Su nombre es Avigdor Lieberman y muchos sectores esperan que se constituya en la principal sorpresa en los resultados de las elecciones israelíes fijadas para el 10 de febrero.
Muchos intelectuales israelíes consideran a Lieberman como el equivalente laico de Meir Kahana, el asesinado fundador del grupo terrorista Bach, que postulaba la limpieza étnica genocida de los no judíos en Israel-Palestina. Kahana fue asesinado en Manhattan, Nueva York, en 1990, poco después de pronunciar un discurso en el que pedía la aniquilación y expulsión de los palestinos de la “Tierra de Israel”.
Según la mayoría de las encuestas de opinión, se prevé que el partido de Lieberman, Yisrael Beiteinu, o “Israel es nuestro hogar”, gane en la Knesset entre 16-17 escaños de los 120 que componen el parlamento israelí. Esto permitiría que Yisrael Beiteinu superara al Partido Laborista dirigido por el Ministro israelí de Defensa Ehud Barak, convirtiéndose en el tercer mayor partido del sistema político israelí, tras los partidos Likud y Kadima. Es probable, por tanto, que el partido de Lieberman sea un socio importante en la coalición que llegue a formar el próximo gobierno israelí.
Yisrael Beiteinu no es un partido de políticos parias o marginales. Hace pocos meses, varios políticos de alto perfil se unieron al partido, incluido el ex Embajador israelí en EEUU, Danny Ayalon, y Uzi Landau, un ex ministro de gabinete israelí e importante personalidad del Likud durante muchos años.
Algunos observadores esperan que la administración Obama y los círculos judíos internacionales presionen a Benyamin Netanyahu, de quien muchos esperar que forme el próximo gobierno israelí, para que excluya a Lieberman del gobierno para así evitar ramificaciones negativas en cuanto a las relaciones con Estados Unidos y la Unión Europea. Sin embargo, no hay seguridad alguna en que Netanyahu se avenga a tales presiones dada su compenetración con Lieberman. Lieberman fue el director general del gabinete del Primer Ministro cuando Netanyahu fue premier entre 1996-98. Más tarde asumió carteras fundamentales, como las de viceprimer ministro, ministro de asuntos estratégicos y ministro de infraestructura nacional.
Lieberman nació en 1958 en Moldavia, en la extinta Unión Soviética; en 1978, a la edad de 20 años, inmigró a Israel y recibió automáticamente su ciudadanía al amparo de la ley del retorno de Israel. Ahora vive en el asentamiento de Nokdi, en Cisjordania. Gorila de discoteca convertido en político, Lieberman formó el Partido Yisrael Beiteinu en 1999, cuando fue elegido por vez primera para la Knesset. Sin que quepa controversia alguna, pueden describirse las ideas sociales y políticas de Lieberman como racistas e incluso genocidas. En las últimas semanas, se le citó sugiriendo que Israel debería utilizar armas nucleares contra la Franja de Gaza.
En 2002, Lieberman hizo un llamamiento al gobierno israelí, entonces bajo Ariel Sharon, para que se bombardearan todos los centros de población palestinos y se obligara así a los palestinos a escapar hacia Jordania. El periódico israelí Yediot Aharonot citaba a Lieberman diciendo durante una reunión del gabinete que se debería dar un ultimátum a los palestinos: “A las 8,00 a.m. bombardearemos todos los centros comerciales… a mediodía, bombardearemos las gasolineras… a las 14,00 h. bombardearemos las orillas… mientras mantenemos abiertos los puentes”.
En 1998, Lieberman pidió que se inundara Egipto bombardeando la presa de Aswan. En 2001, como ministro de infraestructura nacional, Lieberman propuso que se dividiera Cisjordania en cuatro cantones, sin un gobierno central palestino y sin posibilidad de que los palestinos viajaran entre los cantones. En 2003, el periódico israelí Haaretz informó que Lieberman había pedido que los miles de prisioneros palestinos detenidos por Israel se arrojaran y se ahogaran en el Mar Muerto y se ofreció a proporcionar los autobuses que les llevaran hasta allí.
