Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
¡ Feliz Cumpleaños ๏۩۞۩ Varon Amado ™۩۞۩๏ !                                                                                           ¡ Feliz Cumpleaños Nobotuma !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: REFLEXION
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Luzdeluna  (Mensaje original) Enviado: 17/03/2009 23:26
 

 

 
 


EL CURIOSO IMPERTINENTE

La curiosidad es una característica que asociamos con la niñez y también la impertinencia. Es difícil ser curioso y no ser impertinente. Pasearnos por la vida con los ojos abiertos y meternos en espacios para los que no hemos recibido invitación es algo que puede ser molestoso, en ocasiones algo inmaduro, pero permite aprender, cuestionar y, además, poner sobre el tapete temas que habitualmente no son tratados abiertamente.

No podemos ser curiosos todo el tiempo, ni tampoco ser impertinentes. Tampoco podemos pedir que todo el mundo sea curioso e impertinente. Pero una de las cosas importantes en nuestra relación con los niños y adolescentes, ya sea como padres o maestros, es permitirles y fomentar la curiosidad impertinente cuando aparece espontáneamente, y alentarla cuando no es un rasgo que defina su personalidad.

No es algo siempre fácil y muchas veces somos contradictorios: si un niño nos hace preguntas incómodas acerca de su pasado o el nuestro, acerca de nuestra intimidad, podemos decirle "no seas curioso" y añadir algún refrán como "la curiosidad mató al gato"; o podemos acusarlo de impertinente cuando nos señala alguna incoherencia o inconsistencia.

Pero no nos parece impertinente o su curiosidad puede llenarnos de orgullo, cuando se trata de algo más cercano a nuestros intereses o entra en el campo de lo académico y lo aséptico.

El problema es que uno de los motores de la curiosidad es el deseo de conocer acerca de uno mismo, sus orígenes y los entretelones de nuestras vidas, vale decir, el entramado de la historia familiar, que incluye, sin duda, en todos los casos, esqueletos en un closet y trapos sucios que nunca se han lavado (sobre todo, a pesar del dicho, los de casa).

Reprimir esa curiosidad impertinente en los niños puede matarla para todo lo demás, también para aquello que sí promovemos y alrededor de lo cual hacemos y recibimos sermones que quieren a nuestros niños creativos, críticos, innovadores y mucho más.

La curiosidad impertinente puede ser molestosa e incómoda, pero constituye un valor en la crianza y la educación. Los mayores debemos tener la correa suficiente para aceptar sus efectos secundarios y alentar las muchas ventajas que tiene para un desarrollo sano y, a la postre, para una relación intergeneracional productiva.

De la red

 


Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: azucena100 Enviado: 18/03/2009 00:07
Muy buen mensaje!!!
gracias por compartirlo
Azucena


 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados