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LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
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General: Cuba es cosa nuestra.
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From: Gran Papiyo  (Original message) Sent: 20/11/2008 00:28
Esta opinión que escribió hace dos años el mejor periodista argentino, Eduardo Aliverti, casi seguro se habrá expuesto, en algún momento, en este Foro.
Una amiga me la recordó en un reciente e-mail y la volví a leer.
Y me pareció tan acertada que no dudé en traerla nuevamente a la Comunidad.
Se las recomiendo. No tiene desperdicio.
 
Lunes, 7 de Agosto de 2006
OPINION

Lo de Cuba es cosa nuestra

Por Eduardo Aliverti

El periodista piensa, sólo, en esa gente (la mayoría, es probable) que no termina de desentrañar de qué lado ponerse.

Esa gente es la que por un lado simpatiza o se admira con los irrebatibles logros cubanos en la salud, la educación, el hambre cero, indicadores del más alto estándar de vida igualitario de toda América. Y que por otra parte no entiende y se lamenta de las restricciones a la libertad, de la prensa oficial, del partido único, del líder absorbente. Como las conquistas de la revolución no están en duda posible, ni siquiera desde la derecha más recalcitrante, lo criticado por la negativa invita a sumergirse exclusivamente allí para determinar qué tan cierto es eso de las libertades restringidas. O más bien: cuánto de más restringidos están los cubanos que la generalidad de los pueblos del mundo entero. El problema es que eso tampoco conduce a nada porque se transforma en una polémica bizantina, atravesada, gracias a la prédica de los grandes medios de comunicación (el poder, bah), no por cómo están las mayorías, sino por cómo las mayorías se imaginan que están. El emblema insuperable de ese aspecto es la libertad para salir del país. No todos los cubanos pueden hacerlo, es cierto. El “régimen” establece que al cabo de haber solventado todas las necesidades básicas de un ciudadano, éste no debe poder irse cuando mejor le plazca siendo que el Estado invirtió en su formación como se debe. Aun cuando esa decisión parezca entre cuestionable y horrorosa, no resulta invalidada la pregunta de adónde diablos pueden irse, si lo quisieran, las millonarias masas de miserabilizados del mundo. Las chicas o señoras que limpian en nuestras casas, ¿a dónde puede irse? ¿A dónde pueden irse empleados de medio pelo, negreados, jubilados, taxistas, maestros? ¿Cómo es la libertad esa? ¿Y cómo es el pluripartidismo ese en el que con mucha suerte y viento a favor apenas se conoce a los candidatos mostrados por la televisión? Sin embargo: discusión sin destino. El capitalismo trabaja y sigue siendo exitoso gracias a los imaginarios que construye. Es entonces inevitable que Cuba sea juzgada como la justicia social sin libertad, y todas los demás como sociedades con injusticias pero enteramente libres. Artículo tercero, de forma. Proclámese y archívese. No entremos en ésa, dicen estas líneas acerca de sí mismas.

Preguntémonos, sí, qué es lo que tanto molesta de esa isla que no molesta de los chinos, y que no molestó ni molestará de cuanta dictadura hubo y vaya a haber mientras sa-

tisfaga los grandes negocios de los bloques de poder. ¿Qué es lo que en verdad no se soporta de Cuba? ¿Que la oposición sólo pueda darse dentro de su sistema, dicho desde una Casa Blanca cuyo jefe sostiene que se está “con ellos o contra ellos” y en nombre de lo cual han desatado masacres e intervenciones de escala planetaria? ¿Que no haya democracia, visto desde regímenes donde sólo los ricos y los aparatos partidarios conservadores pueden tener chances electorales? ¿Que no haya prensa “libre”, denunciado por los monopolios y oligopolios de prensa donde el único culto que rige es la razón del interés comercial? ¿Eso es lo que molesta de Cuba? ¿Eso es lo que verdaderamente nos debe importar de Cuba? ¿Se está hablando de Cuba hasta por los codos porque podría estar muriendo su dictador y renaciendo la libertad o porque hay el regocijo de que la libertad pueda volver a transformarla en el prostíbulo de los yanquis?