Además, Lieberman propuso que se aplicara “una prueba de lealtad” a todos aquellos “árabes” que desearan permanecer en Israel. Los que estuvieran comprometidos en hacer de Israel un estado para todos sus ciudadanos, incluida la minoría palestina, serían despojados de su derecho al voto. En abril de 2002, Lieberman afirmó que “no había nada antidemocrático en el traslado de la población palestina”.
En mayo de 2004, Lieberman dijo que los 1,2 millones de ciudadanos palestinos de Israel “tendrían que encontrar una nueva entidad árabe” en la que vivir más allá de las fronteras de Israel. “No se les ha perdido nada aquí. Pueden liar sus petates y perderse”.
En mayo de 2006, Lieberman pidió que se asesinara a todos los miembros árabes del parlamento israelí que se hubieran reunido con miembros de la entonces Autoridad Palestina dirigida por Hamas.
En meses recientes, Lieberman instó a arrasar Teherán si Irán seguía adelante con su supuesto programa de armas nucleares. Según se informó, dijo a sus oyentes del Servicio Persa de Radio Israel: “Vais a pagar un precio muy caro; vosotros, los buenos ciudadanos iraníes, pagaréis por las acciones de vuestros dirigentes”.
Según el periodista israelí Gideon Samet, no debería descartarse la estrella en alza de Lieberman en Israel como si se tratara de un desarrollo anómalo, añadiendo que “las ideas de Lieberman están penetrando profundamente en la sociedad israelí”. Samet opinaba que se esperaba que la clase política en Israel se adaptara a la realidad de Lieberman.
“Netanyahu no dirá abiertamente que va a sentarse en un gobierno con Lieberman. Aunque, después de todo, tanto Kadima como los laboristas se han sentado ya con él en anteriores gobiernos”, escribió Samet en Maariv.
En las últimas semanas, gran número de intelectuales israelíes, incluidos ostensibles izquierdistas, han hablado a favor de la idea de lanzar una guerra genocida contra los palestinos. Yaron London, un personaje de televisión de tendencia izquierdista, sorprendió a muchos durante la reciente masacre contra Gaza urgiendo a una campaña “del tipo todo vale” contra los civiles palestinos. London subrayó sus puntos de vista en un artículo publicado en Yediot Aharonot y después los elaboró en una serie de entrevistas que se publicaron en los medios hebreos.
“Ha llegado ya el momento de conmocionar a la población de Gaza con acciones que hasta ahora nos repugnaban, acciones tales como asesinar a sus líderes políticos, causar hambre y sed en Gaza, cortar las fuentes de energía, destruir todo lo destruible y discriminar menos en cuanto a matar civiles. No hay otra opción”, escribió.
Al responder a algunas preguntas, London siguió defendiendo que asesinar civiles era un acto justificado. “Me estoy refiriendo tanto a la población como a sus dirigentes; son lo mismo, porque la población votó por Hamas. No puedo hacer distinciones entre alguien que votó por Hamas y un dirigente de Hamas”.
Nadie está confrontando esta mentalidad claramente criminal, al contrario, va ganando popularidad. El ex presentador de televisión Haim Yavin ha advertido contra el hecho de incluir a Lieberman y a tipos de su especie en el próximo gobierno israelí. “Puede que Kahana esté muerto, pero el kahanismo sigue vivo y coleando; hay demasiado “muerte a los árabes y odio a los árabes”, dijo Yavin en una entrevista con Haaretz esta semana.
Por desgracia, Yavin representa una minoría cada vez más reducida en una sociedad que va derivando hacia el fascismo a toda velocidad.
Enlace con texto original:
http://weekly.ahram.org.eg/2009/933/re5.htm