Cada disco (la unidad) le cuesta a una compañía aproximadamente nueve pesos, que luego vende a las disquerías a un promedio de 16 pesos cada uno y que el cliente compra a 26. Los músicos reciben en promedio un peso por disco vendido.
Entre enero y octubre del 2005 se vendieron más de 11.700.000 discos, que generaron una recaudación total de casi 218 millones de pesos, 55 millones más que entre enero y octubre del año pasado, aún con tantos “piratas” navegando por ahí. Como los músicos se quedan, como dijimos, con un peso por disco vendido, en ese mismo período se llevaron menos de 12 millones. La cifra es baja, pero es el porcentaje que aceptaron firma de contrato mediante, apurados porque sus temas roten en la radio y en la tele (…)
Esencialmente, el mercado discográfico está compuesto por “las 5 grandes” que se reparten el 75% del mercado (BMG:11.1%, EMI: 12.0%, Sony: 14.1%, Warner: 11.9%, Universal: 25.9%)
Las leyes que se supone, prohíben la piratería, y defienden la cultura (entendiendo por cultura el mercado que la vende) y los derechos de autor, no sólo suelen ser graciosas, sino que inconstitucionales, lo cual es un poquito más grave. ¿A que me refiero con graciosas? “PROHIBIDA LA REPRODUCCION, REGRABACION, ALQUILER, PRESTAMO, CANJE, EJECUCION PUBLICA, RADIODIFUSION Y CUALESQUIERA OTRO USO NO AUTORIZADO DE LOS FONOGRAMAS DE ESTE SITE. SADAIC-CAPIF-BIEM”
Desde el comienzo, me prohíben reproducirlo, o sea, ni lo puedo escuchar.
No lo puedo canjear, viejo hábito de la búsqueda de una cultura para los que no tienen plata para darse el “lujo” de acceder a ella.
¿No lo puedo prestar? Ya me parece un abuso que atenta con mis libertades personales.
No puedo regrabar, lo que es como que en un libro no te dejen hacer anotaciones.
Todas estas contradicciones están puestas con el objetivo de que exista un disco por persona, un libro por persona, un dvd por persona, etc.
Si quiero juntarme con 2 amigos a ver la última película de James Bond, debemos alquilar tres ejemplares, para que cada uno de nosotros pague los derechos al autor de la obra que esperamos ver.
ATENCIóN, ojo con el volumen al que escuchan sus cds, porque si pasa alguien cerca de las ondas auditivas que sólo usted puede recibir, se verá cometiendo un acto delictivo, quedando usted marcado como delincuente. Y posiblemente, haya un músico menos por su culpa.
Probemos usar el sentido común. Cuando compramos una harina, la generosa gente de marketing nos da una receta en el adverso del paquete. Si aplicáramos el mismo dogma, a la harina que se encuentra dentro de ese paquete sólo podríamos utilizarla para realizar la receta que trae al dorso de ese paquete. Y sólo nosotros podemos comerla, sin convidar, ni canjear ni vender un bocado.
Gracias a dios podemos ponerle sal y pimienta a gusto, porque debemos ser muy cautelosos con todos los demás ingredientes de la receta que pagamos lo derechos de autor para realizar.
Afortunadamente, a nadie con el poder necesario para realizar esa ley se le ocurriría crearla.
Otro aspecto a tener en cuenta sobre la piratería es que quines la defienden no son los menos pudientes, que no les alcanza para comprar cultura (sí, porque según ignorantes como Marcelo Berenjer, la cultura es un lujo para los pudientes nada más), sin duda la sociedad impulsora de la defensa de los derechos personales en la sociedad Sueca. Son los creadores del Partido pirata: “Las tres principales creencias del Partido Pirata son la necesidad de protección de los derechos de los ciudadanos, la voluntad de liberar nuestra cultura, y el entendimiento de que las patentes y los monopolios privados están dañando a la sociedad.” Quines también aseguran que “No está en el mejor interés de un estado judicial moderno imponer la vigilancia a todos sus ciudadanos, de ese modo tratándolos como sospechosos. La Democracia presupone una protección fuerte de los derechos de los ciudadanos.”
“El derecho de los ciudadanos a la privacidad está escrito en la constitución sueca. -Y en la Argentina- De este derecho fundamental aparecen numerosos otros derechos humanos básicos como los derechos a la libertad de expresión, a la libertad de opinión, a obtener información así como el derecho a la cultura y el desarrollo personal. Todos los intentos del estado de reducir esos derechos deben ser cuestionados y afrontados con fuerte oposición.”
Para lo contrario en argentina (y en el mundo) tenemos defensores de una cultura elitista, sólo para quienes puedan pagarla, un control relativamente fuerte de los usos y costumbres privadas de los ciudadanos, y una sólida necedad.
Afortunadamente en la misma revista que un necio e ignorante nos aconseja leer una vez más los diez mandamientos que un delincuente como yo incumple, de casualidad publica los diez mandamientos (pág.26) para que los pueda leer por vez primera. Los tres primeros no solo no los comparto, sino que son una muestra más de la intolerancia que posee nuestro necio y ególatra Marcelito y los demás me suponen relatividades o cuestiones penadas por la ley tangible, no la Divina.
Mientras berenjer se preocupa por el árbol, afortunadamente en el bosque hay de todo: Tren Reznor, mente suprema de Nine Inch Nail (NIN) deja en su sitio web para bajar libremente un tema multitrack (abrieto con el programa indicado uno tiene por separado lo grabado por cada instrumento), no solo para que la gente se libre de hacer con ello lo que quiera, sino que pude que le envíen lo que hagan, para después editarlo con los créditos correspondientes. Reznor, el más avanzado en este tema, dejó un pendrive con varios temas inéditos e instrucciones de cómo compartirlo via internet, en el baño público de un recital.
Cierta persona que despierta mi sincera admiración y respeto, así como la de gran parte de este planeta, se manifestó muy emocionado de haberse enterado que un chico que no tenía la plata para comprar su libro, el cual hablaba de la más pura de las libertades, lo fue leyendo de a poquito por varias librerías. Lo cual representaba la esencia de ese libro, difundir y denunciar.
http://www.partidopirata.com.ar/index.php?cen=verpost&id=3