Tengamos honor intelectual. No puede caerse así como así en la banalidad de decir que lo insoportable de Cuba es su falta de li-

bertad. A los tilingos que piensan sin más de ese modo les cabe la inmortal frase de Anatole France: “Todos los pobres tienen la libertad de morirse de hambre bajo los puentes de París”. Lo insoportable de Cuba es que ha demostrado que se puede otra cosa. Que se puede resistir, y en soledad, al imperio más formidable de la historia. Que hay una vida con dificultades inmensas pero en la que todos los habitantes tienen garantizado el alimento, el estudio, la medicina, la universidad. Y lo peor, lo más intolerable, es que esa subsistencia, objetivamente heroica, se convirtió en y continúa siendo un faro para los luchadores sociales de todo el mundo; y en particular para el movimientismo y las utopías del patio de atrás. Allí donde haya el escándalo de un desnutrido, de un analfabeto, de enfermedades de la miseria, de una diferencia de clases insultante, de escuelas y hospitales que se caen a pedazos, de cifras espantosas de mortalidad infantil, de viejos abandonados, de pibes enloquecidos por la droga, allí se eleva contra las castas del privilegio el fantasma de Cuba. Y el riesgo es que siga elevándose, hasta que no quede nadie, ni un solo imbécil, que mientras lleva una vida de mierda cuestiona que en Cuba no hay democracia.

De que los cubanos puedan resistir depende que no desaparezca una de las experiencias de liberación más concretas y fascinantes de la historia americana. Si los yanquis vuelven a desembarcar allí, cada oprimido de este mundo habrá de quedarse sin el más real de sus faros. Eso es grave, por mucho que a poco de andar quedara demostrado lo terrible de la recolonización.

Y por eso, esa cosa de Cuba es cosa nuestra.

                                            SALUDOS REVOLUCIONARIOS

                                                                 (Gran Papiyo)



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From: Juanine4 Sent: 20/11/2008 12:16
Refrescando algunas memorias.
 
DECLARACIÓN DE AMOR
a la Revolución Total de Cuba

Declaración de amor" digo, no de odio ni de desprecio ni de indiferencia; porque -entre otras cosas para amar y para discutir y para corregir-, se trata de una revolución nuestra, de esta Patria Grande que es Nuestra América.

Es una declaración, en voz alta y a corazón abierto, para que se enteren las olas que van y vienen por el mar Caribe y los silencios expectantes de los Andes y los helados vidrios de Wall Street. Pero en parábola, para que no se entienda más de la cuenta, y para que los hermanos y hermanas que quieran lo entiendan desde el corazón y en la esperanza.

Acosada y acusada, la revolución debe seguir haciéndose, pero total. Y debe saber que un fracaso puede ser un fracaso procesual, un fragmento del gran fracaso pascual que termina en el triunfo de la Vida.

Los adjetivos a veces son sustantivamente calificativos, y por eso he dicho revolución "total". Las revoluciones, ya se sabe, pueden ser parciales, partidistas, inmediatistas quizá. En cristiano decimos -y creemos- que el Reino de Dios, que es la Revolución de Dios mismo, es "ya sí, pero todavía no". Total, además, ha de ser, porque la buena revolución que soñamos y que uno quiere para esta Cuba amada y para Nuestra América y para el mundo, es la revolución de las almas, la revolución de las relaciones, la revolución de las estructuras. Pero revolución, porque de reformas al estilo de las democracias formales, ya estamos más que cansados. Lo que queremos es "la dignidad plena del hombre (y de la mujer)", que diría "el apóstol" Martí; aquel "ejercicio íntegro" que él deseaba para su patria -y "que no corra peligro la libertad en el triunfo", advertía- y que él desea ahora -vivo en la piedra de la historia y en la gloria merecida-, para toda la "patria que es Humanidad" y para toda esta "América de la que somos hijos e hijas".

A neoliberalismo tocan todos los bancos, todos los gobiernos, y muchos computadores. Cuba es una isla, cercada de mar por todas partes; cercada del mar del neoliberalismo también. ¡Ay Nicaragua Nicaragüita! ¡Pero sigamos, Zapata! ¡Hermanas y hermanos de la Patria Grande: no se cansen de soplar viento de utopía por las quenas maternas, no se cansen de darle a los tambores de la negra rebeldía! ¡Padres y Madres de la Patria Grande: los Juan Diego, Lempira, Las Casas, Tupac Amaru, Zumbí, Martí, Camilo Torres, Che Guevara, Doña Tingó, Romero, Margarida Maria Alves... y todos cuantos y cuantas a lo largo de los siglos de antes y después de la conquista, en la siempre Abya Yala fecunda, vienen dando su sabiduría y su canto, su lucha y su sangre, su resistencia y su esperanza!

No vamos a dar a nadie que se crea grande "la perla del Caribe", ni tampoco vamos a encerrarla en una concha. Cubanos, cubanas, hermanos del mundo, tan generosamente entregados a la salud, a la educación y a la liberación, más allá de las fronteras de la patria cubana: ¡vamos a seguir "internacionalizando el amor" -como quería el compa nica de Santa Clara-, globalizando la solidaridad, mundializando la utopía!

Dios no "ha entrado en La Habana", periodista Manolo, porque no ha salido nunca de La Habana, como no ha salido nunca de tu corazón que se declara ateo ni de otros corazones ateos más o menos. Dios antes, durante y después. Dentro. El, siempre mayor, Otro. Que nadie use sólo el manual ni nadie use sólo el catecismo. Que todos los lázaros de todos los rincones, sientan, igual que en El Rincón, cómo se hacen uno el san Lázaro obispo y el san Lázaro pueblo. Que la Iglesia y la Sociedad acojan la santería negra con el respeto que merece una presencia autóctona de Dios, del Dios de todos los nombres, más allá de toda prevención o de cualquier manipulación folclorista. Que todos los mandos sean siempre compañeros. (El Reino y la Revolución, "somos todos").

La Caridad de El Cobre es la Virgen Mambisa, aliada de cimarrones excluidos, la pequeña gran liberadora, en la Sierra Maestra de las muchas liberaciones que Cuba ha peleado y que a todos nos toca pelear. Programa de liberación total es nuestro programa, compañeros y compañeras de camino. Que el hombre, y la mujer, sean totalmente nuevos, siempre añorado Che, en la medida que le cabe a nuestro barro todavía frágil, y "sin perder la ternura jamás", hermano. Que todos los derechos humanos sean armoniosamente vividos, sin ninguna pena de vida ni ninguna pena de muerte. Que toda Cuba sea un malecón abierto al mar y al cielo, sin castillos de miedo alguno ni hotelazos de lujo insultante (con miradores populares, eso sí, con restaurantes populares también, y las gaviotas del sueño y los niños del pueblo). Que el dólar no sea divino ni imprescindible: que sea simplemente la moneda de un país igual a los demás países del mundo humano. Que Miami sea sólo Miami, ni portaaviones ni paraíso iluso. Que los balseros lo sean sólo de aguas adentro de la libertad, de la patria, de la solidaridad. Que dialoguen -pero cubanamente siempre- Granma y Vitral. Que Cuba siga siendo este culto histórico país, "nudo de haz de islas", lleno de cubanos y cubanas (con turistas también, ¿por qué no?, pero no turistas del sexo, ni turistas del privilegio). Que la juventud no se ajinetee profanando la flor de su hermosura y el vigor de nuestro futuro. Que Cuba no sea nunca más un casino "made in". Que Cuba salve maduramente su identidad guajira latinoamericanacaribeñamente.

Antiimperialistas somos por la voluntad de Dios, que ha hecho a cada pueblo digno, libre e irrepetible -imagen colectiva suya, como cada persona es una imagen suya individual- y por eso exigimos, ante Dios y ante la Historia, que se acabe el bloqueo, crimen de lesa Cuba y de lesa Humanidad. Antiimperialistas somos, y por eso nos negamos, con Cuba, a pagar la Deuda Externa, que no es nuestra, sino de "ellos", y que ya hemos pagado con creces y que no permite a nuestros Pueblos cubrir las deudas sociales de la Vida y la Dignidad.

Una declaración de amor a la Revolución Total ha de acabar necesariamente rezando... A la Caridad de El Cobre le rezo, pues, con todos los cubanos y cubanas:

Virgen de la Caridad,
mina de amor en El Cobre,
madre de toda orfandad
hermana del Pueblo pobre.
Cuba es tuya, eres nuestra,
desde la Sierra Maestra
a los confines del mar...
Y con tu gracia, Señora,
Cuba sabrá ser ahora
Patria, Justicia y Altar.

Amén ¡y aleluya, aun siendo cuaresma en la liturgia y en el Mundo, que hacia la Pascua, en todo caso, vamos!

Pedro Casaldáliga
S찾o Félix do Araguaia, MT, Brasil


Reply  Message 3 of 3 on the subject 
From: Comocomo Sent: 20/11/2008 12:16


 
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