¡¡BUEN DIA AMIGOS,¿ UNOS MATECITOS???
Pastelitos de dulce
En el Río de la Plata, los pastelitos son sinónimo de mate.
Rellenos de dulce de leche, membrillo o boniato
y bañados en almíbar,
esta receta es una versión moderna y 'haragana'.
Nada de amasar, los cocineros de hoy compran la masa hecha
Ingredientes
- 24 tapitas de masa para empanadas cuadradas de copetín
- 750 g de dulce de membrillo
- Almíbar espeso *
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Elaboración:
Tomar dos tapitas y rellenar una de ellas, en el centro, con un cubito generoso de dulce de membrillo.
Cerrar este pastelito superponiendo la segunda tapita, pero no haciendo coincidir las puntas, de modo que quede como una estrella rellena de ocho puntas.
Luego pellizcar las puntas hacia arriba dandole forma de flor extraña.
Freír en aceite caliente hasta dorar.
Retirar y escurrir sobre un papel absorbente.
* Bañar con almíbar espeso, preparado de la siguiente manera: colocar en una cacerolita una taza de azúcar y ½ taza de agua. Llevar a fuego bajo hasta formar un almíbar espeso.
No hay nada más argentino que el mate.
Aunque también lo compartimos con Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil.
¿Pero qué es el mate?
Es la bebida tradicional que nunca falta en una reunión de amigos
o una charla familiar; una buena compañía en las horas de estudio,
en las noches de vigilia o incluso en el trabajo.
El mate forma parte de uno de los rituales más arraigados de la cultura argentina,
como el asado y el dulce de leche, y no podía faltar aca.....
El mate no es una bebida, sino una infusión como el té.
Su nombre deriva de la palabra quechua “matí” que significa vaso o recipiente para beber.
El mate se elabora a partir de las hojas y tallos secos del árbol perenne Ilex paraguarensis
que crece entre los paralelos 10° y 30° (sur) en la cuenca del río Paraná y Paraguay.
Es una planta tropical y subtropical que necesita altas temperaturas y humedad
y hasta 1500 mm de lluvia anual. Al producto final se lo denomina “yerba mate”
y esta se toma de diferentes maneras según los gustos y las tradiciones de cada región.
Generalmente, basta con sólo agregarle un poco de azúcar, pero hay quienes los disfrutan amargo,
con cascarillas de naranja o limón, con manzanilla, café, menta, etc.
Esto se coloca en el recipiente llamado “mate” o “porongo”.........
que tradicionalmente está hecho de calabazas de buena forma
y dureza que luego se tiñen , tallan y decoran para adquirir una confección artesanal.
Al mate hay que curarlo, es decir, acondicionarlo para evitar que se forme moho y malos sabores.
Para esto primero hay que separar los mates curables de los incurables.
Dentro de los curables están los de calabaza y los de madera; los demás tipos de mates (aluminio u otro metal, plástico, vidrio, loza u otros) son incurables,
con un simple lavado ya están listos para utilizarlos. Una vez hecho esto, el siguiente elemento es la pava. Parecido a una tetera, es un recipiente metálico con un asa por encima del orificio de llenado de agua y un pico vertedor, preparado especialmente para ser inclinado sobre el mate y poderlo cebar correctamente. La pava se lleva al fuego y se la retira ANTES de que hierva. Esto es fundamental, de lo contrario, se puede quemar la yerba mate, arruinando su sabor. Y para que el agua dure más tiempo caliente se la puede traspasar a un recipiente térmico o “termo”.
El mate también puede beberse frío para adaptarse al clima local, denominándose “tereré”.
Esta costumbre se originó en Paraguay, y también es tomada en Brasil
y en las provincias mesopotámicas de Argentina (Misiones o Corrientes), donde las temperaturas son elevadas.
En vez de agua caliente se usa una jarra en la que se coloca el agua, varias hierbas y mucho hielo; a veces se prepara con jugo de naranja o pomelo directamente.( hay que estar cerca del toilette..)
Último elemento: la bombilla, que cumple la función de sorber el agua desde el mate.
La mayor parte de ellas están confeccionadas en metal, aunque también puede ser de caña, no es lo más común.
Las más comunes son de aluminio, pudiendo ser también de plata o alpaca, simples o con incrustaciones decorativas.
Las hay de formas rectas o curvas y mide aproximadamente 20 cm.
El lado inferior es una especie de media esfera hueca con pequeños agujeros para que filtre el agua, mientras que la parte superior es como un sorbete achatado.
Una vez que esta todo listo, viene el arte de cebar el mate.
Cebar no es simplemente verter el agua caliente en el mate, sino mantenerlo en condiciones agradables para ser tomado.
En la época de la colonia, este trabajo estaba reservado para “las cebadoras de mate”, especializadas en dicha tarea.
Hoy en día, en cualquier reunión social, siempre hay alguien que se especializa en hacerlo.
El mate se va sirviendo en ronda, hacia la derecha, y el cebador es el responsable de mantener el dinámico ritual
hasta agotar el agua o hasta que la yerba se “lave”, o sea, que pierda el sabor. A veces el mate puede “taparse” o “ahogarse”, esto quiere decir que el agua no sube por la bombilla y no se puede sorber, es por eso que hay que saber prepararlo bien.
Los porteños solemos acompañar el mate con facturas y medialunas,
pero también con tortas fritas, bizcochitos de grasa, churros, pastelitos de membrillo,
alfajores y galletitas. Así, el mate es más que una bebida,
¡es un símbolo de bienvenida y amistad presente en todos los hogares argentinos!!!!!!!!!!
Algunas curiosidades:
La forma de cebado del mate puede tener
variadas significaciones en la jerga “matera”:
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Frío: desprecio
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Lavado (sin gusto): desgano
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Hervido (muy caliente): envidia
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Cebado por la bombilla (se calienta el metal): odio
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Servirlo al de la izquierda: falta de respeto
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Con ruda: matecito “para el amor”
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Bombilla trancada (no se puede tomar): enamorado
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Con espuma: aprecio
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Con cedrón: daño del corazón
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Primer mate: mate para el tonto.
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Siempre al primer mate lo toma el cebador
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Amargo: Lealtad y franqueza
KRIS