Cabecilla terrorista de Miami pretende socorrer a víctimas de los huracanes.

En un acto de sospechosa generosidad de parte de un agente yanqui, José Basulto, fundador de Hermanos al Rescate, decidió vender su avión para “financiar misiones de ayuda humanitaria".

El mercenario de la CIA que, en 1962, tiró con un cañón contra un hotel del reparto habanero de Miramar en un fracasado intento para matar al jefe de la Revolución cubana, pretende ahora ayudar a los damnificados de los huracanes que azotaron a Cuba con la venta del último de los aviones que uso en actos de provocación por cuenta de la agencia norteamericana de inteligencia.

En un acto de sospechosa generosidad de parte de un agente yanqui, José Basulto León, fundador y presidente de Hermanos al Rescate, decidió vender su propio avión –un Cessna Skymaster 337H bimotor de la década de 1970- para “financiar misiones de ayuda humanitaria”, según reporta la prensa mafiosa de Miami.

Más sospechoso aún, el aparato ha sido adquirido por un pariente de su esposa, otro cubanoamericano que prospera en el negocio del Medicare, Benjamín León, quién no compró el avión con el propósito de volarlo sino que tiene “otros planes” para su uso, según el capo miamense.

El empresario llamó a Basulto tan pronto como se enteró de los planes de venta del lujoso avión que calificó de " Ferrari del aire''.

La propia matrícula en la cola del avión --N2506—es una referencia a la terrorista Brigada 2506, tropa mercenaria conformada por la CIA para la invasión de Playa Giron que se convirtió en menos de 72 horas en la primera y mas humillante derrota yanqui en el continente.

La Brigada 2506, ahora encabezada por Felix Ismael Rodríguez Mendigutía, el agente CIA quién ordenó el asesinato del Che, es uno de los más firmes apoyos que cuenta el terrorista internacional Luis Posada Carriles y su socio encarcelado Eduardo Arocena en sus campañas para lograr un indulto presidencial antes del retiro de George W. Bush.
UNA TRAYECTORIA ESQUEROSA

Basulto constituye sin dudas una de las más “históricas” canallas de la fauna asesina de Miami. Perteneció a la Operación 40, montada por la CIA para disponer de un comando de agentes formados en terrorismo para la invasión mercenaria de Playa Girón. Participó en acciones criminales junto a los peores elementos de la mafia miamense entre los cuales Luis Posada Carriles y Orlando Bosch

En diciembre del 2005, este mismo Basulto quién pretende ayudar a víctimas de huracanes, confesó desde el programa A Mano Limpia, del animador Oscar Haza, en el canal 41 de Miami, como la CIA no sólo lo entrenó sino como dirigió las actividades terroristas contra Cuba de grupos cubanoamericanos.

Contó entonces en que circunnstancias, bajo orientación de sus jefes norteamericanos, disparó con un cañón contra un hotel habanero desde una embarcación, a unos 200 metros de la costa del barrio de Miramar, el 24 de agosto de 1962. En su intervención, Basulto comparó las acciones terroristas montadas desde Miami por la CIA contra Cuba con el “uso de las armas para invadir a Iraq”.

Este neofilántropo miamense que con tanta espontaneidad entrega el dinero de la venta de su Cessna fue también capaz hace años de realizar, por cuenta de la CIA, vuelos clandestinos en la guerra sucia contra la revolución sandinista de Nicaragua y colaboró activamente con la junta fascista del general chileno Augusto Pinochet.

CONTRA LOS CINCO, FUE ASESOR DEL FBI Y DE LA FISCALÍA

El 24 de febrero de 1996, provocó deliberadamente el grave incidente en el cual avionetas Cessna pertenecientes al grupo de Basulto fueron derribadas.

Oficiales de la FAA (Federal Aviation Agency) confirmaron que no menos de siete veces habían hecho advertencias a Basulto y a su organización acerca del grave peligro que representaban los vuelos de provocación que organizaba sobre La Habana.

A todo lo largo del juicio de los Cinco cubanos arrestados mientras infiltraban organizaciones terroristas de Miami, Basulto actuó de asesor del FBI mientras se acusaba a los cubanos de haber sido involucrados en el incidente y el proceso terminó en un gran abrazo público del cabecilla terrorista con el Fiscal Federal.