 años, era su primer libro y no tenía un plan. Vivir aislado no era su plan. «Después de casi dos años con escolta, comprendes que eres un extraño en el mundo. La vida ocurre fuera y tú estás dentro, atrapado. Ya no vuelves a coger un tren, ya no vuelves a viajar en un coche que no esté blindado. ¿Qué haces, con quién sales?»


En Nápoles, donde vivió toda su vida, se niegan a alquilarle un apartamento. Pero tampoco lo hacen en Roma si saben que es él. Dice que ha llegado a soñar que tiene casa. «Destruyen tu vida cotidiana, te hacen ver que las personas que te rodean están en peligro. Te matan en vida.» Cuenta cómo, hace unos meses, mataron a un hombre que había denunciado a los camorristas nueve años antes y al que le acababan de quitar la escolta. «Tardariello ma mai scurdariello» [`lento, pero no olvidadizo'], dice un proverbio campano: la vida de Saviano nunca estará segura.


En sus apariciones públicas, la gente lo aplaude con entusiasmo y se acercan a él para felicitarlo por su valor, pero él dice que, a veces, se siente el hombre más solo del mundo. Un pensamiento lo consuela: «He escrito un libro que ha sido leído, ahora mis ojos son millones de ojos». Un espacio lo libera: el ring.


«No hay empresa mejor que la realizada con las propias manos», cita Saviano a Homero para explicar su nueva pasión. «El boxeo es la rabia disciplinada y me está ayudando a vivir más que la escritura.» Hoy por hoy, para Roberto el boxeo no es un simple deporte, es una razón de vida. Se entrena en el cuadrilátero todo lo que puede, en un gimnasio del extrarradio, con otros muchachos de barrio donde da igual si eres camareno o el autor de uno de los libros más vendidos en el país.


«Siempre he querido boxear y en mi habitación en Nápoles tenía un saco, pero ahora, después de ir mucho al gimnasio con mis guardaespaldas (es de lo poco que puedo hacer), he conocido a un hombre excepcional, un entrenador, que me ha hecho trabajar muy duro, como si fuera un profesional, sin la menor contemplación. Su propósito es formar primero al hombre y luego al boxeador. Estoy reforzando los músculos y la fuerza mental. Solamente en el ring siento que soy yo mismo: allí dejo de estar tenso y nervioso. El saco me vacía y, al mismo tiempo, me llena.» A fin de año estará preparado para su primera pelea. Ojalá sea en un cuadrilátero...


Es fácil hacer lecturas paralelas entre el ring y la vida. Roberto Saviano se ve forzado ahora al exilio y para él sirven las mismas palabras que él mismo escribió a Clemente Russo, campeón mundial y olímpico de boxeo, cuando partía hacia Pekín: «Con ese valor que te ha servido para no caminar arrimado a las paredes, ahora tienes que procurar una sola cosa: vencer». 

Lourdes Gómez



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