Señora, alvermesalir, porque no barre su casa antes de mirar la casa de los demás. No tiene límite su cínica forma de hacer proselitismo político a favor de la extrema derecha gringa.

No tengo ningún resentimiento señora, y si lo tengo no contra usted, que solo es una pobre cubana engañada, que como lo fueron los pobres esclavos africanos, es fiel a su AMO, el capitalismo gringo.

Pero tal parece que la que envidia es usted.

Sobre mis contradicciones señora, no lo he negado. Desde el mismo momento que soy pro-israelí ya estoy en contradicción, empero, soy fiel y honesto con lo que digo. No ando ocultando mis contradicciones, y los que se creen perfectos pues los felicito, que más puedo hacer.

Pero la contradicción más grande es la suya, porque quiere justicia según usted, y lucha a ojos cerrados por la injusticia capitalista. Usted dice ser cubana y calumnia a su país, dice ser nacionalista y apoya un embargo que está desde hace tiempos afectando negativamente al pueblo de CUBA.

Usted dice defender a los cubanos mientras los vende a la gran derecha cubana afincada en Miami. Es posible que sus contracciones no sean políticas, pero sí son de identidad nacional y social.

Sí mi mayor contradicción es ser de izquierda y haber nacido en una familia acomodada, la suya es ser cubana y traicionar a su patria, es ser depravadora de todo lo que un pueblo con sudor y sangre ha venido construyendo, su cultura, su educación y su salud